Impulso laboral con formación

Los cursos promovidos por Cruz Roja y Clece emplean al 70% del alumnado vulnerable

10 may 2021 / 10:53 H.

El último curso promovido en 2020 por Cruz Roja en colaboración con Clece empleó al 70% de sus alumnos, o lo que es lo mismo, 77 profesionales consiguieron un puesto de trabajo gracias a estas acciones formativas.

En estos dos últimos años, los cursos de Clece y Cruz Roja formaron a casi 300 alumnos. En concreto y con los últimos datos disponibles sobre la mesa, la convocatoria del año pasado alcanzó a 110 estudiantes de 37 municipios diferentes por los 175 que han participado en el curso este año, procedentes, además, de un número superior de municipios: 58. En ambos casos, se implicaron siete asambleas comarcales de Cruz Roja en la provincia.

Para darle aún más valor a estas acciones formativas, siempre se comienza con lo que desde Cruz Roja denominan “Itinerarios Formativos”, por lo que, aunque la capacitación técnica comenzó el 29 de marzo de 2021, unos veinte días antes de ese momento se trabajaron las demás competencias transversales, donde se hizo especial énfasis en puntos esenciales como la motivación, el conocimiento del perfil profesional o el refuerzo de competencias de suma importancia como lo son las digitales.

De este modo, cabe destacar la intervención de Clece en una sesión de orientación laboral, la cual, además, se replicó varias veces para flexibilizar y facilitar la participación de los integrantes debido al gran número de alumnado. En concreto, se espera terminar el presente curso el próximo día 10 de mayo.

DATOS CLAVE. El Servicio de Ayuda a Domicilio de la Diputación Provincial de Jaén gestionado por Clece llega, en la actualidad, a 67 municipios jiennenses. Es de interés destacar, en este mismo sentido, que la Administración supramunicipal ha resultado ser un gran apoyo de cara a la inserción laboral en municipios con un historial especialmente complicado. Además, el respaldo de la Diputación de Jaén ayuda a darle un punto de calidad a la contratación, puesto que la formación siempre es importante para puestos de trabajo de este tipo, que necesitan de motivación y preparación a partes iguales.

Y es que, el comienzo de la relación entre Cruz Roja y Clece, a pesar de no remontarse a hace mucho tiempo, ha sido muy útil para los profesionales empleados en el Servicio de Ayuda a Domicilio. Cruz Roja y Clece comenzaron a ir de la mano en 2016, concretamente en Andújar, donde comenzaron a hacer derivaciones de candidaturas para procesos de selección, donde se obtuvieron cuatro inserciones y Clece recibió el reconocimiento por parte de Cruz Roja. En 2017, el flujo de comunicaciones de ofertas de trabajo continuó e incluso se hizo más constante que el año anterior, lo que propició una comunicación más fluida en más municipios, además de en Andújar. Concretamente, en septiembre de ese mismo año hubo un punto de inflexión, ya que se diseñó la manera de incorporar a Servicios Sociales en la derivación de las personas vulnerables a Cruz Roja, lo que dio como fruto la primera formación a la carta en la provincia jiennense entre Cruz Roja y Clece.

No fue hasta el año 2018 cuando se materializaron estos primeros frutos con la celebración en Úbeda de la primera acción formativa conjunta, en la que participaron presencialmente un total de 23 alumnos, de los que se contrató a 13. En 2019, se realizó una formación a la carta en el Ayuntamiento de Andújar, en la que participaron 15 alumnos y se contrató a 10. Además, se realizó otro curso en Peal de Becerro con 18 alumnos de los que 12 fueron contratados. Asimismo, cabe reseñar que, además de estas 22 personas contratadas, hubo derivaciones directas, por lo que se formalizó alguna que otra contratación más.

En uno de los capítulos más recientes de esta historia, en 2020, se comenzó con una actividad formativa que se celebró en Porcuna y que articuló la formación provincial con un total de 110 personas formadas de 37 municipios de siete asambleas comarcales de Cruz Roja. Esta formación se diseñó con un carácter teórico-práctico, pero tuvo que reinventarse y dar el salto al formato online debido a las consecuencias producidas por la pandemia de coronavirus. El 70% del alumnado participante en los cursos, la mayoría en situación de vulnerabilidad, obtuvo una inserción laboral por parte de la empresa, un dato que pudo haberse visto incrementado en un 15% adicional, que no pudo incorporarse por motivos personales. Cierto es que la covid-19 ha supuesto todo un reto para numerosos sectores de la sociedad, también para este, y es que el coronavirus ha desdibujado en algún territorio servicios y necesidades de contratación, lo que explica los resultados obtenidos en 2020.

