Iago Castro, sobre la distribución de butano: “Estamos trabajando a pérdidas”

El presidente de la Federación Española de Distribuidores de Gases Licuados del Petróleo (Fedglp) reflexiona sobre el estado del sector y da detalles sobre la suspensión del servicio domiciliario de butano

03 nov 2024 / 17:50 H.
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LA ENTREVISTA

La suspensión del reparto de butano comenzará el martes y será un día a la semana, con un calendario inicial de dos meses. El 13, 21 y 29 de noviembre, así como el 5, 11, 17 y 23 de diciembre, serán los demás días que quedará interrumpido el servicio domiciliario.

—¿Cuántas asociaciones agrupa la Fedglp?

—La federación aglutina prácticamente la totalidad de las empresas de distribución de gases licuados del petróleo envasados en España. En ventas, para que los lectores se hagan una idea, cerca del 90% de la comercialización de envasado que realizan pequeñas y medianas empresas. Estas pymes están agrupadas en la federación como empresas, empresarios individuales o asociaciones provinciales. Hay diferentes fórmulas estatutarias.

—¿Cómo define las acciones reivindicativas que han convocado a partir del 5 de noviembre?

—No es una huelga, ni mucho menos. Tampoco es un cierre patronal, ni un paro de los repartidores, como se lee en algún medio de comunicación. Es la suspensión del servicio domiciliario del reparto de butano, que es el foco central de las reivindicaciones. Se trata de un calendario de suspensiones iniciales como reivindicación de la necesaria modificación de la regulación que tarifica este servicio.

—¿En qué consiste esta modificación que exige el sector?

—La clásica bombona de butano tiene un precio que está regulado por el Boletín Oficial del Estado (BOE) desde hace muchos años, pero está troceado en varias partidas: coste de la materia prima, donde influyen los precios del petróleo; el cambio de euro a dólar, y los fletes, entre otras. Hay una pequeña partida, la más pequeña de todas en su mando, de lo que al final da el precio de la bombona de butano, que son los costes de comercialización o de reparto. Es la última milla y es la que al final la gente ve. Son las empresas distribuidoras que recogen las botellas de las factorías y las trasladan a todos los domicilios de España. Aunque el precio cambia bimensualmente, la gente interpreta que la retribución varía en función de cuando sube o baja el precio de la bombona. Y no es cierto. En las agencias, el precio de esa pequeña parte sólo se actualiza una vez al año y, para dar cuenta de la obsolescencia de la fórmula que lleva diez años sin modificarse, la actualización de la retribución ha sido solamente de un céntimo por cada bombona de butano vendida este curso.

—Una cifra que es irrisoria.

—Cualquier persona se da cuenta de que la actualización es insignificante sólo con lo que ha subido el combustible o yendo al supermercado. Nos hace realizar el trabajo a pérdidas.

—¿No habido ningún movimiento en diez años?

—Ha habido varios documentos internos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a lo largo de esta década, recomendando e incluso proponiendo modificaciones de la fórmula para que, digamos, se actualice con el ritmo de vida y con la inflación. Pero al final han pasado los años y no se ha hecho ningún tipo de modificación. En los últimos años hemos tenido múltiples contactos con ellos y entienden numéricamente el problema, pero parece que somos invisibles, porque no dan soluciones. Ahora mismo estamos en una situación extrema para realizar este servicio, que también es de extrema dificultad.

—¿Qué supone para la distribución de butano que no se realice esta actualización?

—Que no se actualice este término significa que, año tras año, el diferencial de nuestra retribución por el servicio se vaya incrementando y, por tanto, empeoren nuestras condiciones. Nos impide modernizar las empresas, nos imposibilita renovar los camiones y nos dificulta el acceso al mundo de la digitalización. Se está forzando a una decadencia programada cuando es un tema de fácil solución. Todos los expertos coinciden en que hay que modificar la regulación. Hay que escribir una orden ministerial y, de hecho, en junio se abrió una consulta para este tema, pero aún estamos esperando.

