Elena González: “No vamos al médico por gusto”

Se estrena en uno de los cargos de mayor sensibilidad con la ilusión de trabajar para que mejore el sistema de salud pública por el bien de todos. Asegura que, en los últimos tres años y medio, se produjeron “grandes avances” en la materia y sitúa como prioridades la construcción de la Ciudad Sanitaria o la reducción de la espera en Atención Primaria

19 sep 2022 / 17:07 H.
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LA ENTREVISTA

Es una apasionada de la política y, aunque está en ella desde que irrumpió en Nuevas Generaciones antes de que estallara el nuevo milenio, hubo momentos en los que trabajó en primera línea y otros que permaneció entre bambalinas. Ligada al Partido Popular desde que tiene uso de razón, Elena Patricia González González (Jaén, 1978) tiene la suerte de poder contar que formó parte de aquel grupo que recorrió pueblo a pueblo para reivindicar el Grado de Medicina y que el primer acto al que asistió como delegada territorial de Salud y Consumo fue, precisamente, para inaugurar las clases de una titulación que hará historia en la Universidad de Jaén. Licenciada en Derecho, afronta el cargo en forma de reto con enorme ilusión.

—¿Cómo le recibieron en la Delegación de Salud y Consumo?

—Después de una semana intrépida, desbordante, desbordada, pero sobre todo por el cariño de la gente y, al llegar a la Delegación, encantada de ver el equipo humano que hay de trabajadores profesionales que han tenido que batallar con lo que nos ha tocado vivir en pandemia y que han sido el alma, junto con los profesionales sanitarios, a los que no nos cansamos de agradecer el trabajo encomiable que han hecho. Me siento arropada y protegida y, además, la anterior delegada, Trinidad Rus, ha estado conmigo hasta última hora, un apoyo tremendo. El calor humano hace mucho cuando llegas a una casa nueva y, aunque estaba cerca, cada una es distinta de la otra.

—¿Se esperaba el nombramiento?

—Yo siempre he estado a disposición de mi partido, en el que llevo muchos años y, aunque mi vocación era ser letrada y luego intenté prepararme las oposiciones a juez, la política siempre me ha apasionado. Como decían en el colegio, que era la abogada de pleitos pobres y causas perdidas. Me apasiona la vocación de servicio público. Tuve la suerte de participar en el gobierno que cambió la Junta de Andalucía desde mi posición de coordinadora y, ahora, encantada de aportar mi granito de arena a este sistema, una responsabilidad que asumo con ese compromiso de no defraudar y estar a la altura, con mucha ilusión y ganas de trabajar.

—¿Tener una profesión alejada del sistema sanitario suma o resta?

—Fue una de las cosas que yo me planteé cuando me brindaron esta cartera, pero yo tenía mi particular percepción de cómo afrontaría el sector que yo no fuera técnico ni sanitaria, pero sí es cierto que lo que yo pensaba me lo refrendaron fuera. Al final yo tengo mi visión como usuaria de la sanidad, por lo que ahí no va a existir corporativismo, que tampoco quiero decir que haya existido antes, pero como no soy de la casa, puedo advertir todas las cosas como una persona a pie de calle, lo que preocupa realmente a la gente.

—¿Cuál será su prioridad en esta legislatura?

