CEJ

“No se aprovechó el talento que brindó a la CEJ”

Muere Bernardo López: docente, dirigente empresarial y alma del emprendimiento

02 ene 2018 / 08:20 H.

Hoy, a las diez de la mañana —en la Capilla del Tanatorio Ciudad de Jaén— se despide a Bernardo López Megino (84 años), un profesor adelantado a su tiempo. Presidió la Confederación de Empresarios de Jaén (CEJ) en tiempos difíciles y fue un pionero a la hora de señalar —hace más de 30 años— que la empresa y la Universidad tenían que caminar de la mano —un mensaje que ahora se repite hasta la saciedad—. Los que lo conocieron dicen que era un adelantado a su tiempo. Fue profesor de Mecánica de Fluidos y un defensor a ultranza de la Universidad de Jaén (UJA). Estuvo más de 45 años en las aulas y en el laboratorio en el que trasladó su idea de que los conocimientos debían de aplicarse a la sociedad en forma de emprendimiento para progresar.

“Al principio, lo conocí como docente. Más tarde, lo hallé en el mundo empresarial. Ahí me di cuenta de donde emanaba esa pasión para que los alumnos aprovecharan el conocimiento y el talento para emprender. Fue un hombre que sirvió mucho a la Universidad de Jaén. Estaba convencido de que la provincia debía tener su universidad. Luego, nos ayudó y nos abrió muchas puertas. Era afable y pausado. Un gran valor. Yo no veía normal que una persona tan mayor, como él era al final de su periodo, tuviera tanta vocación emprendedora y que la trasladara con tanto ímpetu a los alumnos. Lo recuerdo con mucho cariño y como un hombre de institución. Además, se iba el último del laboratorio para dejarlo limpio como una patena, un detalle más de su disciplina y de su pasión docente. Era del grupo de Linares y muy amigo de Patricio Lupiáñez, entonces director”.

“Fue mi profesor de Mecánica de Fluidos. Lo recuerdo como un magnífico docente que nos inculcaba la pasión por estudiar y por conocer cosas nuevas. Era un genio con mucha capacidad para enseñar a los alumnos. Luego, cuando fui director de la Escuela Politécnica de Linares, era un compañero leal y fiel a las personas. Sin duda, muy buena persona”.

“Fui su secretario general en la Confederación de Empresarios de Jaén. Dimitió José Luis Siles y él ocupaba la vicepresidencia, por lo que cogió las riendas. Le tengo aprecio y reconocimiento. Vivió un tiempo complicado en el que las organizaciones empresariales andaban a la gresca. Era cercano, le gustaba escuchar a las personas y, luego, tomar las decisiones. Lo recuerdo como muy correcto en la gestión empresarial. Venía de la Federación de Comercio y estuvo muy poco tiempo como presidente de la Confederación. No quiso continuar. El año 1997 no fue nada sencillo para la Confederación de Empresarios de Jaén y Bernardo López tuvo mucho temple y talento para conducir la organización después de la dimisión hasta que salió elegido Diego Torres”.

“Entonces, yo era el alcalde de Jaén. Sé que desempeñó una labor importante en la Confederación, aunque no estuvo mucho tiempo. Las referencias que me llegaban eran siempre buenas”.

“A Bernardo le pilló una lucha de poder entre las organizaciones empresariales que acabó con dos corrientes muy diferentes. Por un lado, la de Diego Torres, y por otro lado, la mía propia, que nos enfrentamos en las elecciones. Fue cuando dimitió José Luis Siles. Entonces, él se tuvo que hacer cargo de la organización en un periodo de transición, que desarrolló con moderación y que llevó a buen puerto. Yo era muy joven y quería llevar un aire renovador a la organización frente a otra corriente que apostaba por otro proyecto bien diferente. Desarrolló una buena labor en la organización y tomó decisiones con mucha valentía, aunque Jaén es una ciudad pequeña y con personalidades muy marcadas, por lo que Bernardo López, pese a su gran capacidad, no podía satisfacer a todo el mundo”, cuenta José Manuel Ledesma. Precisamente, a la pregunta de con quién se posicionó Bernardo López en esa lucha que mantenía José Manuel Ledesma con Diego Torres, Ledesma aclara: “Estuvo al lado de Diego Torres, aunque tuvo mucha capacidad para mediar en esa bicefalia que existía en la Confederación de Empresarios de Jaén. Lo recuerdo como un gran compañero y una magnífica persona. Bernardo López era un enamorado de Jaén y confiaba mucho en las posibilidades que tenía la Universidad y el tejido productivo. Fue su labor diaria desde las aulas y en el movimiento empresarial que, entonces, vivía unos años muy complicados”.

“Tenía mucho talento, pero no se aprovechó. Se hizo cargo de la Confederación en un momento con una terrible crisis. El presidente había dimitido y existía una guerra de poder impresionante. Bernardo se encontró con un avispero, que no fue capaz de rentabilizar todo lo que podía aportar. Yo creo que estaba muy por encima de la media, por lo que no fueron capaces de entenderlo. Era culto e inteligente, pero sus coordenadas era muy distintas a las que había en la provincia. Entonces, las organizaciones empresariales querían intervenir en la política y manipular parte de la sociedad y él estaba totalmente al margen. Bernardo López creo que se estrelló porque el nivel no era para él. Entonces, él era una persona muy inteligente, pero Jaén quería listos en vez de inteligentes”.