Fraternidad en tiempos difíciles

El obispo se dirige a los fieles en las eucaristías del Jueves y Viernes Santo

11 abr 2020 / 11:32 H.
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El obispo de Jaén, Amadeo Rodríguez Magro, presidió dos eucaristías, la del Jueves y Viernes Santo. La primera de ellas comenzó con la celebración de la Cena del Señor en la Catedral. Con la lluvia como única compañía, se ofició la misa a puerta cerrada, junto al vicario general y deán de la Catedral, Francisco Juan Martínez Rojas; el diácono, Jesús Llopis, y el seminarista Antonio Blanca. En la homilía, el obispo quiso tener presentes a todos los fieles que participaron a través de las redes sociales, debido al confinamiento.

En este sentido, el prelado jiennense los ha animado a participar en la comunión espiritual: “Es doloroso, pero esta es la dura realidad que estamos viviendo. Sin embargo, yo estoy convencido de que hoy el Evangelio, que es palabra de Dios, se ha adaptado a nuestra situación. Los discípulos de hoy también le hemos preguntado previamente a Jesús: ¿Dónde quieres que te preparemos la cena Pascual? Y él nos ha dicho: Donde dos o tres están reunidos en mi nombre allí estoy yo en medio de ellos”. En el día del amor fraterno, el obispo quiso animar a todos a ser caritativos con los pobres de ahora y con los que vendrán, debido a la crisis provocada por el coronavirus. “La eucaristía es vínculo de caridad, inseparable de la actitud de servicio y necesariamente ha de llevar a los pobres”. En este sentido, Rodríguez Magro apeló a la incansable labor de Cáritas. “El gesto de Jesús y la recomendación del amor fraterno es la verdadera fuente de nuestra caridad: lo que hacemos los cristianos siempre hay que verlo y sentirlo como proyección del amor de Cristo”, pronunció el obispo.

En la segunda eucaristía, celebrada ayer, Amadeo Rodríguez estuvo acompañado por Francisco Juan Martínez Rojas, y el guardián del Santo Rostro, José López. La celebración de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor estuvo marcada por la sobriedad. La Catedral de Jaén presentaba el presbiterio sin flores, ni ornamentos, todo el templo con poca luz, la que han dejado las tinieblas, que a la hora nona han cubierto la faz de la tierra, porque Cristo ha muerto en la cruz para redimir al mundo. El Obispo comenzó su homilía dirigiéndose a los fieles, recordándoles que “el Viernes Santo es el día de la donación, del silencio, el día de la interioridad de los hombres y mujeres de fe, de aquellos que buscan al Señor”. Después, Rodríguez Magro llamó la atención sobre el Santo Rostro, ese regalo que llegó a Jaén y que es, según la tradición, uno de los dobleces del paño con el que la Verónica enjugó el rostro de Cristo, camino del Calvario. Además, se dirigió a las personas enfermas por coronavirus: “El Santo Rostro es un regalo para aquellos que están solos en sus casas, confinados en su habitación, quizá presintiendo la muerte, y sienten el rostro compasivo de aquel que los cuida”, detalló el obispo de Jaén.

Jaén