La sofisticación de los “copiones” del carné
La Guardia Civil sanciona a dos alumnos que usaban complejos aparatos electrónicos con cámaras y sensores
Copiar siempre fue considerado por muchos como un arte. Un arte propio de la picaresca que, con la evolución de los tiempos, ha logrado incorporar las últimas tecnologías. Así, la Guardia Civil de Jaén acaba de sancionar a dos personas que utilizaban un complejo sistema electrónico —más propio de los espías de las películas— para copiar en el examen teórico del carné de conducir. Y es que de la artesanal “chuleta” manuscrita y oculta en cualquier insospechado lugar se ha pasado a las microcámaras y los sensores de movimiento.
El Grupo de Investigación y Análisis del Subsector de Tráfico (GIAT) de la Comandancia suele realizar vigilancias en los exámenes. Se trata de evitar que unas personas se presenten en nombre de otras, algo muy común entre extranjeros, que emplean esta argucia para ayudar a compatriotas de similares características físicas a superar el examen. Lógicamente, a cambio de una importante cantidad de dinero.
Sin embargo, lo que se encontró la Guardia Civil en la última convocatoria fue algo mucho más sofisticado. Los agentes, que van de paisano, observaron una conducta sospechosa en uno de los alumnos: su única preocupación era exponer el examen delante de su pecho sin motivo aparente. Ese extraño comportamiento hizo pensar a los investigadores que podría estar mostrando las preguntas ante un sistema de captación de imágenes que llevara oculto entre las ropas. El olfato no les falló a estos agente. El aspirante, un ciudadano de Bangladesh, tenía un aparato de fabricación casera, compuesto por la microcámara de un teléfono móvil y una minibatería. Lo tenía escondido en una sudadera. Con él captaba el examen y se lo remitía en vivo y en directo a alguien para que le chivara el examen.
Lo llamativo, además, es que conocía las respuestas a través de un sistema de captación de impulsos eléctricos que recibía en su propio cuerpo. Es decir, una vez que el compinche sabía cual de las cuatro opciones que se ofrecen en el test era la correcta le enviaba un estímulo previamente concertado. Si era la número uno, le daba una pequeña descarga; si se trataba de la dos, le mandaba dos descargas y así sucesivamente. “Se trata del sistema más sofisticado que hemos detectado en Jaén”, asegura un agente del GIAT. Ese mismo día, los agentes, en un examen realizado horas después, los agentes descubrieron a otro alumna, vecina de Granada, que utilizó el mismo equipo de transmisión.
La investigación ha desvelado que algunos de estos alumnos aseguraba haber pagado hasta 1.500 euros para poder hacer esta trampa. A los dos aspirantes “cazados” se les imputa una infracción administrativa, que conlleva una sanción. Eso sí, la Guardia Civil mantiene abierta las pesquisas para tratar de localizar a los “colaboradores”.
No es delito. Copiar en el examen del carné de conducir es considerado solo una infracción administrativa. Hacerse pasar por un alumno sí que es un delito de usurpación de estado civil y acarrea la detención.
Investigación. Las pesquisas de la Guardia Civil no están terminadas. Los agentes tratan de identificar a las personas que facilitaban las respuestas.