Guerra al picudo rojo

El tratamiento preventivo ha evitado, hasta ahora, la tala de palmeras municipales

08 mar 2016 / 09:20 H.

Tiene nombre de antihéroe de televisión, al estilo del Avispón verde o del Chapulín colorado, pero el picudo rojo está en las antípodas de ese concepto. No mide más de cinco centímetros, pero este insecto de origen asiático tiene en jaque al histórico palmeral de Elche, donde solo el año pasado devoró más de 33.000 ejemplares, y en alerta a los técnicos de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y a los del Ayuntamiento de la capital. De hecho, en Jaén ya está todo prácticamente a punto para el primero de los tres tratamientos fitosanitarios preventivos que se realizan al año sobre las palmeras municipales.

Si bien no se ha concretado todavía la fecha, técnicos de la Concejalía de Medio Ambiente avanzan que se realizará en el mes de abril y que se están organizando unas jornadas informativas sobre los efectos de esta devastadora plaga importada y sobre cómo combatirla. En Jaén, los estragos del picudo rojo se detectaron en la primavera del año pasado.

Se localizó en una urbanización privada en las inmediaciones del Complejo Hospitalario y, rápidamente —informan las mismas fuentes de la Concejalía a este periódico—, se dio la voz de alarma a la Junta de Andalucía. La situación de la palmera obligó a su tala y, a partir de ese momento, se han visto afectadas “3 o 4 más”, todas ellas de titularidad privada. Las palmeras municipales han corrido mejor suerte y, hasta el momento, gracias —destacan los expertos— al tratamiento que se les ha aplicado, han esquivado al escarabajo rojo. Esta estrategia preventiva, que —valoran desde la Concejalía— ha demostrado su efectividad, se realiza desde hace “2 o 3 años” y se desarrolla sobre unos 200 ejemplares. Fundamentalmente, y debido a las limitaciones económicas que tiene el Ayuntamiento, sobre aquellos que tienen más envergadura.

El periodo de mayor actividad del picudo rojo comprende los meses de marzo a octubre, es decir, aquellas épocas en las que las temperaturas son más elevadas, pero el ataque no para prácticamente durante todo el año. Así lo advierte la Junta de Andalucía, en su guía para el control de esta plaga, donde explica que ello se debe a las condiciones templadas del invierno en la región y a que el picudo se desarrolla en el interior de la palmera y allí se alcanzan temperaturas más elevadas. En cuanto a los tratamientos que se aplican, varían en función de la época del año. En la capital, concretamente, esta particular batalla contra el picudo rojo se fasea entre los meses de abril y octubre.

Como explican desde la Concejalía, a las más pequeñas, se les aplica un tratamiento foliar, en el cogollo de la palmera, y a aquellos ejemplares que miden más de 2 metros de altura se les inyecta en el tronco. En el caso de aquellas que son de titularidad privada, la Concejalía suele emitir una serie de recomendaciones, basadas en el protocolo establecido para el conjunto de la región. No obstante, este año, debido a los devastadores efectos de la plaga, el Ayuntamiento está trabajando en la organización de una jornada informativa destinada a jardineros, viveros y asociaciones de vecinos, entre otros.

Una poda bajo “criterio técnico” y para atajar “la peligrosidad”
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Sobre la base de que eran “un auténtico peligro para la seguridad pública”, la Concejalía de Medio Ambiente que coordina Juan José Jódar ha realizado una intensa poda en los árboles de la Plaza de los Jardinillos que ha llevado incluso a cortar algunos. El edil, que hoy ofrece una rueda de prensa en el lugar para explicar los trabajos que se han hecho, destaca que estaban “huecos y podridos”. Guiados por el criterio técnico, estas tareas van acompañadas de un plan de replantado.