Ingenio contra las temperaturas

Los jiennenses buscan refugio en una jornada con avisos de alerta naranja

22 jul 2021 / 09:24 H.
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Salir en Jaén mientras el sol luce en el cielo debería ser considerado una profesión de riesgo. Por lo menos durante este mes, en el que el verano no da un solo descanso y los termómetros bailan al son de los 40 grados, 41 de máximas. A mediodía las terrazas, tan necesitadas —y ampliadas— por los hosteleros para hacer frente a la “nueva normalidad” durante los coletazos finales de la pandemia, están tan vacías como en los días de confinamiento absoluto, allá por marzo del año pasado.

Sin embargo, aquí se sufre de otro tipo de encierro. Es uno para el que no hay vacuna, y por muy fresquito que uno se ponga, el sol quema la piel, seca la garganta y evapora cualquier esperanza de ver una Catedral como la de Jaén bajo la luz natural de nuestro astro. Se debe, por lo tanto, buscar quehaceres más amigables para evitar la alerta naranja bajo la que se encuentra la provincia.

En esa búsqueda se encontraba Diario JAÉN, por lo que acercó el foco a uno de los puntos más verdes de la capital: La segunda fase del Parque del Bulevar. Este punto de la ciudad se caracteriza por su gran fuente central, en la que niños y adultos juegan para refrescarse. Allí acudieron varios valientes, unos para tumbarse “a la fresquita” bajo la sombra de los pinos, otros para sacar al bendito perro, y algunos, increíblemente, para correr y hacer deporte. Por supuesto, todos los allí presentes aguantaban el calor como podían, y contaban a este diario qué suelen hacer cuando el sol aprieta sobre sus cabezas.

La mayoría sugirió lo mil veces contado en telediarios de este país: hay que hidratarse. No en vano la mayoría de ellos portaban botellas de agua consigo. Aun así, dejaron entrever que el cuerpo jiennense está más curtido por estos lares. Armando, mexicano de nacimiento, es un ejemplo de ello. Llegado a Jaén hace 18 años, contaba cómo tardó más de diez en acostumbrarse a la temperatura de la ciudad. Ayer andaba paseando sus pies descalzos por el césped del bulevar y oye, ni sudaba. Quién se lo hubiera dicho. El resto de los mortales allí reunidos cubrían otras necesidades, como sacar a los niños para que jugasen. No pueden acostarse tarde, por lo que salir sobre las 7 de la tarde es lo máximo —lo mínimo si se habla de temperatura— a lo que pueden aspirar. También está, por supuesto, el que contaba cómo huye de la ciudad durante el sofocante verano hacia una casa de campo que hace las veces de cueva de hibernación. En la sierra hace más fresquito. Aún con todo, uno tiene que seguir con su vida, de eso se trata, y los valientes que salen al parque con 38 grados a la sombra saben de sobra que para vivir, hay que sufrir.

Colmo de males. Ayer, la luz subió a niveles históricos, a nada menos que 106 euros/MWh. Los electrodomésticos engordan una factura ya de por si alta, y la estrella en cualquier verano jiennense es el aire acondicionado. Racionar las horas en las que se hace uso de este aparato parece lo más lógico, aunque no es precisamente bajo ese baremo por el que se toman las decisiones a 40 grados. La provincia está en situación de alerta naranja la zona del valle del Guadalquivir, mientras se mantienen en amarillo la capital y sus montes, Sierra Morena, El Condado, Cazorla y Segura. Las temperaturas agobian durante el día, pero se hace más pesadas y acuciantes en las largas noches.

Jaén