Hallan una cordillera rocosa con cinco millones de años

Científicos de la Universidad identifican el primer caso de pirometamorfismo

11 feb 2020 / 11:30 H.
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Investigadores del Departamento de Geología de la Universidad de Jaén y del Centro de Estudios Avanzados en Ciencias de la Tierra de la Universidad de Jaén identificaron el primer caso de pirometamorfismo descrito en la Cordillera Bética, un proceso geológico poco común ocurrido hace alrededor de 5 millones de años en la cuenca de Molinicos, al sur de la provincia de Albacete. “El pirometamorfismo es un proceso geológico bastante particular y curioso”, indicó Isabel Abad, una de las investigadoras responsables del trabajo. Las rocas pirometamórficas presentan minerales de muy alta temperatura, superiores a los 900 grados, que se originan en la superficie terrestre o muy cerca de ella como consecuencia de la proximidad de un magma o por un proceso de combustión. “En este caso, el pirometamorfismo está relacionado con incendios subterráneos ocurridos dentro de sedimentos lacustres ricos en materia orgánica durante periodos de sequía. La combustión espontánea de estos niveles con materia orgánica sucedió hace unos 5 millones de años cuando un antiguo lago, actualmente localizado en el sur de la provincia de Albacete, se desecó”, explicó la investigadora.

“El efecto de esta combustión de capas de arcilla ricas en materia orgánica dio lugar a rocas horneadas, junto a unas piedras con aspecto volcánico, denominadas paralavas, que se diferencian de las verdaderas lavas por presentar una mineralogía diferente, ya que las primeras proceden de la fusión de rocas sedimentarias”, señaló Abad. Según el estudio elaborado, este evento geológico, escasamente descrito en España, fue posible debido a las características particulares de este sector: una cuenca lacustre poco profunda que se secó muy a menudo y un contexto fracturado debido a la proximidad de una falla activa mayor que permitió la entrada de oxígeno en profundidad. La investigación contó con la participación de cuatro profesionales de la UJA. Matías Reolid, Mario Sánchez y Vicente López, junto a Isabel Abad, contribuyeron al análisis realizado.

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