Jiennenses del Año 2024: Los baluartes de las catedrales de Jaén y Baeza
El patrimonio de las seos tiene un valor incalculable, pero sería bastante menor sin el trabajo de un grupo de personas comprometidas con la conservación y la divulgación del conocimiento en torno a dos templos que son una clara seña de identidad de toda la provincia

Remontarse a los orígenes de la Asociación de Amigos de las Catedrales de Jaén y Baeza es hablar de compromiso, y no es hacerlo en vano, pues la agrupación nació precisamente del compromiso de un grupo de personas que compartían la responsabilidad de proteger un patrimonio que tiene un valor incalculable. Fue en el año 2006 cuando se hizo una propuesta en firme. Había que crear la Asociación de Amigos de la Catedral de Jaén —a la que posteriormente se unió Baeza— y se contó con una camarilla que compartía un nivel de educación medio-alto y un alto grado de concienciación sobre el valor de conservar el patrimonio. Así lo recuerda María Eloísa Ramírez Juan, actual vicepresidenta de la ya Asociación de Amigos de las Catedrales de Jaén y Baeza: “Somos una asociación de derecho canónico. Es decir, una oenegé de la Iglesia católica. No tenemos ánimo de lucro y lo que pretendemos es obtener fondos para atender el mantenimiento de la comunidad”. No se olvidará nunca que ella, entonces como secretaria, y el presidente, fueron los encargados de inscribir al colectivo como asociación en el registro del Ministerio del Interior el 14 de junio de 2006.
Detalla el presidente, Juan Emilio Portilla González, cuáles son los objetivos principales, que reduce a tres. El primero de ellos es dar a conocer la historia de la Catedral. Por qué y para qué fue fundada, siempre bajo un punto de vista eminentemente católico. “Vemos la Catedral como la sede del señor obispo, una reliquia del Santo Reino y un lugar de reunión y oración para todos los fieles”, dice. En segundo lugar, la Asociación de Amigos de las Catedrales de Jaén y Baeza hace suya la encomienda de dar a conocer el patrimonio de ambos templos, “sobre todo a los católicos de Jaén”, precisa Portilla González. Por último, el presidente destaca el tercer objetivo: “Formar una masa patrimonial suficiente para invertir en la conservación de las catedrales y su mantenimiento. Apoyamos todo lo que necesiten en cada momento”. Desde 2006, son innumerables los ejemplos que ponen en valor la intervención de la agrupación para la protección del patrimonio religioso.
Uno de ellos es el escudo de la Catedral de la Asunción de Jaén, que tiene 500 años de historia y que fue restaurado por Néstor Prieto. “Estaba hecho un desastre, la madera... todo”, avanza José Ruiz Jiménez, director de Actividades Culturales y cronista de la Asociación, que añade: “Retiró todo lo que estaba deteriorado, las capas de pintura... y le puso pan de oro. Es toda una maravilla”. En él se puede leer la inscripción latina “Ipsa conteret caput tuum”, en español “Él te aplastará la cabeza”. En la parte de abajo, se aprecian las dos murallas de Jaén con dos de sus torres. “Las que estaban en la calle Campanas... Y esa es la Puerta de Santa María, la que se ve en el centro”, explica Ruiz, que hace un recorrido visual por el escudo que acompaña con el dedo: “Y el dragón de ahí es el lagarto de Jaén, que está a los pies del cerro de Santa Catalina. Y encima la Virgen, la Asunción, porque la Catedral está consagrada a la Asunción de María, la Virgen con el niño”. Hay otro escudo más completo en el exterior de la seo, en el que la madre de Dios aparece rodeada de ángeles.
Otra restauración sobresaliente fue la de la custodia. “Estaba en muy mal estado”, relata el cronista del colectivo. “Cimbreaba”, concreta la vicepresidenta. Entonces, la Asociación de Amigos de las Catedrales contrató a tres restauradores de Sevilla que la desmontaron entera, sustituyeron las varillas por otras de acero y la volvieron a armar. Hoy luce reluciente en un lugar privilegiado de la Catedral. El tesorero, Francisco López Bellido, saca una fotografía en blanco y negro de su bolsillo: “Esta era la antigua, del siglo XVI, que desapareció en la guerra”. “La que robaron”, apunta el secretario, Miguel Ángel Rodríguez Gilabert. “No, no la robaron, la cogieron y la tiraron por lo alto de la verja, se la llevaron donde hoy está la Diputación Provincial, la fundieron y sacaron dos lingotes de plata”, corrige la vicepresidenta. Los “Amigos de la Catedral” sufragamos la restauración, como otras muchísimas que se acometieron desde 2006, como la del cuadro “Milagro de San Pedro Pascual ante el rey de Totila”, original de José Carazo.

