Una ruta de terapia, en plena naturaleza, para los internos de la cárcel
El Centro Penitenciario de Jaén se une al club “A pie de Mágina” para disfrutar de una jornada de libertad







Hasta los buitres fueron testigos de excepción de una jornada inolvidable que tuvo como escenario Sierra Mágina, con internos del Centro Penitenciario de Jaén como protagonistas de una terapia auténtica de vida centrada en la libertad. El recorrido por una de las rutas más espectaculares de la comarca reunió a senderistas del club “A pie de Mágina”, funcionarios de prisión y voluntarios para preparar el cuerpo a quienes, como terapia, se llevarán el premio de realizar el Camino de Santiago de Compostela.
Eran las ocho y media de la mañana cuando, junto al nacimiento natural de la pedanía de Belmez, a tres kilómetros de Bélmez de la Moraleda, todos se preparaban para caminar a pie doce kilómetros, en forma de raqueta, con una altura de 1.600 metros. Allí les dio la bienvenida el alcalde del municipio, Pedro Montávez Latorre, sensibilizado con un proyecto terapéutico que tiene la convivencia como verdadera filosofía.
Con una ruta de dificultad moderada, las complejidades del camino, derivadas de la sequedad del terreno ante la falta de lluvia, quedaron relegadas a un segundo plano en cuanto se rompió el hielo con los saludos iniciales. Algunos ya eran conocidos, sobre todo funcionarios del Centro Penitenciario y senderistas del club, pero otros se vieron por primera vez. A los cinco minutos, de reloj, daba la impresión de que todos eran viejos amigos. Fue una jornada espectacular, de convivencia, de contacto con la naturaleza, de reflexión, de pensamiento y de muchos abrazos, esos que resulta difícil encontrar en la soledad de las cuatro paredes. La asociación senderista, con capacidad para dinamizar y promover la belleza de Sierra Mágina, se prestó, por segundo año, a participar en un proyecto que diseñó Pastoral Penitenciaria y que está más que consolidado y con éxito garantizado. Una docena de internos tuvieron el privilegio de realizar la última ruta preparatoria antes de hacer el camino de Santiago, que este año consta de 118 kilómetros, en cuatro etapas, por el recorrido sanabrés.
Kala, Niebla y Cora fueron testigos de excepción de ese discurrir, a pie y cuesta arriba, por Carboneras, el Morro de Cabacillas y la Cueva de Baltibañas, un lugar menos conocido de la comarca que, cuando llueve, es un espectáculo para los cinco sentidos. Primero subir y, después, bajar. Todos se portaron bien, aunque está claro que hay quienes están más preparados que otros para eso de patearse el campo.
Aparte de los hombres privados de libertad, dirigió la expedición el presidente de “A pie de Mágina”, Luis Moreno Díaz, junto con el secretario, también funcionario de Prisiones, “Luis Rus Fuentes”. No se lo perdieron los compañeros Antonio Hervás, de la Unidad Terapéutica Educativa; Tomás Martín, ya en la etapa de jubilación; Antonio Castro, el “alma del proyecto, además de gente que conoce muy bien el terreno, como Serafín Fernández, Araceli Martín, María Isabel López, María Alcalá, Carmen María Rivera, Pedro Manuel Feligreras, Juan Diego Gómez y las hermanas Antonia y Bernarda García, ambas mujeres cazadoras y unas enamoradas del campo. Después de cerca de seis horas de reeencuentro consigo mismos, de disfrutar de la libertad y acariciar el aire, con un sol de justicia, los buenos alimentos pusieron la guinda de un pastel con un sabor inolvidable.