El olivar se “juega” millones en las nubes de septiembre

La cosecha necesita agua y hoy surge la primera oportunidad

13 sep 2016 / 10:10 H.

Están arriba, en el cielo. Su tonalidad va desde el blanco más intenso hasta un azul oscuro que se torna casi en negro. Puede que a algunos les suene hasta frívolo, pero guardan mucho dinero. De hecho, Jaén se “juega” muchos millones en las nubes de septiembre. “Necesitamos que llueva pronto. Solo hay que entrar a las fincas para ver que la aceituna se encuentra muy arrugada. Incluso, existen problemas en los regadíos porque se acelera la evolución del fruto. Sin embargo, lo que más nos preocupan son los secanos. Si no llueve, la aceituna comenzará a cambiar de color y, al final, el árbol acabará por tirarla”, afirma el biólogo y secretario general de COAG en Jaén, Juan Luis Ávila.

Asimismo, continúa: “El otro día repasé los indicadores de lluvia. Vi un pluviómetro de una empresa que se dedica a realizar análisis foliares en la capital y marcaba poco más de 300 litros. Así resulta imposible sacar hacia adelante una cosecha como la que algunos árboles apuntan”. Si se tiene presente que el aceite de oliva se paga por encima de los 3 euros por litro —en origen en las operaciones a granel—, este año, la lluvia es más importante que nunca.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) anuncia una bajada de las temperaturas, pero no deja claro que lleguen las precipitaciones. A priori, parece que se abre una “ventana” de esperanza para la tarde de hoy, ya que entre las doce del mediodía y las seis de la tarde —puede que un poco antes o después, en función del viento— habrá precipitaciones. Por eso, los olivareros seguro que tienen la mirada clavada en esas nubes, que son las que, como si fueran los bombos de la Lotería de Navidad, repartirán la suerte. La duda radica en si será una pedrea, el Gordo o nada. O tal vez, muchos verán cómo les toca al vecino y ellos se quedan mirando para el cielo.

La maduración es otro indicador que preocupa mucho. Después de un final de agosto con calor sofocante y un inicio de septiembre que ha continuado en la misma línea, la bajada de la temperatura se muestra determinante. Si no llueve, los olivos soportan mejor la sed si hace más fresquito. Por eso, la bajada del mercurio de los termómetros seguro que aliviará bastante.

“La verdad es que no puedo aseverar si el calor está acelerando o no la maduración del fruto. Todavía es bastante pronto, aunque sí que parece bien claro que nos hace falta agua. Ahora refrescará, pero tenemos que estar pendientes de lo que ocurra en los próximos días. Si el calor vuelve y no remite, sí que puede que la aceituna madure antes, por lo que tendremos que estar preparados para adelantar la recolección para los grandes vírgenes extra e, incluso, adoptar nuevas fórmulas para mantener el nivel de calidad”, afirma José Gálvez, que es el productor de uno de los aceites de oliva más laureados de la provincia jiennense, como Oro Bailén. Queda ver cómo evoluciona la meteorología, pero la Aemet indica que la única ventana para esta semana se abre esta tarde. (Más información en la edición impresa)