Impagos municipales abocan al desahucio a colectivos culturales

“Amigos del Festival de Otoño” descubre que la sede será lanzada el día 16

10 dic 2015 / 11:31 H.

Los Amigos del Festival de Otoño están al borde del desahucio del que es su centro de operaciones desde hace más de ocho años y el motivo no son sus propios impagos, sino los del Ayuntamiento a la comunidad de propietarios del número 6 de la calle Andújar en el que tiene su sede este colectivo cultural. Si nada lo impide —y rezan por conseguirlo—, el próximo miércoles, día 16, el juzgado procederá al lanzamiento de un piso sobre el que pende el embargo. ¿A cuánto asciende la deuda? ¿Quién la ha reclamado? ¿Cuándo lo hizo? Son algunas de las preguntas para las que no tiene respuesta aún una asociación que se enteró de lo que algunas voces ya tachan de “atropello” por casualidad; por la notificación del juzgado que les había dejado el cartero en la puerta de la sede hace exactamente una semana.

Iba dirigida al Ayuntamiento. Se extrañaron de lo que podría contener y, cuando lo descubrieron, se encontraron una advertencia que los asombró primero y los indignó después. “Esto es muy serio. Se van a quedar con el local y tenéis que sacar las cosas, que, si no, se las quedan”, les avisaron, según indicaron a este periódico fuentes próximas a la asociación. Desde entonces, y a pesar de que, por medio, ha habido un puente que se les ha hecho eterno, los “Amigos del Festival de Otoño” no han dejado de cavilar medidas y de moverse para evitar un desahucio que no solo pone en peligro la labor que realiza. También amenaza a la de la Asociación Jacobea de Jaén, ya que, gracias a la “amabilidad” del colectivo cultural —valora el presidente, Jacinto Fuentes—, dos días a la semana puede reunirse en un local y desarrollar actividades que han logrado situar con letras grandes el nombre de la capital en el peregrinaje que conduce a Santiago de Compostela a millones de personas de todo el mundo.

Para contener el lanzamiento del local, “Amigos del Festival de Otoño” registró, ayer, en el juzgado, junto a “todos los recibos” que paga “religiosamente” al Ayuntamiento desde junio de 2007, una notificación en la que pide personarse en la causa. Lo han hecho —subrayaron a este periódico— porque no quieren perder el sitio, pero tampoco permitir que la ciudad pierda un bien patrimonial que se adjudicaría, probablemente —aventuran—, por una “cantidad irrisoria”. “Lo que pagamos al mes son 18,51 euros. Si eso se multiplica por los cuatro años que creemos que es la deuda reclamable resulta una cantidad ridícula para un local que, como mínimo, podría costar 20.000 euros”, estiman fuentes de la Asociación Amigos del Festival de Otoño, que esperan que, en los próximos días, se fije la vista judicial para que ellos puedan “defenderse como terceros perjudicados” por el lanzamiento de la sede.

No obstante, más allá de esa personación en la causa que les permitiría recurrir el lanzamiento, el colectivo cultural sostiene que “todo está pendiente de una decisión política”, ya que, según las informaciones que les han llegado, la anotación del embargo del local ya está inscrita para su subasta e, incluso, habría un aviso en el área de Patrimonio para darlo de baja como bien público. Pese a todo, en ese remover cielo y tierra en el que andan en los últimos días, los miembros de la asociación ya han contactado con concejales del equipo de Gobierno y confían en que el Ayuntamiento medie, finalmente, y paralice un lanzamiento que restaría capacidad de acción a dos colectivos culturales que han dinamizado el barrio de Las Protegidas y también la capital gracias a la labor altruista que desarrollan.

Este periódico intentó sin éxito conocer la versión municipal.