El negocio de la chatarra como telón de fondo de los incendios
Asentamientos de chabolas en Vaciacostales con peligro para naves industriales

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Es habitual, entre quienes pisan cada día el polígono industrial de Los Olivares, ver una columna de humo que se atisba prácticamente desde el centro de la capital. Hay ciudadanos que, alarmados, llaman al número de teléfono de emergencias para alertar del fuego y los bomberos, al recibir el aviso, ya saben lo que se encontrarán en el terreno. Es uno de los principales asentamientos de chabolas que hay en Jaén. Está justo en un lateral del edificio que alberga las cocheras del tranvía, en Vaciacostales, donde los olivos están totalmente calcinados y, detrás de un montículo de tierra, hay escondida, prácticamente, otra ciudad. El lunes se produjo el último incendio. Los bomberos acudieron a la zona, apagaron las llamas, refrescaron el solar y, de madrugada, ya había montones de basura preparada para su quema. Es el “modus operandi” de quienes allí viven, en unas condiciones inhumanas, una forma de vida que, sin embargo, tiene como telón de fondo la chatarra.
Las fuentes consultadas aseguran que transitan por la zona camiones repletos de desechos que vierten su carga en un solar de grandes dimensiones. Los chabolistas se encargan de seleccionar la basura, en la que hay hasta restos de vehículos, en montones. El objetivo es pegar fuego a los plásticos y quedarse con lo que verdaderamente importa en el mercado: el hierro y, con preferencia, el cobre. Una vez acabado el incendio “controlado”, recogen lo que luego venderán para poder sobrevivir. El mismo camión que traslada la basura recoge, después, los frigoríficos, lavadoras, coches... convertidos en chatarra.
Vertedero
Nos acompaña en este reportaje David Medina Heredia, sargento del Cuerpo de Bomberos de Jaén, que conoce perfectamente el escenario. “Es un vertedero incontrolado lo que tenemos aquí, las personas que viven en este asentamiento usan el campo para quemar la chatarra, quitarle los plásticos y quedarse con los hierros para luego venderlos. Es un peligro medioambiental, hay un polígono industrial al que pueden saltar las pavesas y, además, existe riesgo para nosotros, porque hay todo tipo de basura y botellas de butano que nos pueden estallar en los pies”, asegura. Lamenta que no haya quien pueda tomar cartas en el asunto para acabar con un chabolismo que se da también en otras zonas de la capital, sobre todo en la parte baja del bulevar, la que colinda con los viales de Los Olivares. Lo más probable es que, tras el incendio del lunes, hayan buscado otro lugar, más allá de las cocheras del tranvía. Es difícil verlos de día. Suelen acampar y trabajar durante las largas madrugadas.
El jefe de la Policía Local de Jaén, Rafael Domingo Sánchez, también muestra su preocupación ante la proliferación de asentamientos de este tipo, en los que los agentes intervienen para intentar erradicarlos. “Hay veces que vamos allí, pero como no están haciendo nada malo, tampoco los puedes echar”, subraya. Tanto ellos como los policías nacionales, con competencias en materia de seguridad, hacen su trabajo sobre el terreno e, incluso, labores preventivas bastante complicadas. El principal problema es que los solares en los que se asientan son privados, por lo que poco pueden hacer los cuerpos y fuerzas de seguridad, más que mantener el orden entre tanto desorden e inmundicia entre la que viven personas de carne y hueso.