“¿Es que en España no vale nada una vida?”

Claudia Taimal, la exesposa de Miguel Ángel López Restrepo y madre de sus dos hijos pequeños, no paraba llorar a las puertas del Juzgado de Instrucción número 3 de Jaén: “¿Cuánto vale en España la vida de una persona”?, se preguntaba, entre lágrimas, tras conocer la decisión del juez de que cuatro de los cinco detenidos por su supuesta implicación en los hechos quedaran en libertad con cargos. “Es muy injusto”, repetía una y otra vez, visiblemente indignada. Claudia Taimal, de 39 años, estaba mucho más calmada por la tarde, mientras estaba preparando la merienda solidaria celebrada para recaudar fondos que permitan la repatriación del cadáver de Miguel. El consulado de Colombia se encarga de los gastos del viaje, pero no los de la cremación del cuerpo: “Nos han dicho que cuesta unos 4.500 euros. No tenemos ese dinero”, afirma la mujer. Por ello, más de 200 personas —la mayoría colombianos, pero también de otras nacionalidades suramericanas— se dieron cita en las pistas polideportivas de El Valle para echar una mano a la familia en forma de ayuda económica: “Estamos vendiendo comida y bebida y la gente se está portando muy bien”, explicó Claudia Taimal, quien anunció que habrá más actos similares, ya que también quieren contratar a un abogado para que defienda los intereses de la familia en la causa judicial abierta por este caso.

Claudia Taimal conoce bien a todos los implicados en la desaparición y posterior muerte de su exmarido: “Alguno, incluso, decía que era su mejor amigo”, señaló. En este sentido, hizo hincapié en que “no se actuó correctamente”: “Hay una muerte de por medio, no estamos hablando de un robo. Tenemos mucho riesgo. Es algo que me causa mucho dolor, porque es el padre de mis hijos”, aseguró.

Claudia Taimal fue la persona que interpuso la denuncia por la desaparición de Miguel Ángel. Lo hizo el 13 de noviembre, un mes después de que se le perdiera el rastro. Estaban separados desde hace varios años y él se había ido a Colombia. Regresó a mediados de 2017 gracias a que ella le cursó una carta de invitación. “Se portaba bien con sus hijos”, recuerda. El joven colombiano se encontraba en situación irregular en España, ya que no había conseguido los permisos de residencia. “Un día antes de desaparecer, me pidió si podía llevar a los niños a la feria. Le dije que sí, pero no acudió a la cita. No me extrañó, porque no es la primera vez que lo hacía. Empecé a preocuparme después de dos semanas sin saber de él. Cuando contacté con su madre, desconocía dónde estaba”, recordó.