Inserción laboral tras la Universidad
Un 58% de los egresados del curso académico 2012-13 tienen un empleo
Ambiciosos y orgullosos de la formación que les dieron en la Universidad de Jaén (UJA), más de la mitad de los egresados del curso 2012-2013 están inmersos en el mercado laboral. Convencidos de que sus estudios son su mejor aval, gran parte de los que fueron alumnos de la UJA conocen las mieles de trabajar en lo que se formaron. Una situación que debería ser la normal y a la que aspira la institución académica. De hecho, según el informe realizado por los profesores José Moyano y Antonio Jesús Yuste, la tasa de empleo aumentó en un 13% respecto al año anterior. Mientras, el paro fue de 13,97%, un 3,8% menos que el registrado el curso pasado.
En cuanto a las características del empleo obtenidas según el estudio realizado por la Universidad, la modalidad de contratación es de un 26,8% indefinida y un 48,7% temporal. Luego, en el aspecto económico, el rango salarial que abarca los 600 y los 1.200 euros mensuales lo cobra el 43,3% de los titulados contratados, mientras que un 41,9% tiene un sueldo que oscila entre los 1.200 y los 1.800.
Por otra parte, las titulaciones técnicas son las que reflejan una mayor promoción en el trabajo, con un 30,3% de los egresados. Mientras, los que se formaron en Ciencias Sociales y Jurídicas tienen un 20,8% de posibilidades de ascender y los de Salud un 10%.
ajustes. A la hora de comparar el grado de ajuste exacto exigido entre estudios y empleo, el informe refleja que son los alumnos que estudiaron ramas de las Ciencias de la Salud los que mayor porcentaje tienen, con un 89%, seguidos de las titulaciones técnicas, con un 64,2%.
Uno de los aspectos positivos destacados del estudio es el nivel del emprendimiento de los egresados. En este sentido, hay un 6,4% de titulados que optaron por el autoempleo. Una cifra que sube respecto al año anterior y que sigue la tendencia por la que se apuesta desde la propia Universidad.
Desde que acabó sus estudios en Ingeniería de Telecomunicaciones, Manuel Luque Ramos no contó con experiencia laboral en más de una ciudad. “Cuando empecé a buscar trabajo tardé un mes en encontrarlo. Aunque en verano no habían muchas ofertas, cuando se activó el sector las posibilidades eran buenas”, recuerda Luque Ramos.
Su primer trabajo lo encontró en Granada. “Me fui a esta ciudad porque estaba más cerca de mi casa (soy de Martos), pero he de reconocer que en Andalucía las condiciones son más pésimas respecto a las de Madrid, donde está la empresa en la que trabajo ahora”. En este sentido, Manuel Luque explica que cuando estuvo contratado en la ciudad de la Alhambra, ganaba 15.400 euros brutos al año. “Entré dando las gracias, pero cuando decidí cambiar me llovían las ofertas y pude elegir trabajo. Es más, me pidieron disculpas por ofrecerme 24.000 euros brutos al año”, cuenta. Aunque reconoce que la zona donde reside (en el norte de Madrid) es más cara le sigue saliendo económico.
Otras diferencias que marca el marteño es el ambiente de trabajo. “En Granada estaba en una consultoría y me tenía que buscar la vida. Ahora el ritmo es más acelerado. Más especializado. Y se respetan los horarios”, resalta.
Por otra parte, la forma de la empresa también influye, según el jiennense: “La de Granada era una multinacional con 800 empleados, mientras que la de Madrid es una multinacional también, pero más pequeña, con unos 150 trabajadores”, explica.
Con más de un año en la empresa madrileña, el ingeniero indica que no tiene planteamientos de volver a Jaén. “Sé que bajar es bajarse los pantalones. Y si me despiden no tengo problema, pues tengo experiencia, y si sabes moverte por redes sociales te llaman”, afirma el joven marteño.
Consciente de sus oportunidades de proyección, dice que su objetivo es estudiar Gestión y Administración para aspirar a cargos de dirección.
Hijo de la generación de jóvenes más preparados de la historia, pero con más problemas para encontrar trabajo, el marteño Ismael Espinosa es un ejemplo de que no todo es negativo y que una buena formación es la mejor garantía de incorporarse en el mercado laboral. Y es que, a sus 25 años, el joven sabe lo que es trabajar para una empresa desde 2013.
Contento con su actual trabajo en Madrid, Espinosa Contreras no descarta volver a Jaén. Sin embargo, reconoce que, actualmente, prefiere seguir en la capital española, donde se siente valorado en su empresa.
Exalumno de la Universidad de Jaén, Ismael Espinosa recuerda que comenzó sus estudios en 2008. “Primero hice la Ingeniería Técnica y luego pasé a hacer la Superior en Linares”, cuenta el profesional, para añadir que justo el año en el que acabó, en 2013, ya empezó a buscar empresas para trabajar. “Miré por internet, pero en Jaén o no había nada o lo poco que había no me ofrecía mucho”, dice. Fue un mes el tiempo que se dedicó activamente a echar ofertas en grandes ciudades españolas y a realizar entrevistas. “La primera que me llamó fue la que acepté. Era una consultoría de Madrid. Estuve seis meses y cuando tuve contacto con el mundo laboral, opté por dar un cambio”, cuenta. Así, Ismael Espinosa se integró en la plantilla de una “gran empresa” en la que aún permanece. “Fue un cambio para mejorar económicamente y en mi carrera profesional”, resalta. De hecho, se siente muy orgulloso por su reciente ascenso. “Con el puesto que ocupo ahora también viajo a otras ciudades como Barcelona gracias a un proyecto que tenemos en marcha, así como a otros países”, cuenta.
Asegura que en la capital no hay problemas de trabajo: “La verdad es que en Madrid hay mucha oferta en Ingeniería. La opción de buscar en Jaén siempre está, pues tengo a mi familia y amigos, pero ahora no es factible, pues apenas hay ofertas y, además, estoy contento”. Como estudiante de la UJA destaca la calidad de la formación.