La Guardia Civil detiene a un criminal camuflado en Alcalá

Miguel C. F. vivía en la aldea de Ribera Baja para eludir su ingreso en prisión

14 ago 2019 / 11:17 H.

Los vecinos de la pequeña aldea de Ribera Baja están perplejos después de conocer que entre ellos ha vivido, durante meses, un criminal. El hombre residía con su familia —tenía pareja y un hijo pequeño— en una casa próxima al río Velillos, donde pasaba desapercibido y no causaba problemas. De hecho, estaba tan bien camuflado que muchos de los lugareños de la pedanía, que celebró el pasado fin de semana sus fiestas patronales en honor de San Jerónimo, ni siquiera sabían de la existencia de esta persona y sus acompañantes.

Así era la existencia de este varón, identificado como Francisco C. F., hasta que fue detenido por la Guardia Civil en Alcalá la Real. La captura se produjo a plena luz del día, en la concurrida calle San Salvador, para sorpresa de quienes se encontraban en la zona. No ofreció resistencia. ¿Cuál fue el motivo del arresto? El delincuente tenía pendiente, desde hacía tiempo, una orden de ingreso en prisión, al parecer por robo. Decidió eludir la entrada a la cárcel estableciéndose en Ribera Baja, donde llevaba un perfil bajo. Aunque había nacido en otro pueblo de la Vega de Granada, la mayor parte de su vida había tenido su domicilio en Pinos Puente, donde es un viejo conocido de las Fuerzas de Seguridad como autor de diversas fechorías en este municipio, incluidas las relacionadas con la delincuencia organizada, en ocasiones con elevadas dosis de violencia.

Francisco C. F., quien carece de vinculación familiar con Alcalá la Real, llegó hasta la ciudad de la Mota tiempo atrás. De hecho, se le conoce algún trabajo. Después de saber su futuro decidió esconderse en tierras ribereñas.

Precedente del narco de la mafia calabresa

La de esta semana no es la única captura de un requisitoriado en Alcalá de este año. En febrero, la Policía Nacional, en colaboración con agentes italianos y también tras una investigación, halló y detuvo a un alcalaíno, José C. J., como presunto cabecilla de un grupo vinculado con la “‘Ndrangheta”, la mafia calabresa. El hombre intentaba pasar desapercibido. Posteriormente, el supuesto narco quedó en libertad.