Casi 20 años de dinamismo
Bromeaba el cronista, José Ruiz acerca de que, a pesar de que los integrantes de la asociación tienen una media de edad avanzada, es un colectivo muy dinámico. Tanto, que no para de organizar viajes y excursiones bajo un objetivo común, ahondar en el conocimiento sobre el patrimonio de Jaén, de Andalucía y, por supuesto, del resto de España. Sin embargo, la razón de ser de la Asociación de Amigos de las Catedrales de Jaén y Baeza va mucho más allá, desde la restauración de cuadros, la tabla del Santo Rostro y el retablo de San Juan de Ávila en Baeza, entre muchas otras, hasta dotar de un equipo para la retransmisión en directo de los cultos del templo capitalino.
Acondicionaron y climatizaron la Sala de Investigadores, dotaron de estanterías el Archivo Histórico, reformaron los servicios y hasta instalaron un ascensor. Patrocinan conciertos, como el de la Orquesta Filarmónica de Granada, para el que contaron con el apoyo de la Fundación Caja Rural de Jaén. Presentaciones de libros, conferencias... La lista es más larga de lo que dan estas líneas. “La actividad estrella son los viajes culturales”, indica Ruiz Jiménez, y es que ya van por 109. “Hemos recorrido ya casi toda España, parte de Portugal y seguimos”, relata el director de Actividades Culturales.
Uno de los últimos fue para visitar la cisterna romana de La Calderona, en Porcuna, y también descubrieron los secretos de Baeza. El próximo será a Palencia, donde harán la ruta desde Campos del Renacimiento, por los pueblos de Becerril de Campos, Fuentes de Nava, Paredes de Nava y Cisneros: “Son la tierra de Berruguete, Alejandro Bahía... los que iniciaron el Renacimiento en España”. Hay otras iniciativas que perdieron fuelle con los años —lamenta Eloísa Ramírez, vicepresidenta de la agrupación—. Entre ellas, el concurso de dibujo “Pinta tu Catedral”, que reunía cada año a cientos de niños que sembraban de colores la Plaza de Santa María. Otra que intentan consolidar es la ornamentación de calles, balcones y altares con motivo del Corpus Christi, que sigue viva gracias a que las cofradías recogieron el testigo.

Francisco Juan Martínez Rojas, deán de las Catedrales de Jaén y Baeza: “Son un grupo con empatía y muy humano”
Su magnífica trayectoria y enorme interés por promocionar y mejorar el primer templo jiennense le sirvieron para que el obispo, Sebastián Chico Martínez, lo confirmara en el mes de septiembre de 2022 como deán de la Catedral, cargo que ocupa desde 2007, un año después de la creación de la Asociación de Amigos de las Catedrales de Jaén y Baeza, por lo que la trayectoria de la agrupación y la suya propia como máximo responsable del Cabildo Catedralicio discurren prácticamente de la mano. Considera Martínez Rojas que la Catedral, además de la casa de Dios y de los católicos, es también la casa de quienes integran un colectivo que demuestra un alto grado de compromiso con el patrimonio que atesora la seo y con el propio templo en sí. “Dentro de poco se cumplirán veinte años de la creación de la Asociación de Amigos de las Catedrales de Jaén y Baeza y, desde entonces, constituyen un elemento muy dinamizador, por lo que mi opinión sobre su trabajo es muy positiva”, asegura el deán, que se centra en tres vertientes. “Una es la conservación del patrimonio a través de todas las restauraciones que financian. Otra es la divulgación de los valores de la Catedral gracias a los diferentes ciclos de conferencias que se promueven desde la Asociación y las visitas guiadas que realizan”, destaca Francisco Juan Martínez Rojas, quien, por último, pero no por ello menos importante, pone en valor el componente humano. “Es eso lo que marca la diferencia, ese elemento humano es muy importante, la empatía de un grupo de casi 400 personas y la convivencia que se respira”, finaliza el deán de las catedrales de la capital y Baeza, que valora el esfuerzo, además del compromiso, la disposición y la implicación de una asociación sin la que el patrimonio religioso habría perdido mucho valor en los últimos años. Cumplirán veinte años en 2027 y hay que desear, al menos, otros veinte más.

