Karina le canta a “El Abuelo”

La afamada artista jiennense dedica una oración a Nuestro Padre Jesús

21 nov 2021 / 13:49 H.
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Arrodillada, con los ojos como la que mira ensimismada el mismo cielo y con las manos en cruz sobre el pecho. Ante ella, la imagen de Nuestro Padre Jesús, a quien la cantante jiennense Karina dedicó unos versos de la oración cristiana por excelencia, unas líneas que no tardaron en tomar matices de profunda emoción en la aterciopelada voz de la artista.

“Hágase tu voluntad así en la Tierra como en el Cielo”, comenzaba Karina, que casi sin pestañear y con la vista fija en “El Abuelo”, prosiguió: “El pan nuestro de cada día, dánosle hoy y perdona nuestras ofensas como también perdonamos a los que nos ofenden”.

No se movía, continuaba de rodillas y con las manos sobre el pecho, símbolo casi inequívoco del que no dice más que la verdad en sus palabras, una sinceridad, la de su amor por Nuestro Padre Jesús, que la artista llevó a otro nivel con su emotiva interpretación de la oración del padre nuestro. “No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal”, concluyó Karina, que finalizó sus plegarias cantadas con tres “amén”.

A pocos días de su cumpleaños —Karina nació un 4 de diciembre de 1945 en la capital jiennense y sus padres le pusieron María Isabel Llaudés Santiago—, la artista, en lugar de recibir, decidió dar, ofrecer un regalo en forma de oración a Nuestro Padre Jesús en su mismo Camarín, integrado en el Santuario de Nuestro Padre Jesús Nazareno en la capital.

San Ildefonso acogió el bautismo de la cantante

Nació el 4 de diciembre de 1945 en Jaén capital, hija de Trinidad Santiago y Salvador Llaudés. Sus hermanos son Francisco —que ejerció como mánager personal de la artista— y Salvador Llaudés, pero lo que poca gente conoce de Karina es que fue bautizada en la Basílica-Santuario de Nuestra Señora de la Capilla y Sacra Iglesia Parroquial de San Ildefonso. Su devoción por Nuestro Padre Jesús “El Abuelo” casi se remonta al momento de su bautismo, pero por no exagerar, pues entonces la artista no tenía juicio ni conciencia, cabe aclarar que desde que tiene recuerdos siempre ha profesado un especial cariño a la imagen, a pesar de que se trasladara a Madrid bien joven, con 15 años recién cumplidos, y es que tras enfermar y fallecer su abuelo, fundador de la empresa familiar, la compañía quebró y se tuvieron que trasladar a Madrid en busca de nuevos ingresos. Que el destino la alejara físicamente del Santo Reino y su carrera hacia el estrellato lo hiciera aún más no quiere decir que la artista se sintiera lejos de su querida tierra, pues la devoción por Nuestro Padre Jesús la ha acompañado durante toda su vida.

Jaén