Guillermo Pereira: “La enfermera tiene un gran valor”

El barcelonés ha sido galardonado con el primer premio del Certamen Nacional de Investigación José López Barneo del Colegio de Enfermería de Jaén

16 mar 2024 / 18:30 H.
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LA ENTREVISTA

El trabajo de investigación “No me lo imagino sin mi enfermera: experiencias de personas con enfermedad renal crónica en el proceso de estudio como candidatos a transplante renal” ha recibido el primer premio del Certamen Nacional de Investigación José López Barneo, del Colegio de Enfermería de Jaén (Icoej). La investigación pone de relieve la importancia para los pacientes de la figura de la enfermera en el sistema sanitario.

—Lo primero, enhorabuena por el premio. ¿Cómo se siente?

—Sorprendido y muy agradecido, la verdad. Es muy importante que te reconozcan el trabajo y lo hagan de esta manera, así que me siento enormemente agradecido.

—El trabajo es “No me lo imagino sin mi enfermera: experiencias de personas con enfermedad renal crónica en el proceso de estudio como candidatos a trasplante renal”. ¿Por dónde caminan los resultados obtenidos con la investigación?

—Los resultados se enmarcan en un proyecto más amplio que pretende comprobar si en España existen este tipo de enfermeras. Al final somos muchas, pero actualmente estamos en un panorama de salud pública en el que cada vez hay más enfermedades renales crónicas y sabemos que el transplante de riñón es la mejor opción, lo que no sabemos es si prestamos todos los cuidados que se deberían prestar. Entrevisté a diferentes personas que habían pasado por el proceso con enfermera y, al final, el dato más relevante fue ese: no se imaginaban el proceso sin su enfermera.

—Lo que da título al trabajo.

—Exacto, es el dato más gordo.

—Señala el jurado que el estudio, y cito textualmente, “devuelve el producto de la investigación a los pacientes”. ¿Cómo es eso? ¿Cuál fue la metodología?

—Utilizamos la vía de las entrevistas cualitativas. Hablamos con pacientes para recopilar datos y visiones diferentes sobre el proceso de acceso a un transplante de riñón. Hubo distintas fases en esta parte del proyecto, pero lo importante, por lo menos para nosotros, es que, a parte de un artículo, premio o lo que sea, podamos cambiar el proceso. Si hay algún servicio sin enfermera, se les enviará este reporte para que entiendan la importancia de esta figura. Para hacer eso, analizamos a nivel sistémico, como si fuera una herramienta de gestión, las diferentes fases.

—¿Cuáles son esas fases?

—La primera es la del centro del cuidado, que es la persona, y después todo lo que hay alrededor: entornos, familias, profesionales vinculados, sistema nacional de salud... Tras entrelazar todos los temas, este es el resultado. La enfermera es importante en este sentido y las personas que han contado con sus servicios así lo reconocen. A nivel muy básico, es como si yo quisiera comprar pan pero no hubiera panaderos. Me encontraría en un problema que, a lo mejor, no podría resolver.

—¿Hay carencia de este perfil de enfermera en la sanidad?

—Un trabajo previo confirma que en España hay unos 40 centros que hacen transplante de riñón. Aproximadamente, en un 30% de ellos hay enfermera, pero en todos los demás no hay enfermera de acceso al transplante de riñón.

—¿Conocía el Certamen Nacional de Investigación López Barneo del Ilustre Colegio Oficial de Enfermería de Jaén?

—No lo conocía. Sabía que en Jaén había un colegio profesional de Enfermería, como lo hay en todas las provincias, pero no conocía el certamen. Seguramente, me llegara a través de nuestro hospital, que nos manda periódicamente información sobre proyectos, becas, convocatorias de premios... Cuando lo vi, me resultó súper interesante presentar la investigación porque, en definitiva, era importante que este estudio no se quedara en un cajón y que sea devuelto a los pacientes que usan el sistema sanitario.

—¿Agradece la valoración del jurado de este reconocimiento?

—Enormemente. Entiendo que se presentó mucha gente, así que el hecho de que sea mi proyecto, en el que he invertido tanto tiempo, el que reciba este reconocimiento, es todo un honor. Me pasé todo el verano con él, entre entrevistas, transcribirlas, analizarlas... Contar con una reacción tan positiva por parte del jurado y que te concedan el primer premio en un certamen nacional, y de estas características, es maravilloso.

—¿Qué fue lo más tedioso del proceso de investigación?

—Como tedioso, invertir un verano en hacer todo esto. Cuando nos embarcamos en investigaciones es porque te pagan por ello o porque te gusta mucho, no hay nada más. A mí me encanta este tema y creo que, a través de investigaciones como esta, se puede cambiar el sistema de salud para que las personas tengan la calidad de atención que merecen, y para mí eso ya merece la pena. Como tedioso eso, el proceso en su conjunto, que no tedioso, pero sí muy laborioso.

—¿Cuándo supo que quería dedicarse a la enfermería y, concretamente, especializarse en las enfermedades renales?

—Todo un poco por casualidad porque yo lo que quería realmente era ser periodista. Otra de las opciones que barajaba era la de ser enfermero porque siempre me ha gustado el contacto con las personas y es una manera de hacerlo. A través de la investigación, por ejemplo, sí me siento más vinculado al proceso de escritura, reportar cosas y todo eso. Como digo, quería ser periodista, pero acabé en la Facultad de Enfermería del Hospital del Mar y empecé a trabajar. Me encantó, me sentí en un equipo muy bueno y, desde entonces, he trabajado en diferentes sitios, entre ellos Londres, y también he hecho voluntariados. Poco a poco he descubierto partes de esta profesión que encajaban y que me hacían olvidar un poco mi idea inicial.

—¿Se le da a la profesión enfermera la importancia que tiene?

—El valor de la profesión es un debate que siempre está encima de la mesa y, para mi gusto, debería eliminarse. Las enfermeras están y hacen una función que tiene un valor por el cuál reciben su salario. No creo que haya debate, ¿no? Es cierto que, en el marco de la profesión, todavía quedan retos, como por ejemplo que no cobremos como lo hacen el resto de profesionales graduados.

—Es de Barcelona, pero tiene orígenes jiennenses. ¿Es así?

—Exacto. Mi madre me ha echado la bronca porque dije mal los pueblos. Pero sí, mi familia materna es originariamente de Jaén.

—Está a tiempo de resarcirse...

—Mi abuela es de Orcera, pero mi madre nació en Siles y mis tíos en Santiago de la Espada. Mi familia materna, cuando mi madre tenía 10 años, se marchó a Barcelona y nunca volvimos. Mis abuelos asentaron su vida allí, se hicieron mayores y todo eso... Pero sí, mi familia es de Jaén.

—¿No había venido nunca?

—Cuando tenía un año, me han dicho. Con conciencia, nunca. Así que, como dije durante la entrega del premio, para mí era muy importante que me concedieran este reconocimiento en Jaén. Mi abuela falleció hace poco, así que tiene un sentido muy especial.

—¿Cuánto tiempo estuvo y qué pudo ver, al menos, de Jaén?

—Estuve con un compañero de la Sociedad Española de Enfermería Nefrológica que es de Jaén. Me enseñó el Castillo de Santa Catalina y la zona centro. Eso fue el día anterior a la entrega de premios del certamen, tras la que me tuve que marchar a toda prisa.

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