El traje que asustó a Iker Jiménez

El presentador de Cuarto Milenio relata cómo una visita a Jaén le aceleró el corazón

20 ago 2019 / 11:17 H.

Son más que conocidas las atrayentes historias que con tanta magia cuenta Iker Jiménez. Con su programa en “periodo vacacional”, el presentador de Cuarto Milenio continúa atrayendo a sus seguidores de la nave del misterio contando anécdotas y experiencias a través de su cuenta de Twitter y, en este caso, el escenario de su última publicación fue Jaén.

Hace solo unos días contó cómo, a su paso por una “corredoira” de Galicia, se encontró con un traje de comunión colgado en el bosque. Algo que le recordó a la historia de lo sucedido en esta provincia. Tras los ruegos de muchos jiennenses para que Iker Jiménez les desvelara el misterio, el presentador relató qué ocurrió exactamente y por qué se quedó tan grabado en su mente.

Así, Jiménez contó que todo comenzó con una reinvestigación sobre las Caras de Bélmez, en 2003, momento sobre el que recordó que ya estaba “algo sugestionado”. El presentador de Cuarto Milenio acudió al municipio jiennense para analizar los cambios en las caras de la casa y aprovechó la visita para ir al Santuario de la Virgen de la Cabeza. “Buscábamos un pasado lejano, de devoción y muerte, en esas sierras donde, en la noche, aún vagan los últimos linces de Sierra Morena. Intentamos grabar algunas psicofonías”, apuntó. Sin embargo, al no obtener resultados, marcharon a una zona de bombardeos donde, según detalló, “murió mucha gente”, lugar que no paró de recordarle algunas de las caras encontradas en la casa del municipio jiennense vecino, en concreto, a la imagen que tituló como “el padre y el hijo”. Con todo ello, entró en uno de los túneles del Santuario junto a un compañero, Luis Mariano, y explicó: “De pronto, en la parte central, vimos una imagen tremenda, como de fantasma. Estática en un inicio. Un cuerpo. Con la sensación de que luego avanzaba desde la oscuridad. Moviéndose como algo humano. Pero sin cabeza. Avanzando a nuestro encuentro. Se nos heló la sangre”. Ante tal imagen, confesó que ambos salieron corriendo “como alma que lleva el diablo” entre tropiezos y caídas sobre las rocas de suelo del templo. En sus palabras, Iker Jiménez aseguró que sintió un pánico como nunca antes tuvo, “eso es el miedo”, escribió en el hilo de Twitter.

Cuando se calmaron, volvieron al túnel muy despacio y fue, entonces, cuando descubrieron qué era en realidad aquella imagen fantasmagórica que se encontraron en mitad de la noche. En el Santuario existe una antigua tradición que consiste en dejar algunos trajes de novia colgados del techo al fondo del túnel. “El movimiento del fuego, el aire y nuestra sugestión generó ese cóctel. No pudimos ni reírnos. Un traje nos había dado el susto de nuestra vida”, terminó. Eso sí, antes de terminar su historia, algunos jiennenses ya hicieron algún que otro “spoiler” sobre el final, al ser esta una costumbre bastante conocida en esta tierra.

Una tradición que busca la protección de La Morenita

El túnel donde entraron Iker Jiménez y su compañero fue el conocido como velorio en Andújar. En él se hacen ofrendas para pedir protección a la Virgen de la Cabeza o hacer promesas. Lo más habitual es dejar velas, pero algunas personas dejan sus trajes de novia para pedir que la Virgen vele por su matrimonio y familia. Como curiosidad, últimamente se ven señales de conductores noveles (la L), que piden que la Santísima les cuide en su nueva etapa en la carretera.