La canalización que transfiere el conocimiento a las empresas
La OTRI ayuda a vincular los grupos de investigación con las instituciones

Cada año la Universidad genera un conocimiento único y muy valioso. Sus grupos de investigación “dan a luz” interesantes iniciativas preparadas para ser utilizadas en la sociedad, concretamente, en el sector empresarial. Lejos de la falsa idea de que la institución académica pueda parecer hermética y cerrada, en la jiennense existe la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI), dependiente del Vicerrectorado de Relaciones con la Sociedad. “Entre los objetivos del equipo rector se encuentra la transferencia del conocimiento, es decir, ayudar a las empresas a canalizar lo que se genera en la UJA, para que estos negocios sean más competitivos y, al final, se traduzca en la creación de puestos de trabajo con una cualificación más elevada, que son los que interesan”, explica el director de la OTRI, Javier Gámez.
Esta oficina está formada por un equipo humano, activo, joven y muy formado que trabaja en torno a un plan propio de transferencia, emprendimiento e inserción laboral. “Pretendemos comunicarnos con las empresas, saber cuáles son sus necesidades de investigación e innovación y que nuestros egresados encuentren un puesto de trabajo en temas de innovación dentro de las empresas”, indica Gámez. Bajo la batuta de la jefa de Servicio de la Gestión de la Investigación, Rosa Martín Mesa, cada miembro del equipo de la OTRI tiene una función, aunque existe un nexo entre todo. Asimismo, el personal está diferenciado en una parte técnica y otra administrativa.
En definitiva, la OTRI de la UJA es una unidad orientada a promover y gestionar las relaciones de la Universidad, que aporta el conocimiento a las empresas e instituciones públicas y privadas.
En el área de protección de la OTRI Fermín Lucena se encarga de analizar todo lo relacionado con la protección de los resultados de las investigaciones. “Además de las patentes, hay otras herramientas, a través del registro de programas”, explica Lucena, quien señala que lo que se pretende es poner en valor el conocimiento que se genera en la Universidad. “Una vez que sabemos de la existencia de ese conocimiento, se estudian las posibilidades de transferencia que tiene. Entonces vemos qué fórmula de protección es la más adecuada para que, al final, ese conocimiento sea de interés para una empresa”, dice el técnico, para apuntar que a eso se le llama proceso de valorización del conocimiento.
Por otra parte, Fermín Lucena incide en la importancia de crear una cultura de esta valorización. “Se trata de hacer reflexionar a los grupos de investigación sobre el valor que puede aportar sus investigaciones a una empresa”, manifiesta el trabajador de la OTRI.
El director de la OTRI, Javier Gámez, indica que la creación de empresas basadas en el conocimiento, las “spin off”, son una herramienta muy interesante, que los países avanzados utilizan muchísimo para desarrollarse. “Pero nosotros no la hemos explotado lo suficiente”, apunta. En este sentido, concreta que son empresas creadas en la Universidad, en la que participan investigadores de la institución académica y alumnos. “Hay conocimiento y experiencia a través de la investigación, se crea un equipo muy interesante y van al mercado”, manifiesta Gámez, quien remarca que están viendo empresas con un valor “muy interesante”. Por su parte, Fermín Lucena, añade que una “spin-off” se puede entender como “la forma más avanzada de transmisión del conocimiento”. “Son iniciativas que tienen un gran atractivo para inversores de capital riesgo y con posibilidades de rentabilidad elevadas. Son empresas de un alto potencial de crecimiento”, explica Lucena.
En el equipo de la OTRI la parte administrativa logra agilizar los trámites burocráticos obligatorios entre la empresa y el grupo de investigación. Aurora Cancio, Alicia Carrascosa y María del Mar Carrasco son las responsables de esta área. “Una vez que se produce el contacto entre la empresa y el grupo de investigación, jugamos un papel dinamizador del conocimiento. Puede que una empresa necesite un tipo de servicio de investigación, de asesoramiento o una formación, así que nosotras hacemos de interlocutoras entre la empresa y el investigador y ellos nos hacen partícipes de esa necesidad”, explica Cancio. Por lo tanto, revisan las solicitudes y recopilan las autorizaciones que son preceptivas por ley. “Una vez que tienen las autorizaciones, redactan el contrato que se consensúa con las partes y se tramita la firma, se realizan los trabajos y se va facturando. Y esto es otro medio de captación de recursos por parte de la universidad”, apunta Aurora Cancio.

Con apenas unos escasos días de funcionamiento, la OTRI ofrece una novedosa plataforma web de la oferta de la I+D+i de los grupos de investigación de la UJA, conocida como “Market Place”. La coordinadora de esta herramienta es María Contreras, quien se encarga de la parte de comercialización y promoción de los grupos y quien detecta las necesidades I+D+i de las empresas. “Es una plataforma en la que se visualizan todos los grupos de investigación de la UJA, que son 118, de diferentes áreas del conocimiento. Hay una breve ficha en cada grupo sobre lo que trabajan, de sus líneas de investigación y de sus capacidades, que son los productos o servicios patentes que se clasifican por sectores productivos”, explica Contreras. Es una plataforma muy atractiva, ya que se pretende que se visualice todo lo que se desarrolla y la capacidad de resultados de conocimiento de la UJA. “Se trata de detectar esas capacidades de los grupos de investigación y las necesidades que hay de I+D+i en las empresas, tanto en nuestro entorno como fuera”, dice Contreras. Los estudiantes Mario Quesada y José Antonio Plaza son los artífices técnicos de la plataforma.