¿Este año está siendo más lluvioso que el pasado?

Está siendo un año con buenas precipitaciones? La mayoría de jiennenses contestaría de forma afirmativa a esta pregunta. Las lluvias de los últimos meses, que han coincidido con el confinamiento, deja la sensación de que esta temporada se está portando muy bien el cielo con el campo de la provincia. Pero nada más lejos de la realidad, y es que si hace 365 días, muchos agricultores estaban preocupados porque no caía agua, en la actualidad hay que decir que ha habido menos precipitaciones en lo que va de año hidrológico —desde octubre—.

Esto se puede ver reflejado en el nivel de los embalses de la provincia que acumulan más del 50,84% de su capacidad, pero se sitúan dos puntos por debajo que hace un año, cuando registraban el 52,5 por ciento. Las lluvias que han caído en esta primavera ayudaron a que la cifra no fuese más negativa aún, pero de momento no han bastado para superar los registros de la campaña pasada. Gran parte de culpa de esto la tiene el invierno seco que tuvo Jaén, ya que durante los meses de diciembre y enero, las únicas precipitaciones que hubo llegó en forma de tormento, en concreto por “Elsa” y “Gloria”, que en pocos días dejó abundantes lluvias pero que en el resto del mes, el sol y la calima fue la tónica general. Y si diciembre y enero fue “malo”, febrero batió todos los récords, ya que no cayó una gota a los suelos jiennenses. Este motivo es el principal de que, aunque esté haciendo una buena primavera en términos de pluviometría, el invierno seco dejará secuelas durante todo el año hidrológico, que termina en septiembre, por lo que ya solo quedan los meses más cálidos y en los que menos precipitaciones hay.

De esta manera, según los datos de SAIH Guadalquivir, los pantanos de la provincia que registran las mejores cifras de su capacidad son el de Siles, que está lleno; Aguascebas, con un 99,96%, y el Dañador, con el 91,76. También hay que decir que no son de los más grandes de Jaén, por lo que tienen más facilidad para llenarse. Por ello, el que más agua almacenada tiene es el Tranco de Beas, con casi el 61% de su capacidad, tiene 303 hectómetros cúbicos de los 498 que le cogen en total. Asimismo, destaca La Bolera, con el 67,6 por ciento; el Quiebrajano, 59,8; Rumblar, 57,7; Guadalén, 55,93, Víboras, 52,9, y el Guadalmena, 51,81. Son los embalses que están por encima de la mitad de su capacidad. Por otro lado, entre los que más vacíos se encuentran son: Jándula, al 39,04%; el Giribaile, que es el segundo más grande de la provincia pero que con sus 200 hectómetros cúbicos almacenados, está al 42,1 por ciento, y La Fernandina, con un 42,07. De esta manera, los pantanos muestran peores cifras que hace un año cuando había más pesimismo con respecto a la meteorología que ahora.