Inquietud en los estancos ante la subida del tabaco

Con el futuro precio, los estanqueros ven otro problema: el contrabando

04 ene 2022 / 17:10 H.
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Tiempo de dudas e incertidumbre. Esta es la sensación que tienen ahora mismo los estanqueros de Jaén, un sector que hasta el momento ha podido combatir los avatares de una pandemia que ha menoscabado la economía general. Pero que trata de salir adelante.

Entre los muchos precios que subirán, según lo establecido en los Presupuestos Generales del Estado, está el del tabaco. Este aumento previsto para este 2022 oscila en torno a un 5,5% y si a ello se le suma también la subida de la cuota de autónomos, su margen comercial es cada vez más inferior. El presidente de la Unión Profesional de Expendedores de Tabaco y Timbres de la Provincia de Jaén, Enrique Casado, remarca que, ante cada subida del precio, el contrabando siempre es el que termina ganando: “Esta subida no es positiva porque tenemos ese gran lastre del contrabando y tenemos comprobado que cada incremento, aumenta este tipo de tabaco y, por tanto, se pierda recaudación, es el efecto contrario”.

Casado, por otro lado, añade que el precio normal de una cajetilla de tabaco medio es de 4,65 euros, pero prácticamente el 82% de ese precio es impuestos: “Se baraja que esa subida ronde los 15 céntimos, de hecho ya se han anticipado los fabricantes”. Por último, añade: “Nosotros cumpliremos lo que nos digan, no sé cómo evolucionará el mercado, pero espero que se note poco”. Esta es la esperanza que tienen los estanqueros como Puri Valdivia que lleva pocos días trabajando en el estanco Jaén 31, en Roldán y Marín: “Cuando sube el precio, hay gente que se cambia a otro más barato”.

Por su parte, Bienvenido Alcántara, desde el expendedor 2 de Jaén, ve con preocupación su futuro: “Tenemos un margen muy escaso por cada cajetilla de tabaco y si suben cada vez más los impuestos, nuestro poder adquisitivo es menor y llevar un estanco supone hacer encaje de bolillos”.

Alcántara, respecto al contrabando, también tiene su visión: “Todavía no se le ha metido mano de verdad y en algunos municipios jiennenses muchos estancos se han visto abocados al cierre”. Alcántara también destaca la reinvención del sector en otros productos derivados como los filtros o los tubos para liar: “Pero de todo ello realmente no se vive”.

En esta línea se expresa Lucía Villalta tras el mostrador del expendedor número 19, ubicado en La Alcantarilla: “Además del contrabando que siempre se beneficia en cada subida del precio, hay mucha gente que se está quitando de fumar y aparte del daño a la salud, también se hace daño a los bolsillos”. Villalta sentencia: “El estanco ya no es un estanco, pues vendemos más cosas y debemos reinventarnos vendiendo gominolas o cupones de la ONCE”.

En definitiva, son tiempos complicados para unos estancos arraigados en la cotidianidad.

Jaén