“Es una pena que se pase así por encima de los alumnos”

Rabia, desesperación y, sobre todo, impotencia y mucha indignación. Estas son algunas de las sensaciones que confiesan los padres y madres de alumnos de los conservatorios a los que la huelga del profesorado interino, reivindicando a la Consejería de Educación un aplazamiento de las oposiciones a 2018, ha dejado sin posibilidad de examinarse, en algunos casos, en el crucial momento de pasar de un grado a otro: del Elemental al Profesional o de este último al Superior. En esta tesitura se encuentra el hijo de Encarni Santoyo, con el agravante de que, al haber optado por el Bachiller Musical, guiado por el sueño de dedicarse profesionalmente al mundo de la música, ahora se encuentra sin título y, por extensión, incapacitado para hacer las pruebas de acceso al Conservatorio Superior de Madrid, que empiezan la semana que viene.

“Estamos de los nervios. Desde los 8 años en el Conservatorio, con unas notas y un expediente excelente y, ahora, nos encontramos con un final de etapa horrible”, expone la madre del joven. Alberto cursa sexto del grado Profesional de Piano. Aunque, habitualmente, pase desapercibido, desde el primer momento en el que alguien se matricula en un Conservatorio se somete a una educación reglada tan dura como la que sigue en Primaria, Secundaria y Bachillerato. Es sacrificio. Y, como cuenta la madre de Alberto: “Están expuestos a pruebas que son similares a unas oposiciones para entrar al Conservatorio, con 8 años, y, luego, en cuarto, para pasar al Profesional y, ahora, al Superior, en el que hay una limitación de plazas extrema”. “¡Son trabas! Y terminar con esto...”, se interrumpe la mujer, presa de la frustración y de la impotencia, muy crítica con la forma en la que la Consejería de Educación que coordina Adelaida de la Calle está gestionando la huelga de interinos.

“No está dando opciones a que se le evalúe —sintetiza Encarni Santoyo—. He ido a la Delegación y no me dicen nada. Simplemente, que esperan respuesta de la consejera. ¡Y en eso estamos! ¡Esperando desde hace dos semanas y mi hijo necesita el titulo de Bachiller para poder hacer la prueba de acceso al Conservatorio Superior de Madrid! Es una desesperación y una pena que la Administración no tenga en cuenta a los alumnos y que se pase por encima de ellos de esta manera. ¡Es alucinante!”. Santoyo pone el acento en los años de estudios y en el esfuerzo de su hijo para llegar hasta aquí, pero no pasa por alto las tasas de matriculación abonadas. “Pagamos 400 euros para que pudiera matricularse y están vulnerando el derecho de estos alumnos a ser evaluados”. Alberto sí hizo una prueba ante el Departamento de Piano. “El problema” es que, al estar su profesor en huelga, nadie puede firmar su evaluación. Como consecuencia, Alberto ni tiene certificado con las notas de sexto del Conservatorio Profesional, ni el título de Bachiller, ni opción de presentarse a la prueba de acceso al Superior. Está absolutamente “desmotivado y desilusionado”. Y lo peor —subraya su madre— es que la Consejería no da respuesta. Aunque hay otros dos casos de alumnos de sexto que no han sido evaluados, su hijo es “el único” en Jaén que carece del título de Bachiller.

La Asociación de Madres y Padres del Conservatorio Ramón Garay de Jaén comparte el grueso de las críticas de Encarni Santoyo. “Lo estamos llevando muy mal”, resume su presidenta, Mónica Alcázar. Señala que, en este asunto, la AMPA optó por la prudencia: “En la Delegación nos decían que estaban esperando a que les dieran respuesta de Sevilla, porque esto es a nivel de Andalucía y aún estamos así. Ya se han dado notas a alumnos, no a todos, porque van por niveles, pero los de sexto se han llevado la sorpresa. Les aparecen en las asignaturas como ‘no evaluados’, porque solo les pueden evaluar sus profesores”.

“Es un daño a todos los niveles”, remarca Alcázar, que apostilla: “Aquí debería haber responsabilidades de muchas cosas”. “Si estas criaturas —que aspiran a acceder a un grado superior— se examinan en septiembre, ¿les aseguran las plazas donde quieren?”, se pregunta la presidenta de la AMPA, que, “como mínimo”, cree que deberían “admitirlos a todos” y que, luego, se vea si tienen nivel para continuar o no.