—La profesión de repartidor de butano es dura y conlleva mucho desgaste. ¿Cree que se valora lo suficiente?

—Es un trabajo que debe estar en un altar y que debe ser contado en los libros de historia de España. Es una labor profesional que, además, aporta una relación íntima con los clientes. Se vende mucho más butano de lo que la gente cree. Se reparten tantas botellas como habitantes hay en España. Cincuenta millones de botellas. Somos de las energías más importantes y se evidencia en los más de seis millones de familias que reciben la bombona de butano en sus casas, desde el lugar más recóndito hasta las calles de las grandes ciudades. Con mucho respeto para el resto de distribuidoras de última milla, no repartimos un sobre ni un paquete. Entregamos 22 kilos de energía y recogemos 12 para que haya una economía circular. Es un trabajo complejo y que exige estas mejoras para dignificarlo.

—¿Qué espera la Fedglp del Gobierno de España?

—Lo que esperamos es una respuesta del Ejecutivo para que se resuelva un problema que lleva una década estancado y, en este sentido, se consiga una regulación que sea justa para las empresas de distribución, para que podamos alcanzar los objetivos que tenemos de desarrollo sostenible. Nuestro sector tiene un valor añadido como reparto domiciliario. Somos la energía social y lo seguiremos siendo con una regulación justa, porque se trata de la energía más barata de los gases licuados del petróleo envasados de todo el continente europeo. Lo que está claro es que hay cambiar la parte de la fórmula en la que se introducen las variables o los porcentajes. La fórmula en sí, tal y como está establecida en la actualidad, absorbe a nuestro sector. Eso es una evidencia, porque, por ejemplo, cuando sube el petróleo y cambia el precio, no recae en la distribución. La fórmula sí que influye con el cambio de euro a dólar, pero eso tampoco recae en nosotros.

—¿Qué opinión tiene sobre esta fórmula?

—Es anacrónica. Porque las actualizaciones que, año tras año, se están dando en el servicio domiciliario, clave en el sector del butano, son ridículas. Un céntimo por botella.

—¿Cree que desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico se está haciendo todo lo posible?

—Nosotros hemos sido muy transparentes y ha habido mucha comunicación. Creemos que está en una situación histórica para resolver un problema que afecta a miles de trabajadores y a millones de consumidores en España. Pero a la misma vez nos sorprende que, a día de hoy, a pesar de que ha habido contactos, todavía estemos esperando que nos citen para una reunión, para que, de una vez por todas, se analice un borrador de la posible modificación de la norma. No obstante, nos gusta ver el vaso medio lleno y queremos creer que en las próximas semanas se dará algún paso adelante en la búsqueda de una solución.

—En caso de que la problemática continúe en Navidad, ¿la Fedglp extenderá el calendario de suspensiones en el reparto de butano?

—Sí, la asamblea aprobó de manera unánime, y fue refrendado posteriormente por todas las distribuidoras de cualquier operadora, independientemente del color de la botella, que el calendario se irá ampliando y podría incluso llegar a ser indefinido en caso de que no se alcancen los objetivos. Pero repito, creemos que tenemos que estar en disposición de ir avanzando porque nuestra actitud siempre ha sido proactiva y de transparencia y comunicación.

—Tras la sacudida de la DANA en diferentes comunidades autónomas, ¿la suspensión afectará por igual a todo el país?

—Estaba programada a nivel nacional, pero, tras los virulentos episodios que ha dejado la gota fría, fundamentalmente en la Comunidad Valenciana, se ha decidido que en las zonas afectadas no se va a iniciar el día 5 de noviembre. Entendemos que hay momentos para reivindicar y momentos para arrimar el hombro. Somos un sector de distribución que, durante 60 años, siempre ha estado al lado del cliente final.

Jaén