Horas críticas para un herido en el tiroteo de Andújar
Los médicos observan la evolución tras la operación para extraer la bala del abdomen que le afectó el hígado


Los médicos confían en la fortaleza de sus 24 años y en que la operación fue un éxito. Sin embargo, uno de los heridos en el tiroteo del pasado martes de Andújar, vive momentos críticos en el Hospital Médico Quirúrgico. Su pronóstico es reservado y se está muy pendiente de la evolución después de que se le extrajera una bala que se alojó en el abdomen y que le tocó el hígado. El otro se encuentra en el Neurotraumatológico después de ser operado de un brazo, que quedó destrozado por la entrada y salida de una bala del calibre 22 que fue disparada por un rifle.
La Comisaría de la Policía Nacional de Jaén informa de que el autor de los disparos, tal y como publicó ayer Diario JAÉN en su edición impresa, se encuentra detenido. Afirma que fue una disputa familiar la que desencadenó los hechos. Comenzó en una piscina pública donde, al parecer, se produjo un intento de apuñalamiento por parte del arrestado a un familiar de los dos heridos. Por ello, la Policía Nacional detuvo al supuesto pistolero. En cambio, cuando salió, supuestamente, cogió un arma y se fue en busca de la familia con la que mantenía las diferencias y comenzó a disparar, según dice la Comisaría en el comunicado. Señala que se produjeron, al menos, cuatro disparos.
La Policía Nacional indica que los agentes recibieron diversas llamadas a la sala del 091 en las que se alertaba de que había un tiroteo en la barriada de La Lagunilla, concretamente, en la calle Párroco Celedonio Cózar Melero. Cuando se presentaron, vieron a un joven que sangraba abundamentente por el costado. Es el herido más grave, que tiene 24 años. El otro, de 41, se lo encontraron más adelante con un disparo en el brazo, según afirma la Comisaría de la Policía Nacional.
Después de trasladar los heridos —primero al Hospital Alto Guadalquivir y luego al Médico Quirúrgico y al Neurotraumatológico de Jaén—, los funcionarios comenzaron la búsqueda del presunto agresor —previamente se había delimitado el perímetro para frustrar cualquier intento de fuga—. Lo encontraron escondido en una azotea de un inmueble abandonado. Tenía un cartucho aún sin percutir y seis más en el compartimento que sirve para alimentarla. Testigos presenciales aseguran que incluso se contó con la colaboración de los Bomberos para poder bajar al detenido del tejado, ya que se encontraba en mal estado. También se le decomisó una navaja con la que, supuestamente, intentó agredir a un familiar de los dos heridos después de una disputa en la piscina. La Policía Nacional continúa con las diligencias, mientras que los heridos se recuperan en los hospitales.