Las abejas, unas indicadoras de cultivos intensivos

Investigadores de la Universidad detectan a los insectos en las cubiertas vegetales

21 may 2020 / 16:21 H.
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El grupo de investigación de Ecología, Evolución y Conservación de la Vegetación Mediterránea de la Universidad de Jaén ha identificado 13 especies de abejas solitarias que anidan en cavidades sobre el suelo en olivares andaluces y dependen de las cubiertas vegetales para sobrevivir. Se trata de insectos que viven en solitario, no en colmenas, y pueden ser bioindicadores del tipo de cultivo aplicado: ecológico con cubierta herbácea o intensivo sin ella. La investigación se centra en los polinizadores solitarios que forman parte de la biodiversidad que rodea al olivo, ya que este árbol se poliniza por vía aérea, sin insectos. Entre ellos no aparece la abeja de la miel, pues su estructura es social y tiene consideración de ganado por su manejo con fines económicos. “Nos hemos centrado en las abejas solitarias que utilizan nidales, detectando en este trabajo 13 especies diferentes”, señala el investigador de la Universidad, Carlos Martínez-Núñez, uno de los autores del estudio denominado “Plant-solitary bee networks have stable cores but variable peripheries under differing agricultural management Bioindicator nodes unveiled”, publicado en la revista Ecological Indicators.

El objetivo del trabajo era dilucidar la diferencia en las comunidades de abejas solitarias entre olivares intensivos, que carecen de cubierta vegetal, y ecológicos, con ella. Los resultados apuntan la abundancia de biodiversidad en estos ecosistemas. Por una parte, la alta variedad de plantas herbáceas que polinizan estas 13 especies, más de 68 de las alrededor de 300 que crecen. Por otro lado, la variedad de esos insectos. “El proceso de trabajo estuvo focalizado en las abejas que utilizan cavidades para anidar, de forma que los expertos ubicaron nidales en 18 olivares de cinco provincias andaluzas, la mitad cultivados en ecológico con cubierta vegetal. Estas estructuras resultan muy fiables para el estudio de redes de interacción”, indica el investigador, pues una vez que la abeja ha depositado sus huevos en la cavidad, coloca junto a ellos polen y néctar recolectado en las cercanías para que se alimenten las futuras larvas. La relación entre cada especie de abeja y los pólenes que transporta resulta evidente. El material se llevó al laboratorio para analizar cada cavidad, donde los expertos construyeron las conexiones entre insectos y vegetales, comparando las de los olivares intensivos con ecológicos.

Jaén