La capital se despide de una palmera más por la plaga del picudo rojo

El ejemplar afectado tuvo que se cortado tras secarse

08 sep 2019 / 11:04 H.

Las dos palmeras que abrían el paso al convento de las Hermanitas de los Pobres han perdido la vistosidad con la que, hace solo unos meses, lucían a las puertas del lugar. De nuevo, el picudo rojo volvió a atacar a un ejemplar de esta planta y, en este caso, tampoco hubo un “final feliz”. La palmera tuvo que ser cortada, sin más remedio, para evitar así que este insecto se propague aún más por la ciudad.

Este pequeño coleóptero de origen asiático llegó a Jaén hace ya algunos años y ya dejó tras de sí numerosas “víctimas”. La última palmera que sufrió las consecuencias de la plaga fue una de las que se encuentran en el convento de las Hermanitas de los Pobres. Fue tal el estado en el que quedó esta planta que se tuvo que proceder a su corte, para el que se requirió apoyo logístico por parte del Ayuntamiento debido a la complejidad de las intervención por las grandes medidas de la misma. De hecho, para ello se tuvieron que coordinar las concejalías de Medio Ambiente y Policía Local y Bomberos. De hecho, fueron necesarios un camión de Bomberos, oficiales del Centro Especial de Empleo, el alquiler de un camión pluma especial de largas dimensiones y contenedores de retirada de restos de poda.

Desde el colectivo GEA manifiestan que la presencia del picudo rojo es más que “evidente” en la ciudad. Manuel Ruiz, su presidente, apunta que hay una grado de ataques “elevado” tanto en palmeras públicas como en los jardines particulares de la zonas de los chalets y los puentes. Por ello, remarca que esta problemática no es solo un asunto donde deban intervenir las administraciones públicas, sino también —y con especial hincapié— los vecinos de la capital. “Teniendo en cuenta esto, desconozco si tanto esta corporación municipal como la anterior, han llevado a cabo todas las intervenciones necesarias. Pero, suponiendo que sí, el problema está en que los particulares también tienen que hacerlo. Sin embargo, dudo mucho que todos sepan cómo hacerlo. Una palmera infectada y que se seca ya ha liberado cientos de individuos que van a atacar a otras de estas plantas. Y hay muchos particulares con palmeras, de las cuales, numerosas se han secado”, explica el presidente de GEA.

A pesar de esto, Manuel Ruiz llama a la tranquilidad en torno a la plaga, pues defiende que esta tiene solución. Así, señala que se puede eliminar con éxito si se actúa con tiempo. “Cuando se detecta la presencia del insecto se pueden introducir tratamientos y podas profilácticas en la palmera para evitar que se muera. ¿Qué ocurre? Que hace falta formación para que los expertos detecten las palmeras con los primeros síntomas y prevención”, indica. Ante esto, Manuel Ruiz pone de manifestó la falta, “desde hace tiempo”, de un plan integral de lucha contra el picudo rojo. Eso sí, subraya que con esto no afirma que actualmente no esté presente o no exista en Jaén, sino que la necesidad de este comenzó cuando apareció el problema de esta especie de escarabajo en la capital. Con ello, añade que dicho plan debería contener criterios y formación técnica, así como de disponibilidad económica suficiente para realizar planes preventivos y evitar que la plaga se desarrollara. Por esto mismo, Manuel Ruiz insiste en la responsabilidad ciudadana (concretando en aquellos vecinos que tengan palmeras en sus jardines o fincas) para conseguir que el picudo rojo no se extienda aún más por la ciudad.

DETALLES

Pérdida. Desde el colectivo GEA lamentan que la capital jiennense haya perdido otro ejemplar de palmera. Así lo expresa su presidente, Manuel Ruiz, quien declara que toda aquella pérdida de una palmera, o cualquier árbol singular, es un hecho que lamentar, pues no solo forman parte del paisaje urbano de la ciudad, sino también de la naturaleza verde de la misma. “A mí, personalmente, me parece lamentable que se haya perdido. Pero, ciertamente, desconozco si se ha tenido la capacidad de atajar los ataques”, apunta.

OPCIONES. El colectivo GEA expone que existen formas de evitar que una palmera se contagie de esta plaga. Así, señala que están los tratamientos preventivos, los cuales se pueden aplicar a la planta y funcionan, además, cómo un método de control biológico que afecta al insecto. Como contrapuntos, afirman que hay que saber el momento adecuado para hacerlo y que los costes de los mismo son altos.

RESPONSABLES. Los particulares tienen un gran papel para erradicar la plaga. Según dicen desde el colectivo GEA, la Ley les “obliga” a cuidar sus palmeras.