Jiennense del Año 2023: Cristóbal Valderas, un orgullo para la provincia
Es presidente ejecutivo y consejero delegado del grupo Clece después de una trayectoria de trabajo, ingenio y valentía en la que nunca pasó de puntillas por el suelo que pisó, sino que dejó huella y sembró hasta recoger grandes éxitos



Es un jiennense de bandera, un orgullo para la provincia y un espejo en el que todo hijo de vecino se debe mirar. Profeta en otra tierra, nunca se desligó de la suya propia, aquella en la que fue, es y será feliz, un rincón privilegiado del mundo en el que el talento emigra y triunfa por el suelo que pisa. Cristóbal Valderas Alvarado (Jaén, 1958) es el presidente ejecutivo y consejero delegado de Clece, una compañía que tiene presencia en tres países —España, Reino Unido y Portugal— y puede presumir de sus nada más y nada menos que 81.500 trabajadores. Especializada en uno de los sectores de mayor sensibilidad para el ciudadano, los cuidados y la limpieza, la proyección no tiene límites en una compañía que fija su mirada en las personas, los edificios, la ciudad y, por supuesto, su entorno.
El protagonista de esta historia recogerá, el próximo día 31, el Premio Jiennense del Año 2023, en el apartado de Sociedad, gracias a una trayectoria de vértigo convertida en modélica. El mayor de una familia de cuatro hermanos, sus padres, Orencio Valderas Cobo y Rosa Alvarado Zapata, se esforzaron para que sus hijos tuvieran un futuro prometedor en las profesiones que, libremente, eligieron y, con humildad, sencillez y grandes dosis de trabajo, lo consiguieron. No recuerda aquel colegio conocido como la “Gota de leche” en el que dio sus primeros pasos como estudiante, pero sí guarda en el mejor rincón de la memoria los días y las noches en su casa de la calle Espiga y esas escapadas a Villargordo en las que cogió aceituna, trilló, segó y, cómo no, vivió las fiestas con intensidad. Tuvo la suerte de formarse en el colegio Santa María de la Capilla, de los Hermanos Maristas, desde donde dio el salto a Madrid, una ciudad en la que tuvo luces y sombras en esos estrenos de universitario con los que rompió moldes en su familia. Del colegio mayor Jaime del Amo a la Universidad Politécnica. Así transcurrieron unos años en los que fue feliz y, a la vez, aprendió la dureza de una carrera que superó con creces: Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos.
El servicio militar, entre Jaén y Melilla, fue el paréntesis entre la vida de estudiante y la de trabajador, en la que empezó a dar sus primeros pasos en 1985, en unas obras en el monte Gurugú que tampoco olvidará. Fue con Fomento de Obras y Construcciones, S. A. Un buen día llegó al buzón de su correo postal una revista y, en la última página, encontró el anuncio que cambió su vida para siempre. Llamó al número de teléfono de Dragados y Construcciones, S. A., la mejor compañía en todos los marcadores empresariales de España, y consiguió meter cabeza. Hasta hoy. Resumir su vida laboral en estas páginas resulta complicado, porque son tantos los éxitos vividos, y los que le quedan por vivir, que no es de extrañar que, algún día, sus experiencias queden compiladas en un libro. Jefe de ejecución de los viaductos de Serena, jefe de obra de puentes en Valencia, viaductos del AVE Madrid-Sevilla... Nada se le resistió a Cristóbal Valderas, quien llegó, incluso, a liderar un programa de radio en el extremeño municipio de Cabeza del Buey, en el que entrevistó a las estrellas de aquel momento, desde Hilario Camacho hasta Camilo Sesto.
Hombre de retos, se incorporó a la División de Servicios de lo que fue el origen de Urbaser en Elche y, aunque suene extraño el cambio de los puentes a la basura, lo cierto es que fue la oportunidad de su vida, tanto que allí encontró a la mujer con la que se casó, tuvo dos hijos y comparte treinta años de felicidad. El siguiente destino, el definitivo, fue Madrid. Inmiscuido en la dinámica de la diversificación, entró de lleno en un mundo diferente, el de la limpieza de interiores, el servicio de ayuda a domicilio, las residencias, las escuelas infantiles, el mantenimiento, la jardinería... En 2008 fue nombrado presidente ejecutivo y consejero delegado de Clece, empresa del grupo ACS que camina con paso firme por un sendero en el que la clave está en la palabra “ayuda”. Su corazón y sus manos son la llave de sus éxitos.
Jiennense de sentimientos, vuelve a su tierra siempre que puede, barre para casa en la medida de sus posibilidades y, en esas oportunidades internacionales que le regala el cargo, proclama a los cuatro vientos las bondades de una provincia única.

