Homenaje a una vida polifacética

La antigua Escuela de Magisterio acoge una muestra de Rodríguez-Aguilera

02 jun 2016 / 13:30 H.

En el centenario del nacimiento de Cesáreo Rodríguez-Aguilera, la Universidad de Jaén (UJA) honra la memoria del quesadeño con una muestra en la que recoge lo más destacado de su legado. En la exposición, ubicada en el antiguo edificio de Magisterio, se puede conocer su extraordinaria personalidad y su trayectoria vital.

Jurista, político, poeta, crítico y coleccionista de arte, Cesáreo Rodríguez-Aguilera fue uno de los jiennenses excepcionales del siglo XX. Hombre de intelecto polifacético, en el plano profesional alcanzó la cúspide de la organización judicial, ya que fue magistrado del Tribunal Supremo y vocal del Consejo General del Poder Judicial. Esta actividad la desempeñó siempre con una determinada vocación de justicia social y espíritu demócrata, lo que, finalmente, le llevó a ser elegido senador por la provincia de Barcelona durante la tercera legislatura (1986-1989). En la Cámara Alta formó parte de la Comisión de Justicia y luchó para impulsar algunos proyectos legislativos de gran calado social, como el relacionado con el derecho a la muerte digna.

Su inagotable inquietud intelectual le llevó desde su juventud a dedicarse a la poesía, primero en el Jaén de la Guerra Civil, donde coincidió con uno de los personajes que más le influirían en sus años de formación, el poeta de la Generación del 27 Rafael Porlán. A la poesía le dedicaría una atención casi continua durante su vida. Si hubiera que destacar un mundo en el que brillara, al margen de su profesión, fue el del arte contemporáneo. Con esta disciplina, Rodríguez-Aguilera mantuvo un idilio que se inició en su pueblo de Quesada, en la adolescencia, gracias a su amistad con Rafael Zabaleta. Tras su llegada a Barcelona, en 1946, esta pasión se orientaría hacia la crítica de arte, para reforzarla a través de su relación con el crítico español más determinante de la primera mitad del siglo XX, Eugenio d’Ors, a quien consideraría su maestro.

En 1999, donó a la UJA un legado literario, artístico y documental que dio fundamento, en 2002, a la constitución de la Fundación Cesáreo Rodríguez-Aguilera de la Universidad de Jaén.