“Mi vocación ha sido siempre la de ayudar a los que lo necesitan”
Una gran vocación es lo que ha tenido siempre Encarna López por ayudar a los demás. “Yo me sentí llamada por Dios, y no me pude resistir. Y en todo este tiempo, él me ha ido guiando”, explica López, que entró en el noviciado en 1969. Hermana Mercedaria de la Caridad, ejerció como enfermera en el Neveral durante más de treinta años, y al mismo tiempo colaboró con diferentes proyectos, como el denominado “Rajab” de la institución teresiana, a través del que enseñaba a leer y escribir a los niños inmigrantes, o con la casa Besana, de acogida a madres jóvenes que han sufrido violencia no tienen recursos, y a sus hijos.
Hace ya cuatro años que se jubiló como enfermera, y dos que trabaja como voluntaria en el proyecto “Candela” de Cáritas Diocesana de Jaén, que tiene como principal objetivo el de ofrecer una atención integral a las mujeres que ejercen la prostitución en la provincia. “Somos un grupo de voluntarios que las visitamos en los pisos o los clubes en los que se buscan la vida, les ofrecemos orientación familiar, asesoramiento sanitario, legal, de formación...”, explica. También les dejan un número de teléfono por si, en un momento determinado, quieren realizarse cualquier tipo de análisis: “Al principio costó mucho trabajo llegar a ellas, pero después de dos años nos hemos ganado su confianza. Poco a poco se empezaron a abrir y a contarnos su situación. En la mayoría de los casos se trata de mujeres que no quieren estar ahí, que llegan de otros países, sobre todo latinoamericanos, engañadas, que sufren explotación, que ganan una miseria y que tienen el miedo de que las devuelvan a sus países”.
En alguna ocasión, gracias al apoyo ofrecido por este grupo de voluntarias, alguna ha dejado la prostitución, pero reconoce que es bastante complicado: “Necesitan dinero, aunque realmente no ganan tanto como en muchas ocasiones se puede pensar. Y, por ejemplo, tuvimos un caso que lo dejó, pero como no encontraba trabajo después de un año, volvió de nuevo. Entre las pocas españolas hay una chica cordobesa que tampoco tenía empleo y que necesitaba dinero para ayudar a su madre. Ese es el problema”.