La prisión cambia las visitas familiares por videollamadas

Los centros penitenciarios crean la iniciativa para combatir el confinamiento

01 abr 2020 / 12:05 H.
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Estar en la cárcel es, de por sí, un confinamiento. Pero para los presos se hace más duro al no poder tener visitas de sus familiares por las medidas del Gobierno para combatir la crisis del coronavirus. Por ello, los centros penitenciarios del país han puesto en marcha una iniciativa para solucionar este problema, la de realizar videollamadas entre internos y seres queridos a través del teléfono móvil. Así, con el objetivo de minimizar y mitigar el impacto que esta situación pueda generar entre estos, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias dotó a las prisiones de terminales móviles para que, mientras dure el estado de alarma, los presos puedan ver a sus familiares más cercanos.

Aún así, la dirección del Centro Penitenciario de Jaén tendrá que regular la distribución y organización de uso de estos aparatos y solo podrán atender a las unidades que les dote el Ministerio del Interior. Asimismo, deberá garantizar que los internos puedan acceder a estas comunicaciones y que se realicen con las medidas de prevención higiénica adecuadas para evitar posibles contagios. Por ello, una de estas recomendaciones que tomarán será la de utilizar un “palo selfie” o trípode para no estar en contacto directo con el móvil, ya que deberán estar a un metro y medio del aparato. La duración de la comunicación no podrá superar los diez minutos.

El director de la prisión serán los encargados de designar y acondicionar el espacio más adecuado para realizar estas comunicaciones y tienen que tener en cuenta que haya una cobertura necesaria para garantizar el desarrollo normal de la videollamada, con un ambiente adecuado, sin que haya ruidos externos y que tengan intimidad. Aún así, los funcionarios estarán vigilando en todo momento a cierta distancia del interno para que no se les capte ninguna imagen. Asimismo, la videollamada se celebrará en un espacio con cámaras de vigilancia. Tras el término de cada llamada, los funcionarios deberán limpiar el teléfono móvil para evitar contagios y cuando no estén siendo utilizados, se guardarán en bolsas de plástico. Además, las comunicaciones se harán con números ocultos para que los familiares no puedan reenviar las llamadas.

Por último, los presos que tengan una necesidad extraordinaria de ponerse en contacto con sus seres queridos como es el caso de algún fallecimiento, nacimiento o enfermedades graves, los internos podrán realizar una videollamada después de comunicarlo a la Dirección del centro penitenciario, quien valorará si conceder o no esta comunicación. De esta manera, con el estado de alarma, la prisión también tendrá un dispositivo especial para establecer relaciones con familiares.

Jaén