Javier Burgueño: “Emprender significa aceptar un estilo de vida”

Javier Burgueño ha ejercido como abogado casi treinta años y actualmente está enfocado en la mentorización de emprendedores y en la consultoría en inversión y planificación financiera, en orientar al emprendedor cómo debe enfocar los números. Por ello, es docente del programa Advanced del Máster de Emprendimiento de Kayzen Emprende.

—¿Qué imparte en el máster?

—Me encargo del módulo jurídico-legal. Aquí lo que hacemos es un recorrido por todos los aspectos jurídicos y legales que debe tener un emprendedor a la hora de poner en marcha su negocio, desde mostrarle cuál es el mapa de forma jurídica para establecerse como empresa, hasta analizar las obligaciones tributarias que van a tener. Además, veremos toda la tipología de contratación laboral. Asimismo, hacemos hincapié en todo lo relativo al establecimiento físico de la empresa, que hoy en día todo está proyectado al mercado online pero hay negocios con establecimiento físico a los que se le da una amplia información normativa acerca de lo que son las licencias de actividad y las posibilidades que tienen, porque no todas se pueden hacer en cualquier ubicación.

—¿En qué más se centran?

—Cuando ya está puesta en marcha la empresa, también nos centramos en cuáles son las herramientas que te tienes que rodear para proteger la empresa, desde el punto de vista patrimonial, la comercial y la protección del personal de la empresa.

—¿Cómo puede ayudar al alumno en este ámbito?

—En dos vertientes principales: por un lado, para que vean cuál es el mapa normativo existentes que les permita elegir lo que más le conviene a la hora de establecerse como empresa y, una vez que sepan esto, centrarse en convertir a la empresa en un negocio rentable.

—¿Cómo cree que es de importante la formación para un emprendedor?

—Es imprescindible, porque emprender significa aceptar un estilo de vida en lo que lo importante es el proceso y la construcción del mismo es la causa de lo que va a venir después, el beneficio empresarial. Entonces, si no tenemos una causa bien asentada, el efecto se diluye en el tiempo y es lo que muchas veces le ocurre al emprendedor.