El olivar se levanta por el bajo precio del aceite

El sector se traslada a la capital para reclamar medidas a las administraciones

11 oct 2019 / 11:01 H.

Miles de olivareros dejaron los útiles de labranza por un día para acudir en masa a la manifestación convocada en Madrid para reclamar precios justos para el aceite de oliva. De todos los rincones llegaron. La Rioja, Extremadura, Castilla La-Mancha, Comunidad Valenciana, Cataluña, Aragón y, por supuesto, Andalucía, con mayoría de Jaén.

Todos contaban orgullosos desde dónde venían al bajar de los autobuses que los llevaron hasta la capital de España, porque lo que realmente importaba en el día de ayer era la unión de un sector que tenía que mostrarse “sin fisuras” ante las administraciones públicas.

La Plaza de la Independencia hizo de punto de encuentro y de partida de 30.000 voces, según los convocantes, que clamaron por la defensa del olivar tradicional, así como por unos precios justos para el zumo de la aceituna. Las calles de Madrid se llenaron de gente, carteles, pancartas y consignas que, entre otras cosas, rezaban: “USA, abusa”, “250.000 familias afectadas” o “Precios justos para un olivar vivo”. No es de recibo decir que no faltó, sino que, más bien, abundó la presencia y el sello jiennense —cabe recordar que ayer salieron más de 200 autobuses desde la provincia con destino a la capital española—. Olivareros de Torredonjimeno, Valdepeñas de Jaén, de Alcalá la Real o Sierra de Segura, cercanos a la capital o de los municipios más limítrofes. Nada importaba, puesto que los unía el motivo por el que habían recorrido cientos de kilómetros para manifestarse: la defensa de un sector que, en el caso de Jaén, es el sustento de la economía. De hecho, la provincia es la mayor productora de aceite de oliva de la comunidad autónoma y de todo el país, por lo que razones para alzar la voz por la situación de bajos precios que atraviesa el oro líquido no faltaron. Poco a poco, los olivareros —unos 8.000 según las cifras que maneja la Delegación del Gobierno en Madrid y Policía Nacional— llegaron a su destino. La Glorieta de Atocha, donde se encuentra la sede del Ministerio de Agricultura, se convirtió en un hervidero de gente. No cabía, como suele decirse, ni un alfiler.

Allí, los convocantes leyeron el manifiesto que había preparado para la jornada y comenzaron con un agradecimiento a todos esos trabajadores del campo presentes allí que, por un día, decidieron dejar de lado su trabajo para ir a Madrid y manifestarse por lo que consideran justo y por el futuro, en este caso, del olivar. En esta misma línea, el manifiesto fue un texto elaborado conjuntamente por los convocantes —Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja), Unión de Pequeños Agricultores (UJA), Cooperativas Agroalimentarias y la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG)— en el que, entre otras cosas, se expusieron, en forma de proclama, los problemas que atraviesa el olivar en España.

“Sois la base de un sector que define como ninguno la esencia de este país y que es reconocido en muchos lugares del mundo, pero la base se desmorona”, reza en el documento que se leyó ante la sede del Ministerio de Agricultura, en el que, además, se expone que el olivarero español “necesita de un plan a largo plazo que asegure la supervivencia de esos paisajes que son patrimonio de la humanidad”.

Asimismo, en el discurso, se dio una patada a la pelota con el único objetivo de lanzarla al tejado de las administraciones competentes, que son, según el escrito, las que “están obligadas a analizar cuál es la situación del mercado y ver si las herramientas que disponen los agricultores son suficientes y si están bien diseñadas”. Los jóvenes y su necesidad de que el sector del aceite de oliva sea rentable, así como las políticas liberalizadoras fueron dos puntos de esos que no se podían obviar en una jornada como la de ayer. En definitiva, una batería de medidas que el sector pide que se apliquen. ¿Para qué? Con el objetivo de enriquecer el sector y que, “cuando cualquier consumidor se ponga frente a una botella de aceite de oliva, sepa bien todo lo que hay detrás”. En este mismo sentido, se ensalzó el valor del olivar no solo como motor de la economía —especialmente para Jaén— sino como bien ambiental y paisajístico. Una jornada en la que acompañó un sol de justicia que escuchó la voz de aquellos que son incansables, que quieren que su cosecha tenga unos merecidos frutos y que velan por el futuro de las generaciones venideras y por la supervivencia a esta “gran crisis”.