—Hay unas cuantas, sobre todo seguir con el magnífico trabajo desarrollado con anterioridad. Tuvimos una de las grandes noticias, el mismo día que fue mi estreno, con el inicio de las clases de Medicina, lo que me supuso una gran satisfacción, porque recuerdo en mi época de Nuevas Generaciones cuando reivindicamos la implantación de este grado hace muchos años y, ahora, verlo funcionar como delegada de Salud es algo único. El objetivo prioritario es la Ciudad Sanitaria, ya me advirtió la consejera si lo tenía claro, un proyecto que tristemente afrontamos en la legislatura pasada que, cuando llegamos a la Junta de Andalucía, no existía ni una sola carpeta, ni un solo folio, por lo que las promesas eran una utopía y, aunque se han perdido más de veinte años, el avance de los últimos tres años y medio en el tema urbanístico ha sido importante por parte de esta Administración, del Ayuntamiento y de la Diputación. Estaremos muy pendientes, lo mismo que mejorar la Atención Primaria, una de las gestas en las que trabajaremos para que los tiempos de demora sean más bajos. Hemos pasado de tener el pico más alto de espera, el 28 de diciembre de 2021, de 6 días a 3 a 13 de septiembre y, actualmente, 2,75, y queremos que en 48 horas cualquier usuario tenga consulta con su médico de familia. Por supuesto, haremos hincapié en el Plan de Humanización para que las familias, cuando lleguen a un centro de salud o a un hospital, se sientan como en casa. Por gusto no vamos al médico, sino por necesidad.

—Una cosa son las prioridades y otra las preocupaciones. ¿Qué le traslada el equipo?

—Ahora mismo, gracias a Dios, hay muchas inversiones encima de la mesa y obras en las que hay que estar pendientes para que se ejecuten, porque en esta última legislatura se han invertido en la provincia cincuenta millones de euros, que demuestran el compromiso con la joya de la corona que no lo era como tal y que, sin embargo, tiene que serlo. Serán, al final, 73 millones. También está la atención temprana de la Salud Mental como una preocupación en mayores y adolescentes que no podemos dejar. Hay muchos asuntos pendientes, como las listas de espera, un tema endémico tristemente que el Partido Socialista aprovecha para hacer política. La realidad es que todas han bajado, pero es uno de los caballos de batalla que también nos lleva a la falta de médicos por esa ausencia de previsión del Gobierno central con las jubilaciones. Estamos recomponiendo el sistema para dar el mejor servicio al ciudadano. No hay que olvidar, por cierto, las consultas de acogida en los centros de salud, que hacen que un paciente sin cita encuentre solución a su problema en el momento. Yo lo viví en primera persona.

—¿Cree que la pandemia dejó tocado el sistema o lo reforzó?

—Ha reforzado carencias estructurales que no se sabía que estaban ahí y sí es cierto que ha ayudado a mejorar el sistema indudablemente. Sólo hay que ver los planes de vacunación, esa organización estudiada al milímetro con todos los profesionales que han antepuesto la salud de los demás a la suya propia.

—¿Espera connivencia política con el resto de administraciones para que no pase con la Ciudad Sanitaria como ocurrió y ocurre con el tranvía?

—Después de mi experiencia política, espero que ahora nos dejemos de colores políticos, de elecciones y de marcar los tiempos en base a nuestros partidos. Estamos en la Administración para gestionar, para trabajar y para dar un resultado efectivo a los ciudadanos. Debemos tener altura de miras y espero y confío en que el Ayuntamiento y la Diputación tengan esa sensibilidad, porque hemos demostrado que hemos venido para hacer las cosas que nos demandan los ciudadanos. El objetivo es la provincia.

—¿Están los hospitales de la ciudad preparados para esperar la ciudad Sanitaria o necesitarán inversión?

—Hay que invertir, evidentemente, hasta que llegue la Ciudad Sanitaria porque estamos hablando de una infraestructura mastodóntica. Es necesario que no pare el desarrollo de esta provincia, con maquinaria como Da Vinci, un revulsivo para realizar operaciones que ni se esperaban, sino como atractivo para los profesionales de otras comunidades autónomas.

—Quienes trabajan en esta casa, en los hospitales, en los centros de salud... querrán saber si introducirá cambios...

—La gente me traslada tal confianza, en una primera toma de contacto, y profesionalidad que ni me lo planteo. El cambio, desde luego, será para mejorar.

—¿Cómo le gustaría que la recordaran cuando deje el cargo?

—No lo he pensado, la verdad, pero en los distintos puestos que he tenido, al final te llevas el cariño de la gente, no pido más.

Jaén