Corazón y manos para todos
Hay una pobreza escondida, la que no se ve, que dificulta la vida de miles de familias cada día. Cualquier contratiempo económico en la vorágine cotidiana puede suponer un revés para quienes cuentan con techo y trabajo y, sin embargo, se ven incapacitados para afrontar pagos extraordinarios por culpa de situaciones inesperadas. El 25 de octubre de 2017 nació un colectivo, en el seno de Clece, con la firme de intención de, con el corazón, brindar las dos manos de sus fundadores para ayudar a los trabajadores a luchar contra cualquier tipo de emergencia social. Casi siete años después de aquella semilla, el árbol de la solidaridad está fuerte y grande y “Corazón y Manos” se ha convertido en una de las fundaciones más solidarias de todo el país. Al frente está, como presidente y fundador, el jiennense Cristóbal Valderas Alvarado.
Declarada de utilidad pública y sin ánimo de lucro, más de siete mil personas han recibido ayuda en una trayectoria para enmarcar, porque no es habitual que, dentro de una empresa, compañeros pongan dinero de su bolsillo para ayudar a quienes de verdad lo necesitan. El campo de acción va, en la actualidad, mucho más allá de la firma, de tal forma que entre sus beneficiarios actuales también se encuentran personas ajenas a la compañía, sobre todo las que pertenecen a algún colectivo desfavorecido y que necesitan una oportunidad para continuar adelante con su proyecto vital. La sinergia entre Clece y “Corazón y Manos” demuestra la razón de ser de la asociación y la voluntad de seguir cumpliendo años con energías renovadas. No paran de surgir nuevos proyectos solidarios. Cristóbal Valderas anuncia que la provincia será pionera en una experiencia piloto encaminada a prestar ayuda psicológica a través de una red conocida como “Salud y Personas”, una revolucionaria iniciativa que se extenderá a toda España con mucho corazón.

Florentino Pérez, presidente del Grupo ACS (matriz de Clece) y del Real Madrid: “Trabaja por un mundo mejor”
Conozco a Cristóbal Valderas desde hace veinte años y, después de tratarlo profesional y personalmente, estoy convencido de que hace todo lo que puede para crear una sociedad cada vez más justa. En el plano laboral, es uno de los directivos con mayor vocación social dentro de ACS, el grupo que presido, así que conozco de primera mano su compromiso por dejar huella en la ciudadanía desde su papel como presidente de Clece. De hecho, más de una vez le he comentado personalmente que Clece se parece más a una ONG que a una compañía al uso.
En este sentido, recuerdo varias conversaciones en las que me ha sorprendido con ideas originales para resolver algunos de los principales retos a los que nos enfrentamos como sociedad: el desempleo, la discriminación, la exclusión social, la España despoblada, la violencia de género... He de reconocerle el mérito de haber sabido liderar un proyecto empresarial que combina con éxito la rentabilidad con un compromiso social que impacta de manera real y tangible en la ciudadanía, sobre todo a través de la inclusión laboral de personas procedentes de colectivos desfavorecidos. Como no podía ser de otro modo, muchas de esas ideas desarrolladas por Clece han comenzado a aplicarse en su querida Jaén, por lo que no es de extrañar el cariño de sus paisanos, que han querido devolverle su compromiso con su tierra con este reconocimiento que le otorga Diario JAÉN como Jiennense del Año 2023.
Otro dato reseñable es que su afán por ayudar a construir un mundo mejor le llevó a impulsar la creación de Corazón y Manos, la asociación sin ánimo de lucro que preside y que nació para ayudar a trabajadores de Clece que, por diversas circunstancias, estuvieran atravesando una situación complicada.
Pero, más allá de la relación delimitada por un organigrama, existen otros vínculos que me unen a Cristóbal, como nuestra irrefrenable pasión por el Real Madrid. Además de compartir devoción por nuestro equipo, es aquí donde ambos colaboramos de manera más activa en el plano social, con la organización de visitas al Santiago Bernabéu que parten de los proyectos de inserción social de Corazón y Manos. Se trata de visitas en las que, de manera conjunta, invitamos a partidos del Real Madrid a usuarios vulnerables o procedentes de colectivos desfavorecidos. Pequeños gestos que, sin embargo, se convierten en recuerdos imborrables para sus protagonistas.

Jesús Torío Durántez, médico: “Siempre reivindica a Jaén”
Estudió Cristóbal Valderas Alvarado en el colegio Santa María de la Capilla, conocido como los Hermanos Maristas, donde conserva amigos de los que se consideran auténticos, los de toda la vida, aquellos con los que puedes reír y llorar. Jesús Torío Durántez es uno de ellos. Médico de profesión, estuvieron codo con codo hasta que terminó lo que entonces era COU y, aunque cada uno eligió su camino profesional, los lazos de amistad fueron tan fuertes que nunca se rompieron.
“Es una cosa muy bonita la que tenemos, porque me jubilé hace dos semanas, me hicieron una fiesta sorpresa y vino mucha gente que había estudiado conmigo en Maristas, entre ellos Cristóbal Valderas”, subraya. Asegura que, independientemente de si está su familia o no en Jaén, le gusta visitar su ciudad siempre que puede: “Además, como están todo el día dándole premios, si no es por eso, viene por los temas de su empresa”, ironiza.
“Teniendo el puesto ejecutivo de responsabilidad que ejerce en Clece, destaco la cercanía y, aunque no lo sigo profesionalmente, sé que no es un falso campechano, ser fiel a sus amigos es algo natural”, expone este médico de profesión, quien destaca el sentido de la responsabilidad que tiene su amigo. Añade: “Nos reímos mucho recordando lo antiguo y lo próximo”. Jesús Torío manifiesta que era buen estudiante, “no el típico empollón, sino inteligente”. Asegura que se ven, al menos, cinco veces al año y, con la excusa de la afición por el Real Madrid, alguna que otra más en la capital de España. “Desde chicos éramos madridistas. Recuerdo que fuimos a Barcelona de viaje de fin de curso, nos acercamos al Camp Nou y nos firmaron los jugadores, pero seguíamos siendo madridistas”, resalta. Lo que más le llena es que su amigo siempre reivindica a Jaén.

