Exigen al Ayuntamiento que ejecute el precinto de un local
Urbanismo prohibió la apertura del establecimiento El Batán hace siete meses
El Ayuntamiento de Jaén tiene una patata caliente con “El Batán”. Sobre este complejo de ocio, que funciona desde hace décadas en la Carretera de Granada, pesa una orden de cierre dictada por la Gerencia de Urbanismo el 21 de septiembre de 2016, por carecer de licencia como salón de celebraciones. Una medida que no se ha ejecutado, ya que el restaurante sigue realizando todo tipo de eventos con total normalidad. El denunciante, que es uno de los propietarios del antiguo Restaurante Mistral, ha presentado numerosos escritos en el Ayuntamiento en los que exige que lleve a cabo su propia orden de precinto.
El Grupo RTable 6, la empresa que gestiona actualmente “El Batán”, asegura que están constituidos como un club social privado histórico, constituido hace cuarenta años, que tiene todos los papeles en regla y que pueden celebrar todo tipo de actos. Así lo afirma el gerente de esta sociedad, Antonio Lechuga, que, al mismo tiempo, afirma que lleva meses pidiendo una reunión al alcalde para desbloquear esta situación y no ha obtenido respuesta.
La historia arranca el pasado el 14 de mayo de 2016. Ese día, la Policía Local se personó en “El Batán”, donde se estaba celebrando una comunión. Los agentes levantaron acta de infracción porque el local no tenía licencia para esta actividad. En julio, los funcionarios incoan otra denuncia por un concierto al aire libre que carecía de autorización administrativa.
Estas denuncias hicieron que la Gerencia de Urbanismo abriera un expediente. El Grupo RTable 6 alegó que “El Batán” desarrolla su actividad desde 1977, pero que no puede aportar el documento físico de la licencia “por desconocer su ubicación actual”.
El expediente concluyó el 21 de septiembre de 2016, con la adopción de una medida clara: la prohibición de abrir “El Batán”. “Proceder al cierre inmediato y al precinto del Salón de Celebraciones por parte de la Policía Local, debiendo en su caso proceder al desalojo de las personas congregadas en el establecimiento”, dice, literalmente, la resolución de Urbanismo.
Sin embargo, la orden no ha podido llevarse a cabo. Los agentes se personan cada vez que hay un evento en el complejo de ocio y levantan varias actas. Así ocurrió el pasado fin de semana, cuando se celebraron comuniones. Fueron denuncias por carecer de licencia de apertura, por no tener seguro de responsabilidad civil, por no autorizar el acceso y por obstruir la labor inspectora de los miembros de la Policía Local. “No se puede precintar el establecimiento, porque en la misma finca vive el guardia. Es su residencia habitual”, explica Antonio Lechuga, quien reitera que el negocio cuenta con todos los papeles en regla.
Ante esta situación, el denunciante insiste y presenta varios escritos todas las semanas ante la Policía Local, la Autonómica, los Bomberos, el Ayuntamiento y la Gerencia de Urbanismo. En ellos, exige que se proceda al cumplimiento de la orden de cierre que pesa sobre “El Batán”. “Sería muy triste que tuviese que suceder una desgracia, no querida por nadie, para que se aplique la legalidad vigente con el rigor necesario”, asegura uno de estos escritos. Además, se recuerda el accidente ocurrido en Cataluña el pasado fin de semana en el que falleció una niña en un castillo hinchable que carecía de licencia.
Este fin de semana, “El Batán” vuelve a tener comuniones. El denunciante ya lo ha advertido al Ayuntamiento y la Policía Local volverá a acudir al establecimiento. La situación se está complicando cada vez más.