Erik Domínguez: “El PP está con una salud muy buena y una ambición muy sana”
El líder de los populares jiennenses, una vez superada la moción de censura en la capital, afronta un nuevo tiempo con la mirada puesta en la Diputación provincial y la Alcaldía de Jaén

LA ENTREVISTA
Representa a la segunda fuerza política de la provincia y afronta el reto de futuras elecciones con la mirada puesta en la Diputación de Jaén y la recuperación de la Alcaldía de la capital, dos frentes abiertos que pretende conquistar con trabajo, fuerza y corazón. Erik Domínguez Guerola (Motrico, Guipúzcoa, 1983), presidente del Partido Popular, está convencido de que la unidad es el único instrumento para triunfar en ese arte de hacer posible lo imposible que es la política.
—¿Se ha recuperado del susto de la moción de censura en el Ayuntamiento de Jaén?
—Cuando uno pierde una Alcaldía tan importante como es la de la capital de la provincia, eso siempre está ahí, pero por la naturaleza que tenemos aquí, nos rehacemos rápido. En política, pajarillo que pica, pierde bocao. Nos recuperamos pronto.
—¿Le pasó factura Sevilla?
—Intento ser humilde ante mis decisiones y, evidentemente, tengo mi parte de culpa en esto, primero porque soy presidente provincial y, segundo, porque es verdad que, al final, es la única capital de provincia de Andalucía que, entre comillas, se ha perdido, pero ahí está la clave, uno la puede perder electoralmente y a otros se la pueden quitar políticamente con trampas, con compras, que es lo que yo mantengo en Jaén. Hay errores que se han cometido por el camino, pero hemos aprendido mucho.
—¿Qué errores?
—Nos ha faltado mejorar en el ámbito de las relaciones interpersonales entre las dos fuerzas políticas. Eran notablemente mejorables, cosa que no pasa en el resto de municipios de la provincia en los que mantenemos un pacto con Jaén Merece Más.
—¿Cómo ve al Partido Popular en la oposición?
—Es verdad que es una situación nueva para nosotros, pero una vez pasado el periodo transitorio de adaptación de gobierno a oposición, veo al partido anclado, motivado y en contacto con la ciudad para poder recuperar la Alcaldía en 2027.
—¿Cuál será su estrategia para recuperar la Alcaldía de Jaén?
—Trabajamos conjuntamente con las direcciones regional y nacional de la mano, porque hablamos de la capital, pero el contacto permanente y la escucha con los vecinos y con el tejido representativo de los sectores es clave. No olvidamos la labor de fiscalización de aquellos proyectos iniciados para que se culminen y los que se van a paralizar, evidentemente, velar para que eso no suceda.
—¿Tienen claro el candidato?
—Aún es prematuro, porque primero, por calendario, tenemos que afrontar otro proceso electoral, las autonómicas. Entiendo que justo después afrontaremos el tema municipal, en concreto la capital, que tiene debate.
—¿Por qué?
—No tanto por la moción en sí, sino por medir el impacto electoral que ha podido tener, algo que se escapa al ámbito provincial.
—¿Baraja otras opciones?
—Sí, porque al pasar del gobierno a la oposición, no sabemos el impacto que esto ha podido tener en la calle. El apoyo hacia Agustín González y a su equipo está claro, porque el trabajo de calle sólo hay que verlo hablando con asociaciones en áreas como las que dirigía Antonio Losa, pero es pronto y pueden sucederse muchos cambios.
—Erik Domínguez está en plena forma física. ¿Cómo está el Partido Popular de Jaén?
—Muy bien. Tuvimos una junta directiva en Baños de la Encina y, de nuevo, pleno de asistentes. El partido está unido y reaccionamos ante circunstancias como la de la moción de censura, con unidad y con músculo, lo que nos deja trabajar con sosiego y con una idea de familia que es de verdad, no es una historia que vendemos, es la que tenemos. El Partido Popular de Jaén se encuentra con una salud muy buena y una ambición muy sana, porque a la conquista de la Diputación unimos, ahora, la recuperación de la Alcaldía de la capital. Estamos enchufados, “on fire”...
—¿Cerradas las heridas del congreso provincial de 2021?
