El gafe de los relevos de Primayor

El tercer proyecto industrial, una fábrica de pan, sigue el camino de los otros y tampoco se hará

23 mar 2016 / 09:20 H.

Todos los proyectos industriales que se buscaron y se presentaron como alternativas después del cierre de la fábrica cárnica Primayor —antigua Molina— han fracasado. Ni uno ha salido hacia adelante, pese a que se le han dado facilidades y hasta 4 millones de euros de incentivo —en el caso de Dhul—, que ahora el Gobierno andaluz intenta recuperar como un acreedor más en el concurso que está en marcha, después de la quiebra del holding empresarial de Nueva Rumasa y la desaparición de esta empresa alimentaria.

El último es el de una pequeña empresa de pan congelado, que pretendía contratar a unas 30 personas y planificaba una inversión de 2,7 millones de euros en una planta que se proyectó en Geolit, pero que ahora se constata que no fue más que una declaración de intenciones. El 20 de enero de 2012, el entonces consejero de Economía, Innovación y Ciencia de la Junta, Antonio Ávila, presentó el proyecto industrial. Lo hizo acompañado de Ricardo Gili, consejero delegado de Fast-Trading. El proyecto tenía una fecha de ejecución de entre 8 y 10 meses.

Sin embargo, la crisis económica hizo que contara con cierta demora, por lo que se retrasó la puesta en marcha de la obra para levantar la planta en Geolit. En cambio, ahora, la Consejería de Economía y Empleo —a través de su delegación provincial— confirma que Fast-Trading no ejecutará el proyecto que, hace más de cuatro años, presentó en Jaén. No obstante, aclara que, a diferencia de lo que ocurrió con el Grupo Dhul, no ha recibido incentivo alguno por parte de la Agencia IDEA ni de otro tipo de departamento vinculado al Gobierno andaluz. Al parecer, el plan industrial se abandona por falta de interés de la compañía en una fábrica de pan congelado que generaría alrededor de 30 empleos y que contraría a unos 25 parados de Primayor, que estaban dentro de un plan formativo y de empleabilidad específico. De hecho, el propio Antonio Ávila indicó que, antes de incorporarse a la compañía, tendrían que hacer un curso de adaptación.

Después de que hayan caído los tres proyectos industriales que aspiraban a ser relevo de Primayor, a nadie escapa que parece como si cualquier iniciativa empresarial vinculada a este plan estuviera gafada. Resulta una situación insólita que tres empresas diferentes que se programaron para abrir en Jaén o, en el caso de esta última, en Mengíbar, hayan caído —como le pasó a Dhul— o que se hayan echado para atrás.

Nueva Rumasa entró en quiebra y acabó con el proyecto de la fábrica de comida preparada, que estaba ligada a Dhul y que, a fin de cuentas, fue el más avanzado. En cambio, ahora la nave que se construía da pena porque está totalmente destrozada. Solo le queda el esqueleto tras algunos incendios y actos vandálicos. La otra empresa generaba bastantes esperanzadas. El proyecto venía de Avantis Energy Group, que planteaba emplear entre 130 y 150 personas. No obstante, siempre fue un proyecto que se movió más en la esfera de la política y de la planificación futura que casi en la realidad, ya que la empresa ni siquiera definió con claridad los terrenos ni realizó una presentación pública, pese a que mantuvo numerosos contactos con el Gobierno de Andalucía —el último para abordar su futuro fue el 12 de mayo de 2011—. Pero, al final, quedó en nada. Gafe para todo lo que llegó con Primayor.