El fiscal pide la máxima pena en el crimen de Magalhaes

Acusa de asesinato a los dos encarcelados y reclama 23 años de prisión

16 ene 2018 / 08:51 H.

Los dos presuntos autores del crimen de Alberto Magalhaes ya saben a lo que se enfrentan. El fiscal pide el máximo castigo posible para el autor confeso del disparo mortal, Miguel Ángel O. M., alias “Miguelillo”; y para su cuñado, Rubén M. C., apodado “El Perenne” y al que considera cooperador necesario de los hechos. Ambos están acusados de un delito de asesinato y otro de tenencia ilícita de armas y se enfrentan a una petición de 23 años de cárcel.

El Ministerio Público, que acaba de presentar cargos contra ambos, considera que en este caso concurre una única agravante, la de alevosía. Y es que sostiene que atacaron a la víctima “de forma sorpresiva y por la espaldas”, por lo que anularon cualquier posibilidad de defenderse. El fiscal no se cree la versión aportada por “Miguelillo” el día 15 de noviembre, cuando prestó declaración ante la juez instructora. Entonces, admitió que efectuó un único disparo de escopeta contra Magalhaes, pero que lo hizo después de un forcejeo en el que le arrebató el arma que, según dijo, había sacado la víctima con anterioridad.

El Ministerio Público mantiene que fue un crimen por despecho amoroso, ya que “Miguelillo” sospechaba que su esposa mantenía una relación sentimental con Magalhaes. Así, relata que el autor confeso del crimen llamó a su cuñado Rubén cuando se percató de que su mujer y sus hijos no estaban en casa. Al filo de la medianoche del 25 de mayo, los dos acusados salieron a buscarlos. Volvieron cuatro horas después. Para entonces, la mujer había regresado al domicilio familiar: “Va a ser el último polvo que has echado con Alberto, porque esta misma noche lo mato”, la amenazó Miguel Ángel O. M., según recoge el escrito provisional de acusación.

Entonces, “Miguelillo” y su cuñado se marcharon de nuevo a la calle para buscar a Alberto. Iban en un Opel Corsa blanco, propiedad de Rubén M. C. El Ministerio Público asegura que ya llevaban una escopeta “de origen ilícito”. Tras dar una batida por la ciudad, decidieron acudir a la casa de Magalhaes, en la calle Tiro Nacional. “Aparcaron a escasos metros de la vivienda para no ser descubiertos”, añade la Fiscalía. Alrededor de las seis y cuarto de la mañana, llegó la víctima. “Miguel Ángel Ortega se bajó del coche, mientras con su cuñado lo esperó en el vehículo para escapar”, describe el Ministerio Público. Y agrega: “En segundos, sin cruzar palabra, de forma sorpresiva y por la espalda, abordó a Alberto Magalhaes y le disparó con la escopeta recortada a un metro y medio de distancia. Apuntó a la cabeza para asegurar el objetivo”. El tiro fue mortal de necesidad.

“Miguelillo” regresó a la casa en la que estaba su esposa y se jactó de haber matado a su supuesto amante. Después, huyó a Fuengirola, donde fue localizado y detenido cuatro días después por la Policía. Desde entonces, está en prisión, donde también se encuentra su cuñado Rubén.

Inicialmente, el autor confeso del crimen guardó silenció. 170 días después de los hechos, admitió que empuñó la escopeta y que disparó contra Magalhaes, si bien dijo que lo hizo en defensa propia. Será la tesis que, seguramente, trate de acreditar su defensa en el juicio. Tendrá que convencer de ello a un jurado popular. La vista oral se celebrará en los próximos meses.

Un caso para un jurado popular

Será un jurado popular, compuesto por nueve ciudadanos, el que deba emitir un veredicto en este caso. Tendrá que decidir sobre si el ataque fue premeditado, sobre si hubo legítima defensa y sobre el grado de implicación de Rubén M. C., entre otras cuestiones. La Fiscalía pide una indemnización de 240.000 euros para la viuda y los dos hijos del fallecido.