Histórica primera estación de penitencia de La Lanzada
Un Jueves Santo espléndido que nunca olvidarán en La Glorieta

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Entre los rezos de laudes de la mañana del Jueves Santo con el pleno sentido de la Eucaristía y con el sol de la mañana abriéndose paso desde el mismo Jabalcuz, muchos vecinos del Barrio de la Glorieta, se levantaron engalanándose para un día histórico para la feligresía de la Parroquia de La Inmaculada y San Pedro Pascual. También historia viva para la Agrupación de Cofradías, que vio como una de las nuevas hermandades en su nómina, por fin se incorporaba al itinerario oficial de un Roldán y Marín que esperaba ya de buena mañana con la sillería montada. De esta forma y sobre un paso de misterio conformado, inicialmente para que albergue tanto a la Virgen como al titular de la misma, se mostró el Cristo de las Aguas en su Sagrada Lanzada. Este simboliza el momento en el que San Longinos, atraviesa el costado de Jesús que se encuentra en el madero, mientras observa absorta de dolor, María Santísima de los Ángeles, tallas del tosiriano Tirado Carpio, informa Juanjo Armijo.
Martín Fe Landinez y Blas Carlos Merino Pérez son los capataces de las 45 almas costaleras que se dejaron todo en cada giro y en cada racheo. Esta cuaresma ha sido más especial si cabe para una hermandad que guarda una estrecha relación con nuestro Seminario Diocesano. La Inmaculada y San Pedro Pascual abrió esa inmensa puerta que con tanto trabajo ha luchado la cofradía y la comunidad parroquial por realizar. Y tras de ella, su Cruz de Guía, sencilla, acompañada de diferentes hermandades de la ciudad que han arropado a la Lanzada en su transitar por Jaén. Momento emotivo fue la parada en la puerta de la Residencia “Condes de Corbul”, donde los usuarios residentes pudieron contemplar por unos momentos a los titulares de esta hermandad. Los sones musicales corrieron a cargo de la Banda de Cornetas y Tambores del Amor de Úbeda, que mostró un nivel altísimo formada por más de 90 componentes y que, por primera vez, se presentaban en la capital del Santo Reino.
La comitiva transcurrió a ritmo rápido tras dejar Ramón y Cajal por calle Hurtado, Cuatro Torres, Virgen de la Capilla, Correa Wellingson para llegar al inicio de la Carrera Oficial. Mucha gente, sobre todo jóvenes, iban buscando el paso de Misterio que firmemente continuaba caminando por el centro al son de las marchas del Amor con un cortejo muy numeroso de capelinas y hermanos de luz revestidos del hábito de la hermandad túnica sin capa, antifaz y el cordón característico de la orden franciscana. La institución que gobierna María del Carmen Montes del Árbol comenzó su regreso a casa dejando el templo catedralicio a sus espaldas.
Hace unas semanas se informaba que el itinerario de regreso al templo variaría respecto al inicialmente propuesto. El Paso del Señor retornaría, en vez de hacerlo por la cuesta del Obispo González, directamente por calle Carrera de Jesús ascendentemente, donde le esperaba para su primera ofrenda, la Cofradía de Nuestro Padre Jesús. El cortejo fue entrando de nuevo en su barrio, donde se podía seguir viendo a seminaristas acompañando a la hermandad. Emotiva fue la “llamá” que realizó Raúl Contreras, formador del Seminario y antiguo párroco de la Inmaculada y San Pedro. A las 15:40 horas, la cofradía, en su último giro, dispuso al paso del Santísimo Cristo de las Aguas y María Santísima Reina de los Ángeles de cara a sus vecinos que entre lágrimas y abrazos vieron cerrarse las puertas de la iglesia. Una cofradía con un presente y un futuro por labrar.