—Sí, porque algo que tuvimos claro en 2021 es que el partido no obedece a técnicas de que si uno viene de papa o de mama, sino que todos somos de la misma familia y aquí caben todos, papá, mamá, el abuelo, los titos, los primos y todo el mundo, porque para hacer amigos tenemos nuestra vida personal y, si en el camino los hacemos, tanto mejor, porque esa es mi forma de ser. Creo que, con las circunstancias con las que partíamos, con el trabajo realizado bastante razonable y bueno por parte del anterior presidente, con la revolución que imprimimos al partido cuando llegamos a la dirección orgánica y teniendo claro que el adversario está enfrente, llegarán mejores resultados y nos queda dar el definitivo en 2027.
—Consiguió el regreso de alcaldes que se fueron a Ciudadanos. ¿Es un fracaso no haber convencido a Miguel Moreno?
—Para que fuera un fracaso tendría que haberlo intentado y, aunque tuve buena relación con él en periodos electorales, le doy a Miguel Moreno su espacio. Nunca se ha producido la gestión que sí hice en Cárcheles o Aldeaquemada.
—¿Cómo van los pactos con Jaén Merece Más?
—Yo creo que Jaén Merece Más y el PP han ido a dos velocidades, porque las quejas que trasladaron en la capital no eran tan intensas en el resto de la provincia, donde las relaciones son fructíferas, fluidas, buenas y cordiales en Santiago-Pontones, Baeza y Santisteban del Puerto. Esto es un trabajo de mineros, de pico y pala diario, algo que va en el ADN de nuestro partido.
—¿Hay margen de maniobra para la moción de censura en algún Ayuntamiento?
—De momento no estamos en eso, pero podría pasar, porque hay diferentes situaciones abiertas en la actualidad en la provincia y no descartamos ninguna. La idea es continuar hasta 2027 como estamos, salvo que se dieran algunas circunstancias que, evidentemente, de algún modo, si se me permite la expresión, pudiese dar lugar a un cambio de color y no hacerlo fuera culpa del Partido Popular, pero ir por ir a presionar para impulsar un cambio no es recomendable. Ya lo sufrí en Begíjar.
—¿Y al contrario?
—Las únicas alcaldías que pueden conllevar cambios son las cogobernadas con Jaén Merece Más y alguna como Rus, pero yo diría que están estables.
—¿De qué manera le afecta el cambio de liderazgo del PSOE?
—Yo espero que a mejor. Tengo pendiente un encuentro con Juan Latorre, porque tuvimos uno fortuito en la calle y fue agradable. Entendemos que han de mejorarse las relaciones entre las fuerzas políticas mayoritarias de la provincia, porque ahora mismo están bastante distantes. Creo que por el carácter que percibo de él y él de mí es bastante fácil que se suavicen y por mi parte habrá mano tendida, porque la gente está harta de la beligerancia de los últimos tiempos.
—¿Temía más Ángeles Férriz que a Juan Latorre?
—Qué va. No tenía interés por parte de ninguno, pero quien me conoce sabe que a mí me va el mambo y me identifico más con Ángeles Férriz, que venía a romper con el orden establecido de las líneas sucesorias. Estoy encantado con el resultado y tiene Juan Latorre mi mano tendida.
—¿Por qué optó usted por el silencio mientras duró la pugna?
—Porque para mí es importante dar ejemplo de lo que creo que hay que hacer. Es una casa ajena a la mía y yo no estoy aquí para cuestiones orgánicas de otros partidos, sino para ganar elecciones. Cuando se abra una espita política entre ambas formaciones ahí me encontrarán, pero es que esa no era mi guerra.
—¿Cree que la renovación socialista dificulta al PP la conquista de la Diputación?
—No, porque la marca PSOE va inherente a la persona y Juan Latorre no se ha presentado para su comunidad de vecinos, sino para dirigir un partido que tiene dos mochilas que pesan una “jartá”, una la señora Montero y el pasado de Andalucía y otra el presidente Pedro Sánchez. Yo llevo la de Juanma Moreno de mil amores. La pugna por la Diputación, si es que los dos optamos a ella, empezará por pedir al PSOE que reconozca que hay candidaturas, porque Francisco Reyes lo negó por completó en la legislatura pasada para no debatir conmigo, algo con lo que discrepo totalmente.
—¿Por qué habla en condicional, por usted o por el secretario general del PSOE de Jaén?
—Por los dos, porque queda mucho y, aunque mi intención es conquistar la Diputación, yo creo que los nombres son lo de menos. Si es conmigo, genial, si es con otro compañero, también. El objetivo, por higiene democrática, es cambiar el color de la Diputación.
—¿En qué ha cambiado Jaén con un gobierno del PP en la Junta de Andalucía?
