El sueño de un viaje hecho realidad

La ONGD Poblado Mundo trabaja para lograr la inserción social de inmigrantes sin hogar desde hace una década

31 jul 2018 / 08:20 H.

Una casa donde dormir, algo de comida para llevarse a la boca o alguien con quien hablar y que te guíe para lograr lo que quieres conseguir. No parece mucho, sin embargo son centenares de personas las que no tienen ni siquiera esos mínimos. Para lograr que esa cifra se reduzca, trabaja la ONGD Poblado Mundo en Jaén, una asociación que lleva una década tratando de conseguir la inclusión en la sociedad de inmigrantes sin hogar.

Lo que comenzó con un viaje a África, terminó convirtiéndose en una asociación que está presente en toda la provincia: “Hacemos tareas de sensibilización tanto en colegios como en la calle, contamos con un piso de acogida, potenciamos la inserción social y tenemos proyectos de cooperación en el extranjero”. Así resume David Moreno, presidente de Poblado Mundo, qué es la asociación.

Poblado Mundo es, hoy en día, un referente en Jaén en este aspecto: “Todos los chicos que han estado aquí se han ido mejor, con sus objetivos, si no en su totalidad, sí la mayoría cumplidos”, se enorgullece David. Además, se ha convertido en un lugar donde los universitarios pueden realizar prácticas que complementen sus estudios y donde cualquiera puede acercarse a colaborar. La ayuda será recibida con los brazos abiertos.

PISO ENLACE . Una de las labores constantes que se llevan a cabo son las del piso de acogida, donde actualmente residen nueve jóvenes tutelados por la ONGD. Allí trabajan a tiempo completo —aunque sus contratos indiquen muchas menos horas— Juanma y David para intentar que los inmigrantes logren sus objetivos y puedan continuar con su vida: “Cuando llegan nos sentamos con ellos, vemos qué necesitan de nosotros y planteamos un itinerario para lograrlo. Les aconsejamos y ayudamos, pero son ellos los que tienen que llegar a las metas que se proponen”, comenta David.

La mezcla de culturas es algo que llega de forma natural: Mali, Marruecos, Guinea... el lugar de procedencia no importa. Es más, la diversidad suma. Allí todos son iguales y cuentan con la ayuda tanto de la asociación como de sus compañeros. “A las nueve y media todos deben estar fuera buscando cumplir los objetivos que se marcaron, pero si no tienen nada que hacer deben ayudar a los demás: si uno sabe informática y otro no, le explica cómo se hacen las cosas”, así de sencillo lo cuenta David. Las cosas serían más fáciles si a todos se nos educara con esa idea: ser capaces de ver qué necesitan los demás de nosotros para conseguir el beneficio común.

“Todo lo que hay en el piso es donado. Tenemos un ordenador, una tele... Lo que nos han ido dando”, comenta el presidente de la asociación. “Ahora la lavadora está estropeada y no hay dinero para comprar otra”, relata.

Lo que era una casa vieja se ha convertido en un hogar gracias al trabajo desinteresado de muchos, un orgullo para quienes lo han logrado y una gran ayuda para los jóvenes que allí viven.

Estando en el piso enlace llega Ahmed El Rhazi. Este joven es un claro ejemplo del trabajo que se realiza en Poblado Mundo: Tras pasar por un centro de menores, Ahmed llegó a la casa gracias a un conocido que estaba allí. Meses después, cumplió sus objetivos y ahora es ayudante de cocina, está independizado y se acerca cuando puede a saludar a quienes le ayudaron a llegar a donde está ahora. “Estando aquí ves que son muy exigentes, pero lo hacen para que consigamos lo que queremos. A mí me ayudaron a encontrar unas prácticas, después mi jefe me dijo que le gustaba cómo trabajaba y me contrató un año”, comenta. Ese empleo le sirvió para regularizar su situación. Ahora, después de cumplir ese primer año, ha renovado. Preguntar si trabaja en lo que le gusta resulta innecesario: su cara se ilumina cuando habla de ello. “Hice mi primer curso de cocina en 2015, en Algeciras. Cuando llegué aquí tenía claro de lo que quería trabajar y me ayudaron para conseguirlo”, comenta el joven.

La historia de Ahmed no es más que una de tantas a las que David y Juanma han ayudado a escribir. Un ejemplo de que con constancia y sabiendo qué se quiere lograr, trabajando para alcanzarlo, se puede conseguir. Una muestra de lo necesarios que son proyectos como Poblado Mundo y la figura de instituciones como la Diputación de Jaén o La Obra Social “La Caixa”, que lo financian, para que salgan adelante y poner un granito de arena que sume poco a poco hasta lograr un gran desierto solidario.

El deporte, como punto de encuentro
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Las sesiones deportivas semanales, ya sean de baile o fútbol, sirven como excusa para trabajar la integración de los jóvenes con los vecinos del barrio.

Dos tardes por semana se enfundan sus camisetas para disputar una pachanga en la que cualquiera puede ser Messi o Ronaldo por un rato, ya sea uno de los chicos de la asociación o un vecino que se une al partido.

Los sones de todo el mundo se oyen una vez cada siete días en el taller de baile que guía Sara.

Las salidas a hacer senderismo, aprovechando las bondades de la cercana sierra jiennense, son otra de las actividades habituales.