Jaén no olvida a los afectados por la DANA en Valencia
Después de un mes de la tragedia, la ayuda jiennense continúa sin límites
Se cumple un mes desde que la dana arrasó gran parte de la Comunidad Valenciana y Castilla La Mancha, dejando más de doscientos muertos, y aunque la mayoría de calles ya son transitables, los efectos de la catástrofe aún siguen patentes.
A pesar de que el lodo y las imágenes más propias de países subdesarrollados ya no copan como antes las portadas de los medios de comunicación, el pueblo jiennense no olvida a sus compatriotas y sigue enviando muestras de ayuda para tratar que los afectados puedan volver a la normalidad cuanto antes. Sin embargo, no es tarea fácil, pues aún queda mucho por hacer, como explica José Luis Gómez, que visitó algunos de los municipios afectados durante el pasado fin de semana.
“Hay mucha ayuda que debe liberarse, pero todavía hay muchas labores por realizar”, explica el ubetense, integrante de la Asociación Guardias Civiles Solidarios. Gómez acudió a las zonas afectadas junto con miembros de Protección Civil de Jódar, que colaboraron con el transporte de productos de primera necesidad. Allí no lo tuvieron fácil, pero gracias unos contactos consiguieron hacer llegar su mercancía a Massanassa. Una vez descargado el material, los voluntarios del Santo Reino apenas pudieron dar una cabezada en una furgoneta, para ir hasta Catarroja al día siguiente. “Las calles ya son transitables, pero aún hay algunos coches en medio que no sirven para nada”, describe. A las afueras de los municipios se habilitan puntos improvisados de basura, donde se acumulan montañas de enseres inservibles y llenos de lodo. “Me llamó la atención ver a personas rebuscando para conseguir algo de valor”, manifiesta.
Hace apenas unas semanas, Gómez atendía a este periódico justo después de rescatar un cadáver de un garaje anegado. Hoy, la situación es bien distinta, y según apunta, la ayuda debe enviarse teniendo en cuenta siempre las necesidades de los afectados. “Por ejemplo, nosotros hemos comprado cien colchones y tenemos varios proyectos para las próximas semanas, según las demandas de las personas”.
En la población también hay preocupación por los problemas de insalubridad que puede ocasionar el barro, así como por los efectos psicológicos, que se vaticinan incalculables. Mientras tanto, los vecinos azotados por esta catástrofe natural siguen trabajando sin descanso para limpiar una herida cuya profundidad se desconoce todavía. Lo que queda claro es que los jiennenses no dejarán de lado a sus hermanos valencianos.