“La gente se cansa del abandono y toma el camino del todo vale”

San Vicente de Paúl achaca los enganches ilegales al olvido político, pero no los justifica

06 ago 2022 / 06:00 H.
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La redada eléctrica que la Policía Nacional y Endesa llevaron a cabo este miércoles en la zona de Antonio Díaz y que se saldó con 84 cortes de enganches ilegales, no supuso el destape de ninguna sorpresa. La defraudación de fluido eléctrico es práctica común en la calle homónima y otras de su entorno, en la parte norte del barrio, precisamente donde se desarrolló el dispositivo el miércoles, y eso es algo que reconocen “off the record” hasta voces autorizadas. La cosa no se queda ahí: el historial delictivo de Antonio Díaz, esa aparente calle sin ley, que vertebra la parte inaugural del barrio subiendo desde la Carretera de Córdoba, termina por esculpir una mala fama por la que muchas veces pagan justos por pecadores: vecinos ajenos al delito que incluso en alguna ocasión han hecho público su miedo a salir de casa por el clima de violencia. Pero cabría preguntarse qué fue primero, si el huevo o la gallina.

El presidente de la asociación de vecinos San Vicente de Paúl, Juan Torres, denuncia que la operación contra los enganches ilegales del miércoles ha reabierto viejas heridas que nunca terminan de cicatrizar. “No está justificado que haya gente que cometa fraudes mientras los demás estamos pagando, pero hay que entender que llevamos abandonados hace treinta años por todos los políticos”. La lista de reivindicaciones sin atender que recuerda Torres es tan larga como conocida de sobra: “El barrio carece de mínimos servicios básicos de los que disfruta toda la ciudad, tenemos sólo una línea de autobús, un fluido eléctrico en penosas condiciones y con apagones constantes, alcantarillado pésimo, falta de limpieza, falta de accesos y salidas que den seguridad, infraviviendas, calles que no se arreglan desde hace más de treinta años, falta de zonas verdes y parques infantiles...” Y así hasta completar una extensa nómina de carencias en prestaciones básicas que han ido convirtiendo al barrio en una de las zonas más degradadas de la ciudad. Y aunque el presidente del colectivo vecinal reitera que no justifica los enganches ilegales, sentencia: “¿No será que la gente también se cansa del abandono y, al final, toma el camino más corto, el camino del “todo vale”?”

Según Torres, la última reunión que mantuvieron representantes de los vecinos del barrio con responsables municipales fue a primeros de enero. “Le dimos un ultimátum al alcalde para que nos echara una mano: si no conseguíamos ninguna mejora después de tanto tiempo, ya nos daríamos por vencidos, y estamos en agosto y seguimos igual”, asegura, y aunque reconoce la “voluntad” demostrada por el concejal de Mantenimiento Urbano, Javier Padorno, para revertir la situación, lamenta que ello acabe traduciéndose en pequeños arreglos, “poca cosa”.

APERTURA DE LA CALLE

Menciona Juan Torres la necesidad de contar con más accesos al barrio para mejorar las condiciones de seguridad, y precisamente la apertura de la calle Antonio Díaz, actualmente sin salida, para que conecte con La Granja a través de la Carretera de Córdoba, es otra de las promesas institucionales eternamente incumplidas. En febrero de 2020, el Ayuntamiento (PSOE-Cs) informó de que se había visto obligado a iniciar desde cero todos los trámites necesarios para atender esa demanda “porque el anterior equipo de Gobierno (PP) se dejó deberes sin hacer”. “Según el concejal de Mantenimiento Urbano, se le ha encargado a una empresa el estudio para hacer el proyecto, y estamos a la espera”, comenta el presidente de la asociación San Vicente de Paúl a Diario JAÉN. Pero el problema en este barrio es que la espera ya desespera.

Jaén