La doble pena de las mujeres presas

Un informe denuncia la
falta de apoyos a las adictas que acaban en las cárceles

18 oct 2019 / 11:26 H.

La Asociación de Familias de Ayuda a Drogodependientes (AFAD) de Jaén lleva meses ejecutando el Programa Marco Andaluz de Intervención con Personas Reclusas con problemas de adicciones en el Centro Penitenciario Jaén II, centrado en las mujeres. Tras ese tiempo de trabajo, aseguran que existen “creencias erróneas que fomentan la visión negativa y el rechazo a las personas que se encuentran en prisión”, lo que, comentan, “dificulta más su reinserción social”.

Impulsado por su trabajo dentro del centro penitenciario, partiendo de una visión cercana y un trabajo de primera mano, los miembros de AFAD comenzaron una campaña informativa centrada en las mujeres que se encuentran recluidas, sobre las que, consideran, se tiene una visión irreal.

La asociación denuncia que el sistema penitenciario está diseñado para hombres, desde las normas y la estructura a las instalaciones o los programas que se llevan a cabo en ellas, no existiendo adaptación para las presas, que suponen el siete por ciento de las personas encarceladas en Andalucía y que sufren una “doble penalización”, llegando a verse afectadas por “el sexismo, los roles sexuales y los estereotipos de género”.

Los datos vertidos por AFAD aseguran que el 74 por ciento de las presas presentan problemas con las adicciones y que el riesgo por fallecimiento por sobredosis que tienen al salir de la cárcel, durante la primera semana, aumenta en un 40 por ciento en el género femenino frente a los hombre debido “a las mayores exigencias psicológicas y sociales” que se encuentran al volver a sus entornos.

Una de las cuestiones que relacionan desde AFAD con los problemas de adicciones en las mujeres es que cuentan con un nivel educativo inferior, lo que provoca que tengan un menor acceso al mercado laboral y les haga depender económicamente de sus parejas, que a su vez está ligado, según explican, con que “gran parte de las mujeres con drogodependencia han sufrido maltrato físico, psicológico y abuso sexual” durante el periodo de consumo. Todo esto a su vez, aseguran, supone en algunos casos que se recurra a las drogas para “paliar trastornos psicológico y condiciones sociales precarias”, existiendo, por tanto, un círculo vicioso que empujan a las mujeres con este perfil hacia la drogodependencia en muchas ocasiones.

Todos estos apartados se unen a que, en palabras de miembros de AFAD, las presas adictas “sufren una mayor estigmatización social al transgredir los comportamientos normativos socialmente a las mujeres”, principalmente en lo relativo a sus roles como madres.

Con estos datos, y mostrando una realidad sobre la que consideran “existen creencias erróneas”, buscan hacer ver a qué se enfrentan las mujeres presas y que tienen relación con la drogodependencia para, así, lograr más apoyo hacia este colectivo que, denuncian, “tiene menor apoyo tanto familiar como comunitario”.