Impulso laboral con formación

José Boyano: “Sin empleo no hay inclusión social”

—¿Cuáles diría que son las claves de la colaboración entre Cruz Roja y Clece?

—Para mí son tres los pilares básicos sobre los que se sustenta la alianza entre Clece y nuestra institución. Primero, tener una misma mirada hacia el futuro a través de la que compartimos los objetivos de estar más cerca y mejorar la vida de las personas que atendemos. En segundo lugar, un diseño conjunto y estratégico de la intervención donde definimos objetivos activando en el proceso también a agentes sociales locales y creando redes y sinergias que impulsen nuestros resultados. Y, por último, la relación fluida y constante entre los profesionales de los equipos de trabajo de Clece y del Plan de Empleo de Cruz Roja. Esta manera de trabajar vertebrada en un ganar-ganar nos ha permitido tener un vínculo sólido, estable y comprometido. En los últimos 5 años, aplicando estas 3 claves, hemos experimentado un crecimiento exponencial donde pasamos de presentar participantes de nuestro plan de empleo en procesos de selección de la empresa en un municipio en 2016 a buscar la capacitación y la inserción laboral de más de 130 personas en 58 municipios.

—¿En qué consiste el programa conjunto de Clece y Cruz Roja?

—El programa nació de una experiencia piloto que celebramos en 2019 en la Sierra de Cazorla junto con el Centro de Servicios Sociales Comunitarios de Peal de Becerro. Ese año formamos a 18 personas y la inserción del 70% conseguida nos alentó a replicar la experiencia. La pandemia llegó justo al comienzo de los itinerarios formativos semipresenciales para 110 personas de 37 municipios. Lejos de paralizar nuestra labor, sentimos que precisamente en esos momentos debíamos estar junto a la persona y transformamos y adaptamos nuestra intervención a la modalidad online. Después de un año como el que hemos vivido, era ineludible apostar por el mismo planteamiento. En 2021 hemos ampliado de 37 a 58 municipios y de 110 a 170 personas que actualmente se forman. Un itinerario totalmente online, con sesiones síncronas y con una formación en el puesto más completa.

—¿Qué aporta Clece a la labor que Cruz Roja realiza con personas vulnerables?

—En Cruz Roja Española tenemos a la persona en el centro de nuestra actividad. Sabemos que el empleo es la condición sin la cual no se podrían insertar en la sociedad. Sin empleo, las dinámicas que mantienen la exclusión social difícilmente podrán desaparecer de su vida.

<i>Queti Quirós coordina la ayuda a domicilio.</i>
Queti Quirós coordina la ayuda a domicilio.

Queti Quirós: “El SAD es un derecho esencial”

—¿Cómo valora el trabajo que realiza Clece en el Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD)?

—Quiero resaltar la gran labor que Clece realiza en el SAD. Es una empresa que vela por el buen funcionamiento del servicio y por el bienestar de personas usuarias y trabajadoras que lo forman. Partimos de la base de que son servicios fundamentales y nuestra función es adaptarnos a las necesidades de los usuarios. Mi experiencia en este sector me lleva a concluir que el SAD es un derecho esencial y muy necesario, que el SAD de la Diputación de Jaén cuenta con más de 5.503 usuarios y esto permite unos 1.300 puestos de trabajo y que las personas mayores y dependientes tengan la posibilidad de estar sus últimos años de vida en sus domicilios y rodeados de lo familiar y conocido. Por esta razón, esta atención resulta tan importante que, durante los meses de pandemia, las personas usuarias no han dejado de estar atendidas por sus auxiliares de siempre, cualificados específicamente en prevención Covid y equipados con el material de prevención correspondiente.

—¿Qué supone para la mujer, sobre todo la mujer rural, conseguir un trabajo con una función clave en la sociedad actual?

