Las podas “salvajes” dejan “tiritando” a los árboles

Jaén en Común denuncia el estado en el que dejan la vegetación urbana

07 ene 2019 / 11:30 H.

Más que lo que realmente son, los árboles del centro han pasado a ser estacas en el suelo. Las podas “drásticas” vuelven a la vegetación urbana de la capital y Sara Martínez, de Jaén en Común (JeC), se lamenta de que, a pesar de ser una cuestión que llevan tiempo denunciando, aún se produzcan podas “salvajes”.

La concejal de JeC apunta que, desde el Ayuntamiento de Jaén hay una forma de tratar el arbolado urbano “que no responde a las necesidades ni de la naturaleza ni de la ciudad”. Asimismo, expone que las explicaciones que reciben tras denunciar “por activa y por pasiva” no son “mínimamente científicas y ni técnicas”. “El último escrito que hemos recibido nos dice que se poda cada cierto tiempo y que les tocaba, y que no se realizan ni terciados ni desmoches, cuando eso sabemos que no es cierto”, sostiene Martínez. Desde JeC defienden que el arbolado urbano está para cumplir unas funciones concretas: producir oxígeno, filtrar la contaminación y regular el clima. La concejal recuerda que, a lo largo de 2018, vieron podas fuera de temporada. Así, detalla que se produjeron muchas en los meses de abril, mayo e incluso junio; por toda la zona de la Avenida de Granada y el centro y fueron podas “salvajes”.

Martínez afirma que han interpelado en pleno, así como por escrito, en numerosas ocasiones sobre las podas, de las que también adjuntaron fotografías porque alega que son podas de desmoche. “Dejan el árbol con tres ramas y eso es muy grave, ya que tiene una incidencia sobre los mismos que, lejos de lo que mucha gente cree, no beneficia para nada a los árboles”, detalla la concejal, quien define que una poda para el árbol es una herida. “Cuando nos dicen que los árboles se podan cíclicamente para que crezcan más sanos y fuertes es como si nos dijeran que los humanos tenemos que hacernos cortes para estar más fuertes”, señala. Así, especifica que el arbolado urbano solo necesita labores de poda cuando puede generar algún tipo de molestia al tráfico o a personas que vivan cerca de las copas, además de en aquellos casos en los que puedan suponer un peligro, pero “podar por podar, porque solo digan que hay un ciclo para cada especie, técnicamente, es una cosa que lleva años descartada. En muchas ciudades se atiende a otros criterios”.

Cuando un árbol es podado así, Martínez señala que deja de cumplir las funciones por las que está ahí y pasa a ser “un simple trozo de madera”. Esto, además, puede causar enfermedades en la vegetación y las ramas que nacen después, pues suelen ser más débiles, por lo que aumenta el riesgo de que se rompan y caigan. “Al final, tienen que talarlos. Vemos cómo están eliminando vegetación y, en una ciudad como Jaén, esto es dramático”, comenta. Con todo esto, la concejal piensa que hay otras cuestiones por las que se hacen estas podas “salvajes”. “Podar significa que, hasta dentro de un tiempo, no van a caer hojas al suelo y esto facilita enormemente las labores que tiene que hacer la empresa concesionaria. Así que entendemos se hacen por los motivos económicos de una empresa, los cuales no deberían primar por encima de la ciudad”, dice.