La bebé muere y eleva a cinco los fallecidos en Puente Tablas

La pequeña hospitalizada, de cuatro meses, fallece por la inhalación de gases

30 may 2016 / 12:30 H.

Una familia, literalmente, rota. El fallecimiento de la bebé de cuatro meses hospitalizada en estado crítico en la Unidad de Cuidados Intensivos del Complejo Hospitalario de Jaén eleva a cinco el número de fallecidos en el incendio ocurrido, el sábado por la tarde, en un chalé de Puente Tablas. La pequeña, Carla Guirao Quesada, no pudo superar las graves consecuencias de la inhalación de humo. Después de horas de rumores, ayer por la tarde se confirmó la defunción. La pequeña había sido rescatada por un policía local que se jugó la vida para sacarla de la planta superior de la casa donde se encontraba la menor, concretamente en una cuna.

Los fallecidos pertenecen a una misma familia. Se trata, además de la niña de corta edad, de su hermano de cinco años, Antonio Guirao Quesada; el padre de ambos, Antonio Guirao Gálvez, de treinta y siete; el abuelo paterno, Florencio Guirao Martos, de sesenta y ocho, y una de las bisabuelas, María del Señor Guerrero Sánchez, de setenta y nueve. En un primer momento la dimensión de la tragedia generó dudas sobre la identidad y la edad de algunas de las víctimas del suceso.

Por otro lado, ayer recibieron el alta la madre —ingresada por el impacto emocional— y la prima de los dos menores muertos, una niña de ocho años con quemaduras en las piernas. De acuerdo con las fuentes, en el momento en el que aconteció el percance en la parcela había otras dos personas, una madre y un tío de los dos niños difuntos.

La investigación del suceso, a cargo del Juzgado de Instrucción número 4 de Jaén y los agentes de Criminalística de la Guardia Civil, continúa su curso. Los indicios confirman una explosión como desencadenante de los luctuosos hechos. La familia se había reunido para disfrutar de una jornada de convivencia y, ante la temperatura fresca, los adultos decidieron encender una lumbre. La hipótesis inicial con la que se trabaja es que alguien —se piensa que el padre de los niños— empleó una garrafa de gasolina de grandes dimensiones para facilitar la combustión. Los vapores emanados desde el carburante pudieron propiciar que una chispa prendiera el recipiente y produjera una aparatosa deflagración, con onda expansiva. El sofá y otros enseres se prendieron y los heridos sufrieron quemaduras y otras heridas. Sin embargo, todo apunta a que la asfixia fue la causa final de las muertes, algo que deben corroborar las autopsias. En el caso de la anciana, se había refugiado en el cuarto de baño, mientras que los indicios señalan que el padre intentó salvar a sus hijos. Hasta el lugar se desplazaron los sanitarios, los Bomberos, la Policía Local y la Guardia Civil, incluido el teniente coronel Luis Ortega.

Una pareja arraigada en la capital jiennense
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El matrimonio formado por Antonio Guirao Gálvez y su esposa tenía hondas vinculaciones con la ciudad de Jaén. Residentes en el casco antiguo de la capital, el hombre, igual que su padre, Florencio Guirao Martos, había trabajado durante décadas en el sector de la hostelería, lo que hacía que se tratara de personas muy conocidas para los jiennenses. Por su parte, la viuda es empleada en un laboratorio de la capital.

Quienes han tratado a los miembros de la familia destacan que se trata de personas muy trabajadoras y responsables, muy apreciadas por su carácter afable y que guardaban buenas relaciones con los demás y participaban en la vida social de Jaén.

Por lo que respecta al chalé en el que ocurrió la desgracia, ubicado en el Camino del Realejo, había sido adquirido hacía alrededor de dos años por la suegra de Antonio Guirao Gálvez, con el objetivo de que la familia estuviera reunida y disfrutara de un lugar para pasar fines de semana y otros periodos de descanso.

El inmueble es el mismo, en el que, en octubre de 2006, la maestra Rocío Estepa perdió la vida asesinada por su pareja, el argentino Martín Javier Olguín. La coincide hace que los vecinos digan que el lugar está “maldito”.