El legado de los puentes de fraternidad y conocimiento

La presentación de Crónicas de Jaén VII permite de nuevo comunicar a Jaén con el Jaén de Filipinas

25 nov 2022 / 13:45 H.
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En 2016, tres periodistas de Diario JAÉN viajaron a Jaén de Filipinas. El redactor Ángel González; el fotógrafo Agustín Muñoz y el director del periódico, Juan Espejo. Celebraba el rotativo provincial su 75 aniversario y el proyecto era tender un puente de fraternidad con la ciudad homónima asiática. Antes, en 2010, se había hecho lo mismo con el otro Jaén del mundo, el peruano: Jaén de Bracamoros. A la vuelta del Jaén de Filipinas, y durante un mes, el equipo publico durante un mes reportajes sobre cómo es la ciudad hermana, cómo vive y de qué vive, cuáles son sus costumbres y tradiciones y cómo es su gente. Aquel lazo permanece y el legado se traduce en recuerdo y amistad, más del deseo de cooperación futura y el compromiso de pasar “a hijos y nietos” la experiencia vivida con Diario JAÉN y Jaén. Quienes lo manifiestan son la alcaldesa de Jaén de Filipinas Sylvia C. Austria y el vicealcalde, Silvester C. Austria. Son madre e hijo.

Intervinieron en la presentación de Crónicas de Jaén VII, el nuevo libro de Juan Espejo puesto en sociedad a través del Metaverso. Alcaldesa y vicealcalde hablan del tronco común de tradiciones e historia y de que en uno y otro país, en una y otra ciudad estemos a la altura de las circunstancias y del reto de colaborar y cooperar. La tecnología les acercó el pasado martes a la comunidad internauta que asistió a la presentación. Jaén de filipinas se asienta en la zona central de la isla de Luzón y administrativamente es del cuarto distrito electoral de la provincia de Nueva Écija. Tiene casi 67.000 habitantes. Su economía es eminentemente agraria, con predominio del cultivo del arroz y del mango, y tiene peso igualmente el turismo. Desde nuestra a Jaén hasta la de Filipinas hay algo más de 12.000 kilómetros. Está, por otra parte, a unos cien kilómetros de Manila, la capital. Jaén de Filipinas fue primero un asentamiento de familias y su condición de ciudad la adquirió en 1865. El nombre se lo debe al sacerdote Gregorio Martínez, que había nacido en nuestra provincia y lo sugirió. Tuvo el apoyo del gobernador general de Filipinas, José María Camba, que había vivido en nuestra capital.

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