—La inclusión en el mercado laboral conlleva a la solvencia e independencia económica. Otro aspecto a destacar es su reconocimiento y acreditación a las tareas de cuidados que realizan con las personas mayores, dando la posibilidad de obtener formación reglada y su titulación o acreditación en cuidados a la dependencia. Los empleos conllevan prosperidad y ponen en valor a personas usuarias y trabajadoras.

—¿Cuál es el perfil que buscan para cubrir esta parcela laboral?

—Principalmente buscamos a personas que quieran trabajar con personas, y esto lleva implícito motivación, empatía, actitud, habilidades sociales, aptitud, etcétera. El perfil de la profesional de la ayuda a domicilio debe reunir una serie de requisitos académicos y aspectos formativos, pero también actitudes y aptitudes que facultan a la persona para desempeñar su puesto de trabajo y prestar un servicio de calidad a los usuarios del SAD.

—¿Qué supone, aparte de tener una nómina, que una mujer tenga un trabajo en Clece?

—Autonomía económica y obtención de recursos. Entre nuestra plantilla de trabajadores nos encontramos ante un gran porcentaje de mujeres con cargas familiares y otras tantas divorciadas o separadas, mujeres inmigrantes y pertenecientes a otros colectivos que, gracias a este trabajo, han podido salir adelante.

<i>Maria Antonia Quesada, trabajadora de Clece que realizó el curso en 2020. </i>
Maria Antonia Quesada, trabajadora de Clece que realizó el curso en 2020.

Maria Antonia Quesada: “He aprendido mucho”

—¿Sobre qué aspectos versó fundamentalmente la formación que ha recibido?

—Lo primero que quiero destacar es que este curso ha supuesto para mí una buena formación tanto en el ámbito personal como en el profesional. Me han enseñado cosas muy interesantes respecto al cuidado de personas dependientes, que eso es lo esencial para trabajar.

—¿Desde cuando lleva en este sector?

—He trabajado toda la vida con personas mayores, pero claro, no tenía la eficacia suficiente hasta que no me lo han enseñado. Los cursos son muy importantes.

—¿Qué ha aprendido en lo personal?

—Cómo atenderlos y tratarlos mejor. Este trabajo no consiste en llegar y levantar a una persona dependiente de la cama. Hay que saber cuál es la manera más adecuada para tratarlos y darles cariño.

—En su mayoría son personas que están solas... ¿No es así?

—Claro, por eso hay que saber cómo hacer las cosas, porque las personas dependientes necesitan mimo, mucho mimo.

—¿Cómo cambió la forma de trabajar con personas dependientes tras estallar la pandemia?

—Nos dieron un curso de formación específico, nuestros EPI, todo. Estoy muy contenta con la empresa y cómo se ha portado con nosotras durante esta crisis sanitaria. Siempre han estado pendientes de que no nos falte de nada para trabajar en condiciones de seguridad.

<i>Dolores Redondo, trabajadora de Clece que realizó el curso en 2020</i>
Dolores Redondo, trabajadora de Clece que realizó el curso en 2020

Dolores Redondo: “No tenía conocimientos”

—¿Cómo ha sido la formación recibida?

—He aprendido mucho sobre ayuda a domicilio, los cambios posturales y, en definitiva, el día a día de los usuarios.

—¿Le ha servido?

—Sí, porque me he dedicado a esto antes, pero me he dado cuenta de que no tenía conocimientos.

—¿Cree que los cursos son fundamentales para tratar con el usuario?

—Sí, porque tiene que ser un trato lo mejor posible, hay muchos con alzhéimer y hay que ayudarles con la pérdida de memoria. Vamos haciendo nuestro trabajo encaminado a que se sientan lo mejor posible. Estoy trabajando en La Carolina y estoy muy contenta con mi puesto. Yo ahora mismo tengo cuatro usuarios a mi cargo, pero a veces tengo que sustituir a compañeras algunas horas. Llevo desde diciembre en Clece, pero antes he estado haciendo sustituciones en verano. Me gusta mucho lo que hago, porque me encanta el trato con las personas mayores.

—¿Cómo llevan sus usuarios la pandemia de la covid?

—La pandemia está siendo dura para ellos, algunos la llevan mejor, pero otros están más tristones. Para nosotros es fundamental animarlos. La vacuna es lo que les ha permitido tener esperanza, porque su ilusión es poder abrazar a sus nietos. Ha sido difícil por todas las medidas que hemos tenido que llevar, pero me he acostumbrado rápido.