Josefa Alcántara: “La unión nos hace más fuertes”
Después de 8 años al frente del movimiento vecinal en la ciudad de Jaén, la presidenta saliente de OCO hace balance de su gestión para Diario JAÉN

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Después de ocho años al frente del movimiento vecinal en la capital, se retira con un sabor de boca agridulce. Primero, por la cantidad de reivindicaciones que quedan en el tintero por los oídos sordos de las administraciones. Segundo, por irse sin conseguir la reunificación de las asociaciones. ¿Lo mejor que se lleva? Todas las buenas personas que ha podido conocer
—Deja la Presidencia de la Federación Objetivos Comunes (OCO). ¿Cuál es el sentimiento?
—Me da pena porque OCO ha formado parte de mí durante ocho años, he ido a muchísimas reuniones, he tenido contacto con la gente y ahora eso se cortará de raíz... pero reconozco que ya había llegado mi momento.
—¿Se alegrará a largo plazo?
—No sé si me alegraré, veremos en qué deriva. Si OCO funciona bien o mejor que conmigo, me alegraré; pero si a Francisco Jesús Zuheros no lo apoyan y OCO se viniera abajo, me dará pena.
—Tras este tiempo, ¿diría que hay desigualdad entre barrios?
—Por supuesto, hay barrios a los que el Ayuntamiento de Jaén escucha muy poco, como San Vicente de Paúl, Peñamefécit y Los Puentes, y otros a los que trata mejor, como el Bulevar, Santa Isabel o el mío, Belén y San Roque.
—Los Puentes es tema aparte...
—Es un tema bastante bueno a tratar... Cuando estamos en periodo electoral, todos los políticos van a pedir el voto y, una vez que gobiernan, les dicen que no pueden hacer nada por su situación irregular. He notado mucho la desigualdad entre barrios.
—¿Por qué cree que pasa eso?
—El Bulevar es un barrio buenísimo y a un político le luce mucho más pasearse por allí, por Santa Isabel... No es lo mismo que ir a San Vicente de Paúl. De hecho, en los ocho años que llevo como presidenta de OCO, ningún alcalde ha subido a San Vicente de Paúl, ni del Partido Socialista (PSOE) ni del Partido Popular (PP).
—Ocho años dan para sinsabores y alegrías. ¿Recuerda un momento especialmente malo y otro que fuera muy bueno?
—Lo pasé muy mal en el año 2018, que estaba recién entrada, en las fiestas de Santa Isabel, cuando el presidente de la asociación de vecinos le recriminó al alcalde y a toda la Corporación que el Centro de Participación Activa para personas mayores estaba abandonado, y es que tenía razón. Una obra se puede parar, pero con la puerta cerrada, no abierta. También pasó con el Parque Acuático, no había vigilancia y daba la impresión de que era como un supermercado, pasen y cojan lo que quieran... Eso dice mucho de un Ayuntamiento.
—¿Cómo está hoy el Centro de Participación Activa del barrio?
—En el mandato anterior, Julio Millán lo cedió a la Asociación Autismo Jaén, que lo arreglarán y pondrán en funcionamiento gracias a una subvención de la Junta de Andalucía. Me parece muy bien, pero ese centro era muy importante porque le iba a dar servicio al Gran Eje, Peñamefécit, Santa Isabel y parte de Las Fuentezuelas, y los mayores de esas zonas no tienen donde ir.
—No me ha dicho aún un recuerdo especialmente bueno.
—Lo mejor que me llevo es toda la gente que he conocido, tanto del movimiento vecinal como de la Corporación municipal. Son 27 concejales y siempre me he llevado muy bien con todos porque en el fondo son gente buena.
—El movimiento vecinal afronta una etapa de división desde hace años. ¿A qué se debe?
—Siempre le echamos la culpa a los partidos políticos, que en cierto modo la tienen, pero realmente la culpa es nuestra porque nos dejamos manejar. Cuando OCO nació hace 38 años, las asociaciones se incorporaban a la Federación e iban todas a una. Ahora hay dos federaciones, son casi más las asociaciones que no están federadas que las que sí y cada una va a su bola. Dice el refrán que la unión hace la fuerza y como no hay unión, no hay fuerza.
—¿Por qué pasa? ¿Hay asociaciones a las que les va bien solas?