Felipe Serrano Estrella, profesor de Historia del Arte: “Lo hacen todo más fácil”
Además de conservador de bienes muebles de la Catedral de Jaén, es profesor de Historia del Arte en la Universidad. Fue vicerrector de Proyección de la Cultura y Deporte en la etapa de Juan Gómez como rector de la institución académica y así valora la implicación de la Asociación de Amigos de las Catedrales de Jaén y Baeza: “Es muy importante porque, a parte de los medios propios que tiene la Catedral, que sobre todo llegan con la taquilla, tener asociaciones de este tipo garantiza una mejor conservación del patrimonio”. “Los grandes proyectos necesitan de ayuda externa, pero los más pequeños, que al fin y al cabo son los que lucen más porque están continuos a lo largo del tiempo, siempre ahí, son los que acometen ellos”, señala Serrano, que pone en valor una de las últimas iniciativas en las que participa el colectivo, la exposición que prepara acerca de la peregrinación y los jubileos, que conecta los que se hacen en Ro-ma con los de Jaén y que estará lista a finales de este año. De igual manera, destaca el trabajo del colectivo para la restauración de la escultura del San Pablo que luce en el retablo mayor de la seo jiennense. “Son proyectos que requieren de muchísimo dinero, pero lo desmenuzan en partidas pequeñas para poder acometerlos”, expone el profesor de Historia del Arte, que recuerda que la Asociación fue la primera en dar la voz de alarma sobre el estado de las vidrieras: “Cada una costaba más de 100.000 euros que, en total, eran millones, así que fue la Junta de Andalucía la que se encargó de restaurarlas”. Igual pasó con las cubiertas, de las que al final se encargó el Ministerio. “Vienen mucho a la Catedral, por lo que comparten los problemas y necesidades que hay, y eso también ayuda porque ya no solo es que el Plan Director de Conservación indique lo que hace falta, sino que hay personas con conciencia que avisan de que hay otro tipo de necesidades”, afirma Serrano.

Néstor Prieto Jiménez, conservador y restaurador de Bienes Culturales: “Habrá nuevos trabajos”
El conservador granadino Néstor Prieto tiene contacto con la Asociación de Amigos de las Catedrales de Jaén y Baeza por el papel de mecenas del colectivo en no pocas restauraciones que acometió en muebles bienes de la seo jiennense. Los más importantes son el escudo de la Catedral, el estandarte del obispo Estúñiga y la pintura que hay en la puerta del Sagrario del Santo Rostro, pero son muchas más. “Ahora estamos pendientes de la aprobación de la Delegación de Cultura para realizar la restauración de las esculturas de San Pedro y San Pablo. De la primera se hará cargo la Fundación Caja Rural de Jaén y de la segunda la Asociación de Amigos de las Catedrales. Las dos están en el retablo mayor, que es una de las piezas más relevantes del siglo XVII, autoría de Sebastián Solís”, explica Néstor Prieto sobre los proyectos en los que está inmerso actualmente. “El retablo sufrió una remodelación durante la segunda mitad del siglo XIX que configura la imagen actual. Se realizó para adaptarlo al gusto de la época, porque en aquel siglo imperaba el neoclacisismo y la Academia de Bellas Artes de Madrid imponía cómo tenían que hacerse las obras, puesto que todo lo barroco lo veía demasiado popular. Sin embargo, como en Jaén había mucha tradición de trabajar con madera, se prolicomaron para imitar mármoles en lugar de hacerlos dorados. Las esculturas originarias de San Pedro y San Pablo estaban policromadas con un trabajo de estofado, que combina el oro con la policromía, los mantos son de color anaranjado y las túnicas, grisáceas. A pesar de ser dos de las obras más relevantes por el sitio que ocupan, como hubo problemas de filtraciones, están en muy mal estado. Toda el agua que caía provocó levantamientos de capa de color, hay zonas en las que se ha perdido totalmente y tienen mucha suciedad”, lamenta el restaurador, que espera poder empezar próximamente con las labores de conservación.