La provincia, a salvo gracias a 21 desfibriladores externos
Los dispositivos se reparten por espacios públicos con gran afluencia


Una reacción rápida es clave a la hora de salvar una vida cuando, en el momento menos esperado, una persona sufre una parada cardiorespiratoria. Para ayudar a esos héroes anónimos, por la provincia se reparten un total de 21 Desfibriladores Externos Automatizados (DEA) en lugares públicos, según indica la aplicación Ariadna, una app móvil impulsada por Cruz Roja, Sociedad Española de Cardiología y Fundación Española del Corazón.
Desde la aprobación del Decreto 22/2012, de 14 de febrero —por el que se regula el uso de desfibriladores externos automatizados fuera del ámbito sanitario, se fomenta la instalación y el uso de los desfibriladores externos automatizados y se obliga a su instalación en lugares y espacios donde se concentren un gran número de personas o se realicen prácticas de riesgo—, el número de desfibriladores externos a aumentado considerablemente a nivel provincial, aunque, a pesar de esto, es la región andaluza con el menor número de estos aparatos en servicio según recoge la app Ariadna.
En el mantenimiento y la formación para el uso de estos dispositivos trabaja el Proyecto Salvavidas Andalucía, del que Elena López, formadora y técnica del mismo, explica que surgió con el objetivo de concienciar a la población general (a los no sanitarios) de la importancia de saber qué hacer en situaciones donde se necesiten primeros auxilios y reanimación cardiopulmonar. “Esto suele ocurrir con frecuencia en lugares públicos y la implicación y reacción rápida e inmediata de los testigos es vital. Esa primera intervención y los primeros minutos son fundamentales para la supervivencia de la persona y que las secuelas posteriores sean las mínimas”, explica Elena López. Desde la organización detallan que en España se cuenta con alrededor de 11.000 DEAs, aunque la formadora del proyecto comenta que, en comparación con Europa, en este país “aún no existe esa conciencia”. “La creación de estos espacios no solo supone tener un desfibrilador externo automatizado, sino tener personal formado para utilizarlo, tenerlo señalizado, etcétera”, especifica.
El DEA, por sus características de funcionamiento y seguridad, posibilita que personas con un entrenamiento mínimo puedan realizar actuaciones de desfibrilación, por ello, desde el Proyecto Salvavidas se ofrecen cursos al personal que trabaja en el espacio donde está instalado el dispositivo. López apunta que, en el caso de que no haya nadie formado cerca, la alternativa es llamar al 112, donde darán los pasos a seguir para su manejo.