Espectacular hallazgo en Asuán

La Universidad de Jaén descubre una tumba con todos los bienes funerarios

24 mar 2017 / 11:49 H.

Cada día, mientras estamos desayunando, nos preguntamos: ‘¿Qué vamos a encontrar hoy?”, confesó, con una amplia sonrisa de complacencia en la cara, el profesor de Egiptología Alejandro Jiménez. La misión investigadora que la Universidad de Jaén lleva a cabo, desde hace 7 años, en el llamado Valle de los Príncipes (Qubbet el-Hawa), en Asuán, y de la que es director se ha convertido en una insólita fuente de “buenas noticias”, algunas de las cuales tienen ya rango de hitos. En un país en el que proliferan las excavaciones , descubrir seis cámaras intactas y una parcialmente robada de un gobernador, personajes de relevancia histórica o evidencias del cáncer de mama más antiguo del que se tiene constancia (2.200 antes de nuestra era) en los restos de una mujer “no es normal”. “Nos estamos malacostumbrando”, rió, advirtiendo de que, posiblemente, en los próximos años, no habrá ruedas de prensa para presentar grandes hallazgos. Pero ese momento no es ahora.

La última campaña (novena ya), realizada en la necrópolis del 16 de enero al 17 de marzo pasado, ha sacado a la luz una estructura que permanecía “intacta desde hace 4.200 años”. En un pozo, a 2,5 metros de profundidad y dentro de un corredor (algo inédito hasta ahora), la treintena de investigadores que integra el equipo multidisciplinar que está a las órdenes del egiptólogo descubrió el enterramiento del hermano menor de Sarenput II, uno de los más importantes gobernadores egipcios de la Dinastía XII (en torno al año 1830 antes de nuestra era).

El pozo había sido cerrado con un apelmazamiento de barro, “único en la documentación” que existía hasta ahora, y, encima de él, habían colocado ofrendas cerámicas. Nunca antes se había documentado una deposición funeraria de este tipo. Pero la excavación arrojaría más sorpresas. Al retirar las dos losas dobles que cerraban la cámara funeraria, el polvo de miles de años les descubrió un ajuar de tal riqueza como no se ha encontrado otro desde hace un siglo. Estaba compuesto por cerámicas, dos ataúdes de cedro importado de Líbano (uno dentro de otro, como era habitual que se enterrara a la clase dirigente) y por un grupo de maquetas de madera entre las que habían barcas funerarias relacionadas con la simbología del tránsito al otro mundo y escenas de la vida cotidiana.

En cuanto a los ataúdes, las termitas habían carcomido el exterior, pero el interior estaba en perfecto estado. Allí, reposaba la momia de Shemai, cubierta con un cartonaje polícromo con una bella máscara y collares. Las inscripciones en los ataúdes llevan el nombre del difunto, seguido de los de su madre y su padre, Satethotep y Khema, respectivamente. Este último fue gobernador de la antigua Elefantina (territorio fronterizo entre Egipto y Nubia) bajo el reinado de Amenemhat II. Su hijo Sarenput II, hermano mayor de Shemai, heredó el título y se convirtió en uno de los gobernadores más poderosos de Egipto durante los reinados de Sesostris II y Sesostris III. Además de gobernador de Elefantina, tuvo cargos militares, como general del ejército egipcio, y religiosos (fue responsable de varios cultos a dioses) que lo relacionaban con la corte de Heliópolis, en El Cairo.

La importancia del descubrimiento no solo reside en la riqueza del enterramiento, sino en que —como destacó Jiménez— el estudio de la momia arrojará luz sobre aquellos individuos que vivieron a la sombra del poder, “segundones” de los que, hasta ahora, no existía demasiada información.

Financiada por el Ministerio de Economía y Competitividad, con 350.000 euros, la misión de la UJA en Qubbet el-Hawa es la investigación más importante de la rama de Humanidades en España y la más relevante de los proyectos españoles en Egipto, como enfatizó el rector, Juan Gómez, durante la presentación de los resultados de la última expedición. Las excavaciones en esta tumba 33 que tantas sorpresas ha deparado desde 2009 finalizarán el año que viene. Entonces, “si Dios quiere” —anunció el director de la misión— en el Museo de Asuán se inaugurará una exposición temporal (de 2 años, en principio) con los hallazgos de la UJA en el Valle.