—Ha habido muchos cambios en Andalucía y en Jaén. Los datos de confianza actuales no tienen nada que ver con los de hace seis años, una comunidad robusta, que crece en exportaciones, en empresarios, en autónomos, en inversiones... Todo esto es porque recogemos los frutos de lo sembrado, aunque queda trabajo, pero es que son muchos los años que se ha pegado el Partido Socialista aquí dejando solares en muchas inversiones, porque cuántas piedras se han quedado puestas. Juanma Moreno es el que ha cogido el toro por los cuernos con la A-306 y la ha mejorado con 10 millones de euros, lo mismo que la Autovía del Olivar, con la primera fase presupuestada con 32 millones, o la A-311, con diez millones y medio de euros... Nunca nadie ha hablado de que la conversión de autovía no se vaya a hacer. Ahí está el centro de salud de La Alameda, imponente, o el Grado de Medicina en la Universidad de Jaén. Todo esto lo ha hecho el Gobierno del cambio en seis años, después de cuarenta de inercia.
—Como jiennense que va y viene a Sevilla, ¿le convence la justificación de la consejera de Fomento para rechazar la conversión de la A-306 en autovía?
—Yo ahora mismo lo que digo de la A-306 y la A-311 es que son dos proyectos que se gestionan de forma paralela con una inversión de más de veinte millones de euros, que hablamos de inversión como el que compra dos cartuchos de pipas y, sin embargo, es mucho dinero. En ningún momento nadie ha dicho que la autovía no se vaya a hacer a futuro, pero vamos a concluir las mejoras de las vías y ver su impacto. No es que me convenza, sino que me parece lo lógico.
—¿Cuál es el proyecto estrella de la Junta en Jaén?
—Tendría varios, con uno solo no me quedaría. Me parece un superlogro el Grado de Medicina con los problemas que tenemos en salud y la falta de médicos, pero no me quedo ahí, sino también la Ciudad de la Justicia, que será uno de los más punteros de España, dicho por Vialterra, la empresa que lo construye. Hay tantas cosas... Centro de salud de la Alameda, Virgen de la Capilla, Bulevar... Si me pongo, no paro. Hay muchos y otros que quedan por llegar.
—¿Colaborará la Junta en el proyecto de integración ferroviaria anunciado por el ministro Óscar Puente?
—Primero nos tienen que invitar y, en este momento, ni conocemos el proyecto. He oído en todo momento el soterramiento y ahora hay otra cosa. He oído en todo momento la alta velocidad para Jaén y no la veo por ningún lado. El proyecto real de Óscar Puente no lo sé, pero los colectivos del ramo no están muy conformes, por lo que me da la impresión, igual que con la condonación de la deuda, de que nos han dado gato por liebre. Lo que sí conocía era la propuesta de la Junta, que consistía en una lanzadera de alta velocidad para conectar con Córdoba. Ya hemos visto cómo trata el ministro a Andalucía con lo que acaba de hacer con el transporte y los jóvenes.
—¿Le molesta que un proyecto como el Cetedex proceda de un Gobierno socialista?
—No. Me alegro cuando viene a Jaén un proyecto que genera empleo, desarrollo y riqueza. Lo que me molesta es que el Partido Socialista sea sectario en su forma de actuar. ¿Por qué no ha invitado a la Junta de Andalucía y, sin embargo, sí la Diputación? Estamos hablando de fondos europeos. De ahí las discrepancias y los problemas que hayan podido surgir. Erik hará palmas a un solo empleo que se genere en Jaén, pero pido lealtad.
—¿Cómo lleva ser político?
—Depende del día. La política me apasiona, pero tiene desgaste personal. Me ha pillado en una edad buena, pero te tiene que gustar el “rock and roll” para estar aquí.
—¿Compensa cuando surgen problemas judiciales?
—He tenido amenazas de denuncias judiciales, porque la que interpuso el Partido Socialista no llegó a ser admitida. Uno, en su vida, siempre está expuesto a algún problema a todos los días. Es verdad que la política se ha hecho muy mediática y se ha judicializado en exceso, pero en mi caso les salió la gata, gato. Prefiero las guerras políticas a las judiciales.
—¿La próxima entrevista será en la sede de San Clemente?
—Espero que no, porque llevamos un arduo trabajo de intentar mudarnos, de hecho es la única promesa orgánica que me queda por cumplir y estamos muy cerca de conseguirlo. Yo creo que en este año nos mudamos.