Las mascotas triplican a los niños en los hogares de Jaén

Hay muchos más perros que niños. La natalidad en la provincia sigue en caída libre mientras crece el aumento de mascotas en los hogares de los jiennenses. Por ello, es más común escuchar el ladrido de un perro que el llanto de un bebé en el rellano de un edificio. Este ejercicio se puede extrapolar a otras situaciones de la vida cotidiana, como en los parques de nuestros municipios, donde, de forma ostensible, se pueden apreciar a muchos más canes correteando que a niños jugando en los columpios. Otra prueba está en las propias calles de los pueblos y ciudades, donde proliferan las clínicas veterinarias y se reducen las consultan pediátricas o tiendas de ropa para bebé.

Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la provincia de Jaén cuenta con 83.559 niños con edades comprendidas entre 0 y 14 años. Por otro lado, el Registro Central de Animales de Compañía indica que existen 247.858 animales, de los cuales el 97,2 por ciento son perros. O lo que es lo mismo: los perros triplican a los niños. De hecho, el censo de natalidad apunta a que por cada recién nacido salen dos cachorros. El Registro Andaluz de Identificación Animal es obligatorio en Andalucía desde que se publicó la Ley 11/2003, de 24 de noviembre, de Protección de los Animales, que en su articulo 17.1 dice que “los perros y gatos deberán ser identificados individualmente mediante sistema de identificación electrónica normalizado, implantado por veterinario, dentro del plazo máximo de tres meses desde su nacimiento.” Actualmente, existe solo un método que reúna las condiciones de identificación exigidas en la ley: el microchip subcutáneo. Se trata de un elemento inerte y su implantación es totalmente inocua. Se realiza mediante un aplicador estéril, concretamente en el lado izquierdo del cuello, y al ser indolora, no requiere sedación del animal. Siempre debe colocarlo un profesional veterinario.

Si se extrapolan estos números y se pone el foco en los menores de tres años, la diferencia no es que solo mayor, sino que la diferencia es descomunal. Según el INE los niños de cero a tres años empadronados en la provincia jiennense son 18.638, por lo que el número de mascotas censadas es 13 veces mayor. Es decir, al caminar por Jaén hay trece veces más posibilidades de cruzarse con una persona con una mascota que con una pareja con carrito de bebé. Este último dato refleja que son muchas personas que viven solas las que deciden tener una mascota para contrarrestar la soledad. Y, tal y como señalan muchos psicólogos, asociaciones de animales de la provincia e, incluso, veterinarios, esto es algo muy positivo, porque los animales contribuyen a mejorar la vida en esta situación, por lo que cada vez más personas se acompañan de un amigo de cuatro patas para hacer frente, en muchas ocasiones, al desamparo que conlleva vivir sin ninguna compañía.

El desplome de nacimientos tiene mucho que ver con esta situación. El número de nacimientos registrados sigue a la baja. La provincia sitúa sus nacimientos en mínimos históricos con los datos más bajos para un semestre desde que hay registros oficiales. Pero hay que decir que la sangría demográfica no sólo está pasando factura a Jaén, sino que se trata de un problema a nivel nacional. Otros factores y razones de este desequilibrio estadístico no solo parece estar la falta de hijos entre la generación de los nacidos entre 1980 y 2000 —ya sea por dificultades económicas, laborales o simplemente por un cambio de paradigma entre gran parte de este censo— sino también al envejecimiento de la población.

La provincia jiennense ha perdido a casi mil niños cada año en esta última década y la previsión no parece que vaya a cambiar. Actualmente, hay 83.559 pequeños con edades comprendidas entre 0 a 14 años. Según el INE, en el año 2011 se registraron 92.874, lo que deja patente que han desvanecido casi diez mil menores de 14 años en los últimos diez años. De esta manera, no es que no se les encuentre en parques o zonas de recreo, sino que se hacen mayores a la misma vez que no nacen otros para reemplazarlos.