—Claro, hablan con el concejal de turno porque tienen las mismas ideas políticas o afinidad, le dicen que necesitan el arreglo de una calle y el concejal lo hace. De to-das formas, la Federación no na-ce para arreglar una calle, que también, sino para defender los problemas grandes de la ciudad, luchar por la Ciudad de la Justicia o la Sanitaria, por ejemplo.
—¿Qué proyectos se han conseguido gracias al apoyo de OCO?
—Muy pocos. En estos ocho años se luchó por la apertura de Antonio Díaz; darle uso al Parque Acuático; la guardería de Loma del Royo, que al final se cedió a Adacea; la regularización de Cerro Molina, La Manseguilla y Los Puentes... Trabajamos mucho, pero hemos conseguido poco.
—Una de sus reivindicaciones principales fue la celebración de las lumbres el día de San Antón.
—En 2016, cayó el 16 de enero, día de San Antón, en sábado y, por supuesto, fue un exitazo. A raíz de ahí, a alguien se le encendió la bombilla y propuso cambiar las lumbres al sábado. La lucha la empezó María Cantos y yo la continué. En aquella época gobernaba el PP y el PSOE nos apoyó, pero cuando llegó al Ayuntamiento dejó de hacerlo. Es verdad que el sábado sale más gente a la calle y tiene sus ventajas, pero perdemos tradicionales, que es lo que a mí me duele.
—Entró sin tranvía y se va igual.
—Lo tenemos que ver ya. Si el tranvía no arranca será un fracaso muy grande, tanto de la Junta de Andalucía como del Ayuntamiento de Jaén. Nunca se debió permitir que el tranvía, una obra faraónica, se abandonara de esa forma.
—¿Qué opina de la Intermodal?
—Es un proyecto ambiguo y que aún no está cerrado. En mi opinión, la Intermodal en Renfe estaría muy bien, pero creo que deberían hacer un proyecto en condiciones, decidir por dónde le van a dar entrada y salida a los automóviles, si será por la carretera de Fuerte del Rey o dónde... Hoy por hoy, creo que la Intermodal en Renfe es la mejor opción para la movilidad de la ciudad.
—Hace unas semanas, OCO inició su proceso de renovación. ¿Cómo ve a Francisco Jesús Zuheros como nuevo presidente?
—Es una persona muy trabajadora y lo ha demostrado. Él entró en la Asociación de Vecinos San Sebastián-El Tomillo en 2013 con una situación difícil porque la presidenta que había antes que él consiguió muchísimas cosas para el barrio. Cuando él llegó, tan jovencillo, no se lo tomaron en serio, pero ha sabido ganarse el respeto de sus vecinos y, de hecho, lo quieren un montón. Es una persona muy formada y lo único que le pido es que no se deje influenciar y que siga en la línea de la Federación OCO porque es una persona que vale.
—¿Hace falta más gente joven en el movimiento vecinal?
—Hace falta, pero la gente joven no tiene tiempo para estar en una asociación de vecinos por la vorágine de vida de hoy en día. Alguien que trabaje y tenga hijos, no tiene tiempo. Yo apuesto más por las personas jubiladas. Antes, una persona con 65 años era mayor, pero hoy es súper joven. Tienen más tiempo y están muy preparados para ser secretarios, presidentes, tesoreros... Los jóvenes son el futuro, pero están muy atareados.
—En lo político, ¿algún partido le ha tirado ya los tejos?
—Todavía no me ha tirado nadie los tejos (risas) y no creo que me los tire nadie. Durante estos ochos años he procurado no casarme con nadie, los he criticado a todos cuando los he tenido que criticar y los he alabado cuando los he tenido que alabar, pero como siempre pesa lo negativo, no creo que nadie me tire los tejos. Pero si me los tiran, a lo mejor doy el salto. En otras ocasiones me han preguntado y siempre he dicho que no porque yo era presidenta de OCO, pero ahora ya soy libre, no lo sé, quizás me lo pensaría.
—¿Lanza un último mensaje?
—Ojalá Fran consiga que entren más asociaciones, ojalá las cuarenta que hay en Jaén, que estén unidas, que eso no quiere decir que todas estén en la misma línea ni que haya que hacer lo que dice el presidente, puede haber oposición y hay que crear debate para sacar conclusiones entre todos por el bien de Jaén, no por el del PP ni del PSOE, sino por el bien de la ciudad y sus vecinos, que es por lo que realmente estamos ahí, pero parece que no nos enteramos...