La guerra que nunca termina

Juicio a dos “pikikis” acusados de intentar matar a tiros a un “mallarín” en plena calle

01 jun 2016 / 13:00 H.

Los “Pikikis” y los “Mallarines” se juraron odio eterno hace ya más de una década. Ambos clanes mantienen legendaria rivalidad. Un enfrentamiento a muerte que se ha llevado una vida por delante y en la que han derramado mucha sangre por el camino. Una guerra sin cuartel que incluye amenazas —incluso difundidas a través de Youtube—, palizas y tiroteos que acabaron con varios heridos. La última escaramuza grave entre ambos clanes se produjo en la noche del 2 de julio de 2015, en la Carretera de Arrayanes de Linares. Presuntamente, cuatro “pikikis” dispararon contra un “mallarín” en plena calle. Hasta seis veces detonaron un arma de fuego tipo revólver desde un coche en marcha. La víctima logró agacharse justo a tiempo para evitar las balas.

La Policía Nacional logró identificar a dos de los presuntos autores de los hechos. Según la Fiscalía, Manuel E. M. era el que conducía el vehículo en el que viajaban los pistoleros. Sebastián M. M., presuntamente, empuñaba el arma con la que se efectuaron los disparos. El Ministerio Público ha presentado cargos contra ambos. Los acusa de un delito de homicidio en grado de tentativa y otro de tenencia ilícita de armas. Reclama un castigo de ocho y nueve años de cárcel, respectivamente, ya que a uno de ellos le incluye la agravante de reincidencia.

El relato que realiza el fiscal sobre lo que ocurrió aquella noche del 2 de julio es impactante y parece sacado del guion de una película de gánsters. Explica que los dos procesados persiguieron en su coche a la víctima, que regresaba a su casa después de visitar a un familiar. Al parecer, situaron su automóvil a la misma altura y comenzaron a disparar con, al menos, un arma de fuego desde las ventanillas laterales. El fiscal dice que Sebastián M. M. iba sentado en el asiento del pasajero y que, desde allí, disparó. En total, se realizaron seis disparos, de los que cuatro impactaron en el vehículo conducido por el “mallarín”. Los otros dos alcanzaron a otro coche y la puerta metálica del instituto Himilce.

La víctima pudo agacharse a tiempo y esquivar los proyectiles. El hombre resultó ileso. Él mismo acudió a la Comisaría para interponer la denuncia. Dio datos muy concretos sobre la identidad de sus atacantes. Los miembros de ambos clanes se conocen bien porque han protagonizado mil y una afrentas entre ellos.

Días después, la Policía Nacional practicó la primera detención, en concreto de la de Sebastián M. M. Este vecino de Linares es hijo de Antonio “El Tostao”, un hombre que desapareció en extrañas circunstancias en el año 2006. A mediados de julio, los agentes arrestaron a Manuel E. M. en su vivienda de Jaén capital. Hubo una tercera persona identificada por estos hechos. Sin embargo, demostró que tenía coartada para el momento de los hechos.

La Fiscalía acaba de presentar cargos contra los dos acusados, que se sentarán en el banquillo de los acusados de la Audiencia a principios del mes de octubre. Los “pikikis” y los “mallarines” volverán a verse las caras en la misma sala en un juicio que se desarrollará entre extremas medidas de seguridad.