Damián Rivas Rivas, ingeniero Aeronáutico y catedrático en Sevilla: “Es muy responsable”
Eran los años del despegue de la democracia y de la incipiente “movida madrileña” cuando tuvieron la suerte de conocerse. Cristóbal Valderas llegó al colegio mayor Jaime del Amo de Madrid procedente de Jaén. Damián Rivas Rivas recaló desde el municipio manchego de Miguelturra. Eran prácticamente unos adolescentes y, juntos, crecieron con el acompañamiento de una amistad que se hizo cada día más grande y que dura hasta la presente.
“Profesionalmente elegimos caminos distintos, porque él es ingeniero de caminos y yo, aeronáutico, pero lo cierto es que no hemos perdido la conexión y así seguiremos siempre”, rememora.
“Hay dos aspectos importantes, por un lado, es un profesional muy bien formado, porque estudió una de las carreras más difíciles en una universidad de mucho prestigio, la Politécnica de Madrid. Y, por otro, desde que nos conocemos siempre ha sido muy responsable, fruto de su educación familiar”, subraya Damián Rivas, quien habla maravillas de Cristóbal Valderas.
Uno de los mejores amigos del jiennense, asegura que, aunque no ha llegado a profundizar en la provincia, lo cierto es que conoce Jaén gracias a él. Además de la capital, visitó Cazorla y tiene buena impresión de esta tierra. El ingeniero aeronáutico lleva más de veinte años de carrera en Sevilla y, a pesar de la distancia, siempre buscan un punto de encuentro para rememorar viejos tiempos y apoyarse mutuamente en las cosas que verdaderamente importan. “Nos une amistad de cuarenta años, somos casi como hermanos, tenemos una relación de mucha sinceridad, nos conocemos de toda la vida, hemos crecido juntos y en las distancias cortas es muy cercano, un hermano en el que uno puede confiar”. Tras el colegio mayor, compartieron piso y vivencias.

Blanca Hernández Oliver, letrada de las Cortes Generales: “Es una referencia y un buen líder”
Conoció a Cristóbal Valderas en la primavera del año 2015, gracias a un foro organizado por Clece en la escuela de Negocios Lluis Vives de la Cámara de Comercio de Valencia. “De los muchos eventos a los que he asistido en mi condición de delegada del Gobierno para la Violencia de Género, recuerdo éste como si lo estuviera viviendo ahora mismo, por su incomparable calidad. Fue una jornada conmovedora y de muchísimo provecho: las mujeres que participaron, habiendo sido víctimas, los profesionales que colaboraron, mostrando su buen hacer, el personal y el equipo directivo de Clece, que lo organizó y lo dirigió. Nos ofrecieron una verdadera lección de profesionalidad, sensibilidad y servicio a los demás. Al frente de todo estaba Cristóbal Valderas. Con eso lo digo todo”, rememora Blanca Hernández Oliver, hoy letrada en el Congreso.
De su persona, destaca la unión de tres condiciones que convierten al protagonista en una “referencia y en un buen líder”. Subraya: “Su cabeza: privilegiada, trabajada, formada, capaz de resolver problemas complejos. Su sensibilidad y su corazón: abierto, generoso, sencillo, humilde y a la escucha. Y sus formas: sencillas y siempre adaptadas a quien tiene delante. Hay una cosa más: ha sabido rodearse de los mejores. No hay mayor señal de capacidad y de buen hacer”. A la pregunta, ¿cómo valora su trayectoria profesional?, responde: “Cristóbal ha puesto todas las herramientas anteriores al servicio de un proyecto en el que cree y lo ha llevado más allá del aspecto empresarial. Ha unido lo profesional con el servicio altruista y generoso a los demás. En un mundo dominado por el afán de lucro y la ambición, él y todo el equipo de Clece han mantenido siempre un compromiso social indubitado. Buena muestra de ello es su contundente e inmediato ‘sí’ a la iniciativa ‘Empresas por una Sociedad Libre de violencia de género’, que consiguió sensibilizar a miles de personas y lograr cientos de empleos para mujeres que habían sufrido esta violencia. Solo si toda la sociedad se implica, cada cual como y en la medida que pueda, es posible construir un mundo mejor. En el ámbito del que estamos hablando, Cristóbal y Clece lo hacen. Siempre ha estado disponible para contribuir”.
Para ella, la empresa que dirige no es “una más”. Es, según dice, diferente porque une lo empresarial y el servicio a la comunidad. Se